El músico mendocino Rubén Giménez presenta su primer libro basado en su habilidad para escuchar y contar.

Las historias reunidas en el libro “Retazos de sucedidos y una yapa” nacen de la escucha atenta de Rubén Giménez, quien heredó de su padre y de su abuelo la habilidad y sensibilidad para observar modismos y costumbres de su pueblo. El autor -compositor, intérprete, promotor cultural- le echa levadura a anécdotas reales escuchadas a sus vecinos, les pone un toque de humor, de picardía y hasta algo de ironía. Y los devuelve a la paisanada para que sigan rodando de boca en boca.
“Rubén Giménez es un interlocutor de esos que de puro estar o de escuchar en el lugar correcto, está en el momento indicado, sabe cazar al vuelo el comentario, la anécdota o el chisme que con los agregados necesarios que puede pasar a convertirse en una leyenda popular”, dice Alejandro Frías, prologuista y editor del libro recién publicado.

Colonia Segovia es una pequeña ciudad en el departamento de Guaymallén al norte de la provincia de Mendoza, a pocos kilómetros de la ciudad capital. Por las calles principales Carril a Lavalle, Buenos Aires, o por Buenos Vecinos, y
así como por las aledañas acostumbran a cruzar los vecinos en bicicleta. Desde su tapa, y a lo largo de todo el libro, una bicicleta atraviesa las páginas invitando a recorrerlo, como un vecino más.
“Yo tengo esa esperanza de que el habitante de Colonia se vea reflejado en las historias, o las recuerde”, comparte el autor en una larga en De pueblos y caminantes, entre risas, e historias de con cuál sucedido o anécdota surgió cada uno de los cuentos.
“Retazos de sucedidos incluye trece cuentos en los que las exageraciones, el absurdo, los giros inesperados en el relato y la picardía son los condimentos con los que se cuentan esas historias de personajes impensados, que van desde un joven convertido en oráculo por un rayo hasta un hombre aperrao, desde un perro cruza de un salchicha con una galgo hasta un cantante malhadado, desde un romance ítalo-japonés hasta las artes amatorias de la esposa de un camionero, por citar sólo algunos de los retazos de sucedidos que Giménez reúne en este libro”, anticipa el editor en el prólogo.
Refiriéndose a su afición por contar cuentos, dice el autor: “A mí me conmueve por un lado y me emociona por el otro, la forma de hablar de la gente. Esto tendrá que ver también con que mi padre Tomás Adolfo era un gran narrador. Y era de esos viejos cuenteros, Pero no era el cuento por el cuento en sí, sino que era algo que tenía que ver con la situación que vos estabas viviendo. Y el padre de él, mi abuelo, Ramón Giménez era muy sentencioso. Lo gracioso es que don Ramón tenía un repertorio para cada situación. El abuelo decía: ´No hay petiso que no escriba largo´. Y no decía más nada. Pero cuando vos te encontrabas con un tipo así… medio autoritario, el viejo decía esas cosas. Y éste: ´según el culo son los azotes´. Pero la explicación esa tenía que ver con lo que estaba sucediendo en el momento,
porque si vos lo largabas eso en cualquier parte no tenías sentido. Es que son como chicotazos, esas formas de decir. Son sentencias. Son como látigos de ironía en realidad ¿viste? Y bueno...mi viejo ya se explayaba un poco más, contaba historias que tenían que ver con lo que había sucedido en el momento”.
Rubén reflexiona sobre esa herencia familiar de observar, escuchar y re-crear relatos: “De ahí tal vez me venga a mí ese placer también por contar historias o descubrir esos pedacitos, esos chispazos yo le llamo a eso, el carozo del cuento. Si vos tenés eso, esa cosita que es como un diamante, digamos, que va en el medio, si vos lo tenés después alrededor podés construir cualquier otro relato, pero tenés que
tener ese sucedido”.
Algunos de los títulos que componen la edición son: “Hay que llamarse Ulderico”, “Custodio Donaire, el cristiano aperrado de Colonia Segovia”, “El burro de Barragán”, “El Rejucilo” y la yapa.

El 7 de junio pasado se presentó “Retazos de sucedidos” en la Guarida del Celebrante refugio de Rubén Giménez y su esposa Andrea. Entre empanadas y vino, relatos de sucedidos, compartiendo lecturas y guitarreada, cuecas y tonadas, y con muchos muchos amigos y vecinos quienes, seguramente, se reconocieron en la identidad y las historias de los personajes que habitan ya en la memoria colectiva de
Colonia Segovia.
Para adquirir el libro y facilitar su envío comunicarse con la editorial en Colonia Segovia a @leolibroseditorial o al Whatsapp del editor 261 662-1590