A 90 años del nacimiento del poeta, compositor, arpista y guitarrista uruguayo en Cacodelphia conversamos con Schubert Flores Vasella quien aseguró que “Aníbal Sampayo fue una figura señera y referencial, un artista que supero la estreches de las fronteras artificiosas en las que se ha divido este gran país musical que abarca el sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y buena parte de Argentina”.
El escritor e investigador describió al artista nacido en la ciudad litoraleña de Paysandú, República Oriental del Uruguay, como un “creador, por excelencia, un creador de letras, de poesías y de música”.
La obra de Aníbal Sampayo, desde su Paysandú natal, alcanzó a toda la Banda Oriental y desde allí a Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Paraguay. “Aníbal fue un cultor y difusor de ese paisaje y utilizo ese ámbito como motivo de inspiración” dijo Flores Vasella. La música y la poesía del autor sanducero describió al hombre de ese ámbito geográfico que supo desandar don José Artigas y, no es casual esta coincidencia con el caudillo, porque “Sampayo fue un ferviente artiguista, un hombre que con su lucha y trajinar abrego en los postulados de justicia social, federalismo y libertad del jefe de los orientales y fue absolutamente consecuente con ese ideario” señaló el escritor. “Su obra estuvo atravesada por los principios del ’Protector de los Pueblos Libres’ y los ríos que surcan la región: el Uruguay y el Paraná fueron motivos de inspiración permanente”. En ese sentido Sampayo le expresaba a Carlos Gaillabet que en su música “están los que viven al lado del río, los hacheros, el paisaje del hombre del litoral abandonado, solo con su frío y su hambre sobreviviendo en benditos o cayampas. Me dolía América Latina y llevé ese dolor a la música”.
La vida musical del poeta del Río Uruguay, comenzó a finales de los años ’30 de la mano del maestro sanducero Alberto Carbone, bajo su dirección el músico se integró como guitarrista al conjunto "Fulgores", con quien se presentó en diversas radios de su país. Por esos años forma el dueto con Leonardo Melano, dúo que se prolongará por más de treinta años. Entrada la década del ‘40 Sampayo recorre con su arpa y su guitarra Uruguay, Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia, realizando investigaciones sobre el folklore del Río de la Plata. En 1956 graba en Argentina su primer disco, editado por el Sello Pampa, y años después, participa en Córdoba de la edición inaugural del Festival de Cosquín, donde presentó sus creaciones así como sus trabajos sobre el origen de la canción social. “Hoy Aníbal Sampayo sigue siendo el artista uruguayo más grabado en Argentina, pero lo sorprendente es que siguen apareciendo nuevos interpretes de su obra y eso sucede solo con las grandes composiciones que, siempre ofrecen la posibilidad de nuevas interpretaciones” explicó Flores Vasella y resaltó que el gran difusor de la canción de Sampayo fue Jorge Cafrune “el jujeño, fue un gran amigo, que supo ver en Aníbal un compositor y letrista de primer nivel”. A comienzos de los años ’60, mientras el canto popular de raíz folklórico atraviesa la Argentina, surge en Uruguay una nueva generación de músicos, entre los que podemos mencionar a Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Los Olimareños y unos años más adelante a José Carbajal “El Sabalero” y Numa Moraes. “Todos respetaron a don Aníbal entrañablemente” expresó Flores Vasella, “su obra como también la de Osiris Rodríguez Castillos y Amalia de la Vega, fue una referencia ineludible, para esos músicos que lograron llegar en forma masiva al público uruguayo”.
El autor y compositor artigueño que supo recorrer el mundo cantando en nombre de la Patria Grande que soñaron Artigas y San Martín, sumo al cancionero popular obras que fueron traducidas al francés, inglés, japonés, hindú y otros idiomas y hoy son interpretadas en las escuelas y en los actos oficiales. Canciones como "Cautiva del río", "Coplitas del pescador", "Garzas viajeras", "La última remada", "La chamarrita", "Ky chororó", "Compañero río", "Verde litoral" y su canción más difundida, "Río de los pájaros" fueron grabadas por los más destacados artistas folklóricos de nuestro país. “Mis canciones son, primero y antes que nada, música de pueblo. Una cosa es la canción popular y otra es la canción de pueblo y esto conviene tenerlo claro ahora que hacen popular a cualquiera. La canción folclórica debe tener sus raíces bien hundidas en el pueblo aunque no sea popular” decía en el verano del 2001 “El padre del cancionero popular”, como lo llamo a Sampayo, el periodista y escritor Daniel Tirso Fiorotto.
