El veredicto se conocerá el próximo 11 de diciembre y podría tratarse de la primera sentencia por delitos de lesa humanidad cometidos a presos comunes durante la última dictadura.

El 14 de marzo de 1978 sesenta agentes penitenciarios ingresaron al pabellón séptimo de la Unidad Penitenciaria N°2 de Villa Devoto. Estaban enojados porque la noche anterior un preso no quiso apagar la tele hasta terminar una película. Esa fue la excusa para castigar a los reclusos. En el pabellón había alojadas 161 personas en un espacio que sólo podía albergar a 60.
Por mucho tiempo para el Sistema Penitenciario se trató de un motín, luego de años de lucha el TOF N°5 de Buenos Aires está por dictar sentencia a 3 funcionarios acusados de ser responsables de la muerte de 66 detenidos.
El veredicto se conocerá el próximo 11 de diciembre y de ser positivo, se trataría de la primera sentencia por delitos de lesa humanidad cometidos a presos comunes durante la última dictadura.
Claudia Cesaroni, abogada querellante en la causa, resaltó que en dictadura la persecución no tenía una línea definida que apuntaba sólo a los que tenían una militancia política: “Para nosotros era importante mostrar que esta frontera era muy lábil, que no es que solo se perseguía a militantes políticos, a las personas que se detenía por cualquier motivo también se las torturaba”.
"Ellos están en prisión domiciliaria desde el momento de su detención, nunca han estado privados de libertad en una celda. Hemos pedido una serie de reparaciones que van más allá de las condenas: que este caso se estudie en las academias penitenciarias, que el fallo sea publicado por el propio servicio penitenciario, que la cárcel de Devoto no se transforme en un edificio o en un shopping, sino que sea un espacio de memoria, que los nombres de las víctimas estén en ese sitio que está en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", enumera en Falsa Modestia.
Hace unos años, Hugo Cardozo, uno de los sobrevivientes, pasó por Radio Futura y contó que reprimieron a los detenidos y “ellos tenían mejor visión que nosotros asique patearon uno de los barriles de kerosene de 50 litros sobre esos colchones y ahí se desató el infierno”.
Y agregó: “Fue una explosión que arrancó de abajo, las llamas pegaron en el techo y se vinieron a nosotros como olas de fuego pero desde el techo y convirtiendo una mañana en la noche”.
El saldo de esta represión fueron 66 detenidos muertos. Algunos murieron por el incendio, por la balacera o por la tortura posterior que ejercieron sobre los 88 sobrevivientes.
No todas las detenciones durante la dictadura fueron clandestinas y no por eso, estuvieron exentas de la tortura y persecución.
Se trataba de una celda sobrepoblada de delitos comunes por las mismas políticas represivas y persecutorias que el gobierno de facto implementaba
