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Danza x la Identidad: el cuerpo como territorio de memoria y resistencia

“Es un festival autogestivo que sigue creciendo a pesar del contexto, porque acompañar a las Abuelas es también defender la democracia”, dijo su productora y coordinadora, Yamila Cruz Valla.

El Festival Internacional Danza x la Identidad celebra su novena edición en apoyo a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. Desde el 31 de octubre en La Plata hasta el 11 de diciembre en Tucumán, el encuentro propone una programación diversa que une arte, memoria y compromiso político.

Este año llega con la fuerza de una causa que sigue latiendo: la búsqueda de las nietas y nietos apropiados durante la última dictadura cívico-eclesiástica-militar en Argentina. Con entrada libre y gratuita, el encuentro reúne a compañías de México, Chile, Brasil y distintas provincias del país, que entienden la danza como un lenguaje poético y político capaz de construir pensamiento, memoria y acción colectiva.

“El Festival va creciendo a pesar del contexto político y económico, se va extendiendo, sigue sumando artistas que quieren ser parte, que quieren expresarse”, señaló Yamila Cruz Valla, bailarina, coreógrafa y gestora cultural que coordina el equipo de producción. “Es un festival a favor de la lucha de Abuelas, una lucha que entendemos tiene que seguir, porque es parte de nuestra identidad”, suma en diálogo con Cacodelphia.

La apertura será el 31 de octubre a las 19 hs en el Teatro Argentino de La Plata, donde participarán compañías nacionales e internacionales en una función de dos horas: “La apertura siempre es en el Teatro Argentino, un clásico. Los trabajadores se suman con mucho compromiso, porque saben que nosotros también trabajamos con mucha responsabilidad”.

El 1 de noviembre, la actividad se trasladará al Centro Cultural y de la Memoria Islas Malvinas, donde el CECIM La Plata realizará una “Recorrida de la Memoria” por la Plaza Malvinas Argentinas. Luego, se presentarán las obras completas de Brasil y México, con desmontajes y diálogos con el público. “Será una jornada muy interesante para quienes estudian danza escénica”, anticipó la productora.

El cierre del Festival será el 11 de diciembre en el Teatro Municipal Rosita Ávila de San Miguel de Tucumán, en el marco de los 50 años del Operativo Independencia. “Decidimos estar ahí porque es fundamental recordar lo que ocurrió en Tucumán, previo al golpe del 76, durante un gobierno constitucional. Revisar la memoria sigue siendo una herramienta importante para la verdad”, reflexionó Cruz Valla.

Y agregó: “Es interesante hacer memoria sobre lo que ocurrió porque siempre tenemos que tener ciertos cuidados. Estamos en un gobierno bastante particular, con una vicepresidenta que ha mostrado simpatía con los militares. Más que nunca tenemos que cuidar la democracia”.

Autogestivo y sostenido con esfuerzo colectivo, el Festival continúa sin subsidios, pero con un fuerte respaldo del Estado provincial y la comunidad artística. “A veces hemos tenido apoyo, otras no. Pero sigue adelante con mucho esfuerzo a partir de los artistas que se hacen eco, convencidos de que el camino es acompañar a las Abuelas”, contó.

Este año, una compañía de Neuquén abrirá el Festival con 26 bailarines que llegarán a La Plata “en un momento crítico económicamente (...) Como no contamos con dinero ni subsidios, distintos artistas de la ciudad van a abrir sus casas para hospedar a los visitantes”.

El Festival propone una curaduría cuidada para acercar al público nuevas formas de ver y sentir la danza. “Buscamos obras con capacidad de generar sentido, que el público pueda leer. Es una forma de lucha, un posicionamiento intelectual y político de los artistas”, afirmó.

Sobre la diversidad de propuestas, Cruz Valla subrayó: “En el escenario están todos los géneros y estilos de danzas, porque apuntamos a reconocer que somos un pueblo plural. La danza tiene una mirada política que había quedado un poco perdida, y hoy estamos desarrollando músculos para decir, para generar un sentido común en las personas”.

Finalmente, destacó algo esencial del encuentro: “La danza genera comunidad. Tenés que largar el teléfono, encontrarte con el otro desde el cuerpo. No hay otra manera de que ocurra. En estos tiempos, esos espacios donde mirás a los ojos, donde todo es real y genuino, son necesarios. Por eso este Festival no solo sostiene la memoria: también nos recuerda que seguimos vivos, juntos, bailando”.

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