Tiene 39 años y está preso desde 1995. Este año se recibió de sociólogo. Forma parte del grupo que solicitó la creación del Centro Universitario de San Martín de la Unidad N° 48, en el que estudian presos y guardia-cárceles.
¿Quiénes conforman el colectivo que trabaja por la educación en contexto de encierro?
Cuando se inicio el CUSAM, que es el centro de estudios que funciona dentro de la Unidad 48 de San Martín fue por la pedido de internos de los internos. La Unidad 48 se abrió de un día para el otro, los que ingresamos cuando la inauguraron éramos pibes que estábamos cumpliendo la condena en otras unidades. En mi caso, estaba en la Unidad 21 de Campana, estudiando derecho, pero con otras características. Lo que tiene de distinto el Centro Universitario de San Martín, es el convenio que firmamos con el Servicio Penitenciario y con Alexander Roi, actual decano de la Universida de San Martín, (BUSCAR), que da la posibilidad de cursar la totalidad de la carrera de forma presencial. Esto es para no entrar en la lógica que es la que funciona en algunas otras cárceles, como anotarse a un final y que te lleven de traslado. Es muy engorroso, está muy penitenciarizada la educación en la mayoría de las cárceles para poder terminar una carrera universitaria en los tiempos que está pensada.
¿Cursaste la carrera dentro de la cárcel?
Yo ingresé en el año 1995 a la cárcel. Terminé la primaria, estuve casi 2 años, en esos años era muy difícil ,es muy difícil estudiar dentro de la cárcel. Para los presos estudiar está mal. Nosotros tuvimos que desnaturalizar el concepto de estudiar dentro de la cárcel, hoy se da como un beneficio, no se ve como un derecho.
Es un logro colectivo porque los guardia-cárceles dijeron que querían estudiar con ustedes, ¿cómo fue esto?
Es un logro también del Servicio Penitenciario. Cuando se abrió la cárcel, todos los que entramos en ese lugar ya habíamos estado presos en otros lugares. Sabíamos cuáles eran los valores que se manejan en la cárcel. Empezamos a ver cosas que eran naturales, que eran comunes. A mí me abría la celda el encargado, que un pibe de 24 años que vive a cuarto cuadras de mi casa. Comenzamos a encontrar parecidos, empezamos a interactuar. Ellos tuvieron la posibilidad de encontrar la apertura de la Unidad 48 como una forma de trabajo. Había más parecidos que diferencias. Así como nosotros nos formamos, estaría bueno que los penitenciarios también estudiaran para conseguir herramientas para poder colaborar con este proceso que es el encarcelamiento. Para que se deje de ser ese encarcelamiento perpetuo, inmóvil, que pueda haber desde los dos lugares esta fluidez de poder dar herramientas y utilizarlas.
Desde principio de año se está dando la carrera de Trabajo Social, que fue una demanda pura y exclusivamente del Servicio Penitenciario. Los oficiales son distintos que los guardias, que viven la cotidianidad de la cárcel, es el guardia el que está todo el día cara a cara con el interno o con el preso. Hay problemas que no se resuelven con palos o pastillas. Hoy, por ejemplo, la cárcel está farmacológicamente tomada, por cualquier problema te medican, y esto hace que el problema de los individuos nunca cese.
¿Hay otros presos que están estudiando?
Yo soy el primero en recibirse, pero hoy están cuatro guardias a punto de presentar tesis. Además hay 7 internos, que hoy están en libertad, que han pasado la totalidad de su instancia educativa dentro de la cárcel.
¿Qué te llevó a estudiar sociología?
Sociología la tuve en Introducción al Derecho en La Plata. Todos los que conformamos este primer grupo que originó la conformación de lo que hoy es el Centro de Estudiantes Universitario de San Martín veníamos de estudiar derecho. Nos juntamos con el que hoy es decano de la Universidad de San Martín, que era secretario del área de extensión de la Universidad de San Martín. Nosotros fuimos con la idea de estudiar derecho, para concluir nuestra instancia en esta carrera. Él nos habló de sociología, él es francés radicado en Argentina. Es doctor el Ciencias Sociales. Él trajo a la discusión las ideas de la economía solidaria, las economías sociales, y nos planteó la posibilidad de traer sociología, ya que era la carrera que podía darnos herramientas y conciencia. La sociología nos sacó de la discusión de los buenos y malos, de presos y guardias. Nos trajo la posibilidad de desnaturalizar lo que se torna como algo común en la cárcel.
En esta situación, ¿Cuál es la relación presos- guardia cárceles?
No es lo mismo el vínculo que se genera entre un guardia que estudia al lado tuyo y uno que solamente hace su trabajo. Yo no soy un abolicionista de la cárcel, por eso es que necesitamos los guardia cárceles tengan herramientas para que puedan amenguar la dosis de odio.
¿Cómo te ves vos de acá a un futuro como sociólogo? ¿Querés dar clases? ¿Querés investigar?
Yo participé de un proyecto de alfabetización en la cárcel, es algo que me gusta mucho. Hace dos años que estoy adscrito en una cátedra de antropología y estamos creando un observatorio. Hay una veda desde el año 2010 en cuanto a la población carcelaria, en cuanto a los números que se manejan en la Provincia de Buenos Aires. Y esto es algo que es necesario analizar y desarrollar. Saber los números de la población carcelaria. Una vez que se tienen los número reales y tiene un buen análisis cuantitativo y cualitativo uno puede sentarse y extraer herramientas para la discusión. Nosotros conformamos un grupo muy fuerte, tenemos el apoyo del Instituto Nacional de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín y estamos recaudando datos y haciendo encuestas, y hacer un análisis para poder ofrecer al servicio penitenciario, a la municipalidad y al gobierno, herramientas para poder desarrollar políticas dentro de las cárceles.
¿Se proyecta llevar este convenio a otras unidades penales?
Es la idea, la meta y el desafío. Hay una cárcel en Uruguay que no tiene guardia cárceles, que tiene trabajadores sociales. Nosotros tenemos esa utopía también. Nosotros apuntamos a que haya más guardias que tengan herramientas para actuar en el sistema carcelario. Hoy la única herramientas que tienen los guardia cárceles son un candado y una llave.
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