“El objetivo de la jornada es concientizar a la gente sobre qué es lo que sucede con los alimentos y cómo funciona Monsanto”, señaló Germán, integrante de la asamblea, al tiempo que agregó que “la alimentación no le compete únicamente al productor; uno tiene que poder decidir qué va a llevar a su plato, por lo que no podemos estar exentos de estas cuestiones”.
Durante la jornada, cuyo inicio está previsto para las 18 horas en Casa Zaragoza (calle 53 e/ 3 y 4), se proyectarán documentales de producción nacional que muestran la problemática del uso de agrotóxicos y la producción de semillas transgénicas por parte de la multinacional en las provincias de Tucumán, Córdoba, Buenos Aires y también en los países limítrofes.
La actividad contará con la participación de ecologistas y ambientalistas licenciados en Derecho que integran el colectivo Tinta Verde y que brindarán una charla sobre la modificación de la Ley de Semillas impulsada por el Gobierno nacional.
“Será muy interesante porque va a mostrar cuáles son las falencias de esta ley que en realidad le da todo el poder a la empresa que modifica la semilla y también a una empresa nacional estatal que se haría cargo del mercado local”, señaló Germán en diálogo con Comunidad al Palo!.
Además de concientizar sobre las consecuencias que tiene para la salud humana la fumigación de los terrenos, la actividad apunta a debatir sobre la problemática del cordón de producción frutihortícola de La Plata y brindar información útil sobre los alimentos orgánicos.
“Monsanto considera a los alimentos como un bien comercial”
Según explicó Germán, Monsanto toma posesión de las plantas naturales que son “contagiadas” por la acción de los cultivos genéticamente modificados y luego “culpa a los productores que no han elegido cultivar de esa forma porque no pagaron ninguna patente para producir una semilla que le pertenece”.
En ese sentido, el asambleísta afirmó que la multinacional considera a los alimentos “como si fueran un bien de consumo mercantil y no nutricional” y que su intención es “ir avasallando a todo aquel que no adhiera a ese sistema de comercio”.
“La situación en la cual fue contagiada una semilla natural excede a Monsanto y a la persona que produce; es una cuestión natural que aprovecha la empresa para ir sobre los cultivos orgánicos de los productos”, sostuvo.
Monsanto posee en el territorio bonaerense cuatro establecimientos agrobiotecnológicos: dos plantas de acondicionamiento de semillas transgénicas, ubicadas en Rojas y Pergamino; una planta de producción de herbicidas en Zarate; y una Estación Experimental donde se ensayan semillas de maíz y soja transgénica, también en Pergamino.
“Te están diciendo que van a salvar al mundo porque producen más alimentos pero en realidad producen más rentabilidad para el que produce la semilla, ni siquiera para el que trabaja en el campo”, concluyó Germán.