Según lo explica Federico Agnolín, Jefe de la Expedición Cretácica I, este tipo de hallazgos salen de lo común por tratarse de un huevo perteneciente a una especie carnívora.
La Expedición Cretácica I – 2025, organizada por el CONICET en la provincia de Río Negro, sumó un nuevo hallazgo de enorme valor científico: durante una jornada de excavación transmitida en vivo, los paleontólogos identificaron un huevo fósil de un dinosaurio carnívoro en un estado de conservación sorprendente.
“En primer lugar fue expedición muy agotadora, fue muy complicado realmente llevar adelante esto desde el punto de vista técnico porque básicamente tuvimos que armar un estudio en medio de una meseta, pero valió la pena porque realmente tuvo una repercusión enorme y estamos muy contentos”, dice Federico Agnolín, Jefe de la Expedición.
Según explicaron los investigadores, el hallazgo formaría parte de un pequeño nido de al menos tres ejemplares, aunque solo uno de ellos se preservó completo. No presenta señales de eclosión, lo que abre la posibilidad de que contenga un embrión fosilizado en su interior, algo extremadamente infrecuente en este tipo de hallazgos.
Agnolín forma parte del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados. En diálogo con Los Mundos Posibles destaca que “la importancia del hallazgo de nidos o huevos es que nos habla mucho del comportamiento del animal en vida. Cuando estudiamos un esqueleto, estamos estudiando la muerte del animal que no nos brinda muchos detalles de cómo vivía, en cambio un nido te detalla la sociabilidad del animal, si cuidaba a sus crías o no, qué les daba de comer, así que tenemos esperanza en poder sacar todo ese tipo de datos”.
Consultado por embalaje de los fósiles hallados durante la expedición, explica que "se utilizan materiales comunes, puede ser hasta papel higiénico, un montón de capas, junto con papel film, hacemos un buen envoltorio, de algodón", pero aclara: "Lo que lleva una complejidad mayor es la preparación en el laboratorio, llega el fósil y ahí ya no se te puede romper, una cosa es en el campo, donde no tenés la situación controlada, hay viento, no tenés los materiales necesarios. Después debe quedar impecable, para eso se le extrae la roca que lo rodea, si hay arena lo mismo, se lo consolida para que resista el paso del tiempo fuera de su ambiente natural".
La campaña es respaldada por CONICET, National Geographic y Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”. Junto a la ayuda de la Secretaría de Cultura de la provincia de Río Negro.
