La hostilidad libertaria en redes alcanzó un récord histórico, según advierte el informe "La provocación permanente". El estudio señala que la agresividad del presidente, además de dañar al adversario político, degrada la discusión pública. Durante su gestión los insultos se duplicaron, superando los 1.300.000 cada mes.

“Lo que nosotros nos propusimos con este informe fue buscar y sustentar con datos lo que percibíamos al trabajar en el territorio digital, sea con clientes, sea con investigaciones que hacemos hace bastante tiempo, ya en torno a la figura del presidente y determinadas conversaciones digitales en el ecosistema argentino”, explica Emilia Reiszer, coordinadora del informe “La provocación permanente” de la consultora Ad Hoc.
La politóloga amplía que “veníamos notando un aumento de la agresividad y de la violencia que se traduce además en una disminución de la búsqueda de consensos, de diálogos y las repercusiones que eso tiene en el quehacer político”.
El informe selecciona una serie de insultos como una muestra, y con ese material profundizaron qué era lo que pasaba con ellos y cómo evolucionaba su uso en los últimos dos años y medio de la discusión política argentina.
“Lo que pudimos comprobar es que, efectivamente, como teníamos la impresión, el uso de agresiones, insultos, chicanas, justamente formas de deslegitimar al adversario podríamos decir, vienen increscendo en los últimos dos años y medio a un ritmo realmente muy significativo”, describe en Los Mundos Posibles.
Sin embargo aclara que ese estilo agresivo se da “en los distintos sectores del arco político, no es solamente propiedad del arco libertario, y tiene como contracara la degradación del debate público”.
El informe de Ad Hoc concluye que la clase política argentina perdió su capacidad de orientar la discusión y en lugar de establecer la agenda se metió de lleno en el "barro digital", lo que genera un debate vacío de contenido y repleta de insultos, lo que empobrece la conversación pública.