Ambos países acordaron un alto el fuego en lo que se refiere a las disputas comerciales durante 90 días, con un recorte de aranceles recíprocos durante ese plazo. Claves para entender una lucha por el dominio mundial de la economía.

“Lo que pasó es que Oriente y Occidente se encontraron en Suiza para un armisticio comercial la semana pasada, entre China y Estados Unidos. Y los chinos, a mi entender, se sienten fuertes y el mundo va a tomar nota de esta reunión”, inicia Alejandro Palombo, Licenciado en Ciencias Políticas.
El columnista de Los Mundos Posibles, explica que “Washington, después de la bravuconada de los aranceles, los redujo del 145% al 30% durante 90 días, y a seguir a charlar, y Pekín los bajó de su respuesta del 125% al 10%”
“El Partido Comunista chino, los voceros de Pekín en esta reunión, lo que dicen es que van a luchar hasta las últimas consecuencias si Estados Unidos insiste en esta guerra comercial. Demuestran firmeza por un lado, y por el otro lo que dicen es Washington nos llamó, no fuimos nosotros. Exponen responsabilidad como nueva potencia global y como un país responsable que busca salvaguardar la estabilidad económica internacional”, explica.
“China casi no se movió de sus posturas, Trump anunció y revisó sus políticas arancelarias mil veces desde que asumió, según el Washington Post. Entonces son dos sistemas, uno de un partido y un Estado”, amplía.
Por último, el especialista concluye que los chinos "no van a modificar nada de su estructura política, económica, ni sus empresas estatales ni el control del partido, que es lo que Estados Unidos considera como injusto en el juego del libre mercado. Lo más importante es que no está claro qué es lo que Estados Unidos puede ofrecerle a China".