En el marco del alzamiento policial que tuvo lugar en Santa Fe esta semana, se registraron agresiones y amenazas a trabajadores de prensa que cubrían el conflicto. Diego Meloni, uno de los periodistas agredidos, afirmó que "es muy difícil pensar en la racionalidad con la extorsión y el apriete de por medio".
Esta semana, sectores de la policía de Santa Fe, al igual que en otras localidades argentinas, se manifestaron en reclamo de aumentos salariales y la posibilidad de sindicalizarse. "Se dio un proceso prácticamente extorsivo, de muchísima presión por parte de la fuerza que, prácticamente a punta de pistola, querían lograr un aumento de sueldo", explicó el periodista de FM Chalet Diego Meloni. Durante el fin de semana en que se iniciaron los reclamos hubo aprietes, llamados, mensajes intimidatorios a periodistas, distintos tipos de amenazas y presencia de policías armados y encapuchados en las concentraciones. "Es muy difícil pensar en la racionalidad con la extorsión y el apriete de por medio", agregó Diego.
El lunes cuando un grupo de periodistas, entre los que se encontraba Diego, regresaba de cubrir uno de los anuncios del gobernador respecto a una propuesta salarial, fueron agredidos por miembros de la fuerza de seguridad. "No querían que filmemos ni que tomemos ningún tipo de imágenes", explicó. Diego fue amenazado por un efectivo con su arma reglamentaria a mano: "no nos obliguen a matarlos a todos acá en la plaza", le dijeron. "Uno hubiera imaginado cualquier cosa menos que un servidor público utilizara su arma con ese tipo de característica (...) Han pretendido que la prensa y los medios de comunicación se pongan enfáticamente a su disposición".
Sin sanciones
El martes 10, y luego de tres propuestas rechazadas por las fuerzas policiales, Bonfatti resolvió por decretó las pautas del aumento salarial: un agente sin antigüedad cobrará 8.100 pesos de bolsillo a partir de enero. Un actor clave en esta negociación fue el arzobispo de Santa Fe y presidente del Episcopado Nacional, José María Arancedo, quien ofició de mediador que para que la policía levantara la medida de fuerza y volviera a trabajar con la seguridad de que no se avanzará con sanciones contra los efectivos que participaron de estos hechos. "Nos dicen que no habrá sanciones ante quienes claramente violentaron la ley, llevaron a cabo un proceso extorsivo y pusieron en riesgo la paz social. Nos genera muchísima preocupación porque estamos hablando de que el gobierno reconoce que hubo delitos pero que no va a actuar en consecuencia, en definitiva, violentaron la ley y por la gravedad que tiene que los involucrados sean miembros de las fuerzas de seguridad", dijo Diego. Además, agregó que "esa misma policía que tuvo en vilo a la provincia organizó los robos en la provincia".
Diego contó que la protesta fue encabezada por un grupo de policías exonerados de la fuerza por narcotráfico, vínculos con el delito o causas de gatillo fácil: "esos son los que se arrogan hoy la representatividad". Uno de los dirigentes de este grupo es Alberto Martínez, ex policía, que se presentó como "un admirador de Seineldín", líder del alzamiento militar carapintada contra el gobierno de Carlos Menem en 1990.
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