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La Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes cerró el año con un concierto único en el Teatro Argentino

En el marco de su décimo aniversario, ofreció un emotivo concierto en la Sala Ginastera, con la participación de artistas invitados.

La Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes cerró este 2024 con un concierto en la prestigiosa Sala Ginastera del Teatro Argentino, marcando un hito en la historia de este colectivo artístico que, a lo largo de diez años, ha logrado trascender las barreras del barrio Villa Alba.

Julián Rossini, director de la orquesta, no dudó en calificar el concierto como "único, histórico e irrepetible", un cierre simbólico de un ciclo que comenzó en 2014. "No sé si la Orquesta merece o no estar allí, pero sí sabemos que este concierto resume todo un tiempo vivido de compartir con un montón de chicos y chicas que han formado parte de este proyecto", expresó Rossini, quien destacó la importancia de este momento para la comunidad, el barrio y la orquesta misma.

La orquesta, formada por jóvenes del barrio Villa Alba en el marco de La Casita de los Pibes, fue creada como parte del Programa Social Andrés Chazarreta del Ministerio de Cultura de la Nación, con el objetivo de promover la integración social a través de la música.

“Hoy estamos terminando un año muy complejo para todos estos proyectos. A nosotros nos ha tocado, en toda esta historia, pelear mucho por sostener el lugar que tenemos. Hemos atravesado cambios de gobierno que nos han golpeado al punto de dejarnos sin salario. Hoy seguimos buscando sostener nuestro lugar, nuestro espacio, a partir de tocar y de estar muy comprometidos”, expresó. Además, el director destacó que el proyecto no depende solo de él: “Es un proyecto colectivo, y gracias al esfuerzo conjunto de todos, seguimos adelante, a pesar de las adversidades”.

"Desde el comienzo compartí la tarea de la dirección con Rosario Huertas, y hoy ya es algo que le pertenece a los chicos y a las chicas. Ellos lo militan y se encargan de que no se detenga, de otro modo no podríamos haber hecho nada en todo este tiempo. Es un proyecto colectivo y comunitario, y gracias a eso el espacio se sostiene", contó a Cacodelphia.

En la Sala Ginastera, la orquesta contó con la participación especial de artistas invitados como la cantante Milena Salamanca, el músico Toto Yulelé, el bandoneonista Bruno Cabada y Rolando Goldman, charanguista fundador del programa Chazarreta, y uno de los grandes impulsores de la orquesta en sus primeros años. “La buscamos y la pelamos, como siempre hemos hecho cada vez que se nos ocurre algo", comentó Rossini sobre el concierto, destacando que esta fue una celebración colectiva con aquellos que fueron parte de la primera camada de la orquesta y los profesores que ayudaron a forjar su identidad.

La Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes está conformada por chicos y chicas del barrio Villa Alba y fue fundada hace casi diez años en el marco de la organización social La Casita de los Pibes. A lo largo de estos años, se ha presentado en diversos eventos y ha lanzado tres discos. Al ser consultado sobre cómo ha cambiado la orquesta en este tiempo y qué significan para él esos diez años, Rossini explicó: “Puedo ser honesto hasta cierto punto, porque algo me tengo que guardar para mí. Este proyecto me ha llevado por un montón de carriles muy buenos y, a veces, no tanto, porque la lucha es continua y constante. A veces uno se cansa, y cuando estás cansado algunas cosas duelen. Pero ahí están las familias, el grupo, los chicos, que le ponen un montón de ellos para que esto siga. Hoy estoy aprendiendo mucho de todo eso”, expresó.

A lo largo de estos diez años, la Orquesta ha superado numerosos desafíos, incluyendo cambios políticos que pusieron en peligro la estabilidad económica del proyecto, pero la perseverancia y el compromiso de los músicos, los profesores y la comunidad permitieron que la orquesta continuara creciendo.

"La orquesta ha pasado por distintos estadíos. Cuando iniciamos, no teníamos ni idea de lo que iba a pasar con los instrumentos que teníamos. Cabe aclarar que nuestra orquesta es de tipo popular, con instrumentos latinoamericanos: guitarra, charango, vientos, cuerdas, violines, violas, contrabajo, ahora también fuelles y percusión. Fuimos creando un repertorio que incluyó arreglos, composiciones propias y discos para causas que lo requerían, como por ejemplo ‘La cantata Cuidar la Casa Común’. Hemos puesto la orquesta al servicio de los proyectos de la Casita y de quienes están alrededor, para darle sonido a la realidad de un barrio y de un montón de gente durante estos diez años", repasó Rossini.

“Hoy estamos llegando a la culminación de una etapa, de un proceso que va a continuar, por supuesto, aunque no sabemos bien cómo. Pero sí que es un momento culminante y yo lo tomo así. Siento que hay una generación que ya está ahí. Algunos chicos ya son profes, otros se dedican a la música. Entonces, es muy lindo ver todo eso, porque deja entrever el devenir de la orquesta, en manos de quién y de quiénes puede continuar. Con esto no quiero decir que no voy a seguir participando, pero sí que hay un proceso que va a dar una apertura a nuevas figuras de la orquesta que serán parte de lo que viene”, dijo.

La Orquesta se formó en 2014 a partir del Programa Social Andrés Chazarreta, del Ministerio de Cultura de la Nación, y en articulación con la organización La Casita de los Pibes. En este tiempo, se han cumplido varios ciclos, y esa gran aspiración de que los chicos tomen la posta parece estar más cerca, según su director.

“Eso es lo que nos hace tener fe y esperanza, básicamente. Cuando uno se cansa, ahí es cuando aparecen estas figuras que siguen empujando hacia adelante”, contó Rossini. “Ese es el modo en que hemos trabajado en todos estos años, por eso creo que la orquesta significa realmente un montón de cosas. Y por eso el concierto en el Teatro Argentino no es uno más, porque tiene un gran significado para nosotros, para el barrio, para La Casita y para la comunidad”, concluyó.

A pesar de los logros, Rossini no ocultó los obstáculos que han marcado la historia de la orquesta. "Estamos terminando un año muy complejo, hemos tenido que pelear mucho por sostener nuestro lugar", reflexionó el director. Sin embargo, destacó que el proyecto, más allá de depender de su figura, es colectivo y comunitario. “Hoy ya es algo que le pertenece a los chicos y chicas, ellos lo militan y se encargan de que no se detenga", añadió, destacando que el compromiso de los jóvenes ha sido clave para la continuidad del proyecto.

“Cada orquesta es un mundo y tiene su impronta. La nuestra está marcada por la lucha colectiva"

“Cada orquesta es un mundo y tiene su impronta. La nuestra está marcada por la lucha colectiva, por saber que a veces no es solo el trabajo, sino el aguante, para que no se caiga. Y a partir de ahí, cuando las cosas estuvieron más difíciles, fue cuando salieron los mejores proyectos”, repasó Rossini. “Nosotros hicimos todo para que el proyecto se conociera, porque entendimos que la única manera de que el proyecto subsistiera, cuando todo se iba al demonio, era salir a mostrar que hacemos música propia, que tenemos un sonido, que formamos parte de un proyecto educativo, y de un proyecto colectivo de música donde los chicos ponen lo suyo”, explicó.

La comunidad de Villa Alba juega un papel fundamental en el éxito y la continuidad de la Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes, ya que es el apoyo y la participación activa de los vecinos lo que sostiene este proyecto. Como señaló Rossini, ver a los chicos caminando con instrumentos por el barrio y llegar a un espacio como La Casita, que ofrece una variedad de talleres, se convierte en un símbolo de inclusión y participación. "La orquesta le da sonido, le da vida al barrio", aseguró, destacando cómo, al igual que otros proyectos de La Casita, la música ofrece a los jóvenes una vía para insertarse en un mundo que muchas veces les da la espalda. En este espacio, nadie queda afuera, y la música se convierte en una herramienta de resistencia, integración y transformación social. Para Rossini, el objetivo siempre fue salir de los límites del barrio, mostrar que los chicos tienen algo valioso que aportar, y promover un mundo distinto, en el que las oportunidades y la cultura sean accesibles para todos.

"La orquesta le da sonido, le da vida al barrio. Los chicos no solo se insertan en la música, sino también en un mundo que a veces les da la espalda. Ahí estamos para construir un mundo donde nadie se quede afuera", afirmó Rossini, quien considera que este proyecto ha sido fundamental para la comunidad.

Hoy, al mirar hacia el futuro, Rossini se siente esperanzado por el legado que está dejando la orquesta. “Este es un momento culminante, siento que hay una generación que ya está lista. Algunos chicos ya son profesores, otros se dedican a la música”, concluyó el director. Aunque no sabe cómo se desarrollará el futuro de la orquesta, está seguro de que la esencia del proyecto continuará, pues lo que comenzó como una propuesta para un barrio, hoy se ha convertido en un referente cultural que trasciende generaciones.

Un concierto único, histórico e irrepetible

En la imponente Sala Ginastera del Teatro Argentino de La Plata, la Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes brindó un concierto único, donde presentó un repertorio atravesado por una rica variedad del folklore latinoamericano. Con una destacada participación de artistas invitados, el evento se convirtió en una celebración para los “pibes” que conforman la orquesta, para los docentes y para la comunidad del barrio que vio nacer y crecer el proyecto.

La orquesta comenzó su presentación con “Misachico de Cangrejillos”, una obra de Ricardo Vilca, que transportó al público al corazón de los Andes. A lo largo de la noche, los músicos interpretaron una selección de composiciones que reflejan la diversidad cultural y musical del continente. Entre ellas, se destacaron “Desierto” de Sergio Caparelli con arreglos de Julián Rossini, “Para ti”, canción original compuesta por Olguita Elguera y Eduardo Morote, y “El árbol”, de Shaman Herrera, composición que forma parte del primer disco de la orquesta.

Uno de los momentos más destacados del evento fue la participación de Toto Yulelé en “Candombe de mucho palo”, canción que también formó parte de las producciones realizadas por la orquesta en tiempos de pandemia. En el marco del concierto, la orquesta también interpretó “El camino de los valientes”, único tema perteneciente a la ‘Cantata Cuidadores de la Casa Común’ que sonó en el Argentino. Otro de los momentos emotivos fue la interpretación del Himno Nacional Argentino, donde la voz de Milena Salamanca y el charango de Rolando Goldman fusionaron sus sonidos en una versión única de la canción patria.

A lo largo del concierto, otros invitados especiales sumaron su talento al repertorio. Bruno Cabadas, con su bandoneón, aportó un toque de nostalgia en “La Cumparsita”, y Milena Salamanca interpretó “Sol de los Andes”, una saya con letra de José María Mercado y música de Bruno Arias. Además, se escucharon otras destacadas obras, como “Puente carretero” de Peteco y Carlos Carabajal, “La calandria” de Isaco Abitbol, “El viento al fin serás” de Diego Martez y “Será” de Las Pelotas. Estas composiciones invitaron al público a un recorrido sonoro que reflejó las búsquedas y desafíos del proyecto musical nacido una década atrás.

Finalmente, la orquesta cerró el concierto con “Tinku”, un tema de Rosario Huertas que celebró la fuerza y la unidad de los pueblos. El concierto, que también incluyó la interpretación de “El delfín azul” de Julián Rossini, fue una verdadera fiesta de sonidos y emociones que puso en evidencia el trabajo y la dedicación de la Orquesta Latinoamericana de La Casita de los Pibes, un colectivo musical que sigue cultivando la riqueza cultural de