Héctor Facundo Vitale, más conocido como Lito Vitale, dialogó en exclusiva con Ventana a la Calle sobre su vida personal, su carrera y sus historias de vida con Baglietto, con quien está presentando esta semana el trabajo conjunto "Postales del mundo".
El principio de la charla con Lito Vitale se centró sobre su última presentación, “Curriculum vitale”, en el Teatro Colón, donde repasa sus experiencias desde 1983, el año en donde se recuperó la democracia. Al respecto Lito confesó: “fue una noche inolvidable, emotiva y hermosa para mí y creo que para todos los que participaron. Más allá de que fue una especie de auto homenaje, tenía que ver con un reencuentro con mucha gente con los que yo compartí escenarios y giras de hace más de 30 años. Lo que hice fue enmarcar una parte de mi historia musical”.
Al referirse a su presentación en el Teatro Coliseo Podestá, dijo que guarda los mejores recuerdos de la sala, ya que por allí estuvo junto a Baglietto, a su trío y su cuarteto. “El disco que presentamos junto a Juan Carlos se hizo desear, no le pudimos dar el tiempo para grabar y ya lo teníamos craneado hace bastante”, remarcó.
“M.I.A. era una cooperativa de músicos que subsistió en los años de dictadura en el país. Fue una experiencia independiente más allá de lo musical, tenía mucho de conceptos sobre la vida, planteaba una forma de cómo sobrevalerse por aquel entonces”, fue la respuesta al preguntarle sobre sus comienzos y sobre M.I.A. (Músicos Independientes Asociados). Vale mencionar que sólo tenía 13 años Lito cuando comenzó ese proyecto que se hizo popular sobre fines de los '70, y comienzos de la década del '80.
Lito resaltó que su carrera por un momento se volcó para el lado de solista por una causa natural. “Cuando participaba del trío en el momento del segundo disco me pareció que ya estaba concluída la etapa, y tenía ganas de hacer mi proyecto personal y lo hice. Siempre me manejé igual, cuando no me atrae un proyecto lo dejó, por más que funcione a la perfección, primero antes que nada debe hacerme bien, aunque entiendo que las dos partes deben confluir equitativamente”, soslayó el pianista y músico.
Una gran parte de la charla se centró sobre su fantástico duo con Baglietto, recordando sus primeros pasos y algunas anécdotas. “La primera vez que escuché a Baglietto fue en el '79 porque nosotros nos comunicábamos con bastantes grupos del exterior que eran parecido a M.I.A. y Juan era una de las cabezas más visibles de A.M.I. Justo nosotros queríamos ir a tocar a Rosario, y Juan armó todo. La verdad que la relación de amistad se puso más fuerte cuando él se vino a vivir a Buenos Aires. En el '91 hicimos nuestro primer disco juntos. El lugar más recóndito donde tocamos fue en un concierto privado para una especie de reunión de secretarios en una chacra cerca de las afueras de Córdoba, con 30km de tierra y había como un búnker con 12 personas, más no. Pasa todo lo contrario con los conciertos al aire libre, donde se junta muchísimo público, y no me interesa demasiado porque no se genera ese algo especial con el público, se transforma en una masa, y no hay ida y vuelta con nosotros. Me gusta generar una atmósfera con el público”, sostuvo.
Para finalizar, el productor y compositor confesó que le quedan muchos ritmos por tocar y componer: “El jazz me gusta pero no soy bueno al igual que con el rock and roll. La salsa me encanta y hay grandes pianistas ahí. Mucho de lo que toco lo podría hacer mejor. Considero que el tango y el folclore son los ritmos donde me puedo lucir más. Seguramente hay más de un ritmo que me quede por tocar”.