En 1969, la Organización de Estados Americanos (OEA) distingue a Aníbal Sampayo como difusor de la cultura y la música popular de América Latina. “Fue paradojal ese año para don Aníbal ya que recibe varios reconocimientos en Cosquín y es el mismo año que también lo prohíben en el Festival”. En esos años el prolífico creador e investigador, se sintió atraído por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros “y como siempre fue un hombre que le puso el cuerpo a los ideales, termino enrolándose en la organización” surgida en 1.965. “Aníbal en esos años se transformo en un militante del movimiento y con sus facilidades de hombre público, paso a desempeñar un papel muy importante para la organización, trasladando armas hacia el Uruguay. Armas que las iba a buscar a Chile que en ese momento estaba gobernado por un régimen socialista” detalló Flores Vasella. “Aníbal en su camioneta realizo ese tráfico de fierros, hasta que las fuerzas armadas descubren la situación y es detenido en mayo de 1972”. Fue entonces apresado en Paysandú y desde allí traslado al Penal de Libertad, donde fue juzgado y encarcelado, en las peores condiciones. “Por su coherencia y la consecuencia de jugarse hasta último momento por sus ideales, sufrió ocho años de cárcel y cinco de exilio en Suecia” describió Flores Vasella. “Para mí la cárcel fue como una escuela” dijo Sampayo “después de andar tanto, en la cárcel ordené mis ideas y leí mucho. Al principio no nos daban ni lápiz ni papel, pero cuando nos lo dieron escribí la cantata a Leandro Gómez que fue un artiguista. Y yo soy un artiguista. Cuando fui al Paraguay lo primero que hice fue ir a conocer el sitio donde murió Artigas”.
El 27 de junio de 1973, el presidente Juan María Bordaberry, con el apoyo de los militares, se da un auto Golpe de Estado y disuelve los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones estudiantiles y el Parlamento. Entre ese año y el 28 de febrero de 1985, miles de personas son asesinadas, desaparecidas, encarceladas y perseguidas. Muchos son lo que debieron exiliarse, el cantautor uruguayo entre ellos, quien con su arpa y su guitarra participó en el exilio de innumerables actos solidarios para exigir la libertad de los presos políticos. En 1985 asume la presidencia Julio María Sanguinetti y promulga una ley de indulto para todos los presos de la dictadura que aún permanecían encarcelados en el Uruguay. Recién entonces el cantor y militante social regreso a Paysandú. “Sampayo se había negado a retornar a su país, mientras hubiera presos políticos, fue el único artista uruguayo que no volvió antes de marzo de 1985” señaló Flores Vasella.
Aníbal Domingo Sampallo Arrastúe, como era su verdadero nombre, se fue para el otro barrio el 10 de mayo de 2007, dejando tres libros editados (“Nuestras raíces”, “El canto elegido” y "Aníbal Sampayo desde Paysandú: Canto y Poesía") algunos discos y más de 150 canciones. “El cantor de protesta ha sido una tradición en estos lares rioplatenses, pero las más de las veces no ha pasado de eso. Son innumerables los cantores y artistas que tienen una actitud crítica contra el imperialismo, pero se manejan con los intereses del bolsillo derecho y si el contrato no se hace en dólares no suben al escenario. Aníbal no fue de ésta gente, no fue un cantor ´zurdo´ progresista o de protesta, fue un cantor de pueblo absolutamente convencido de sus ideales y llevo ese compromiso hasta las últimas consecuencias, ese fue don Aníbal Sampayo, un hombre sencillo, buen vecino y profundamente comprometido con lo que pensaba”.
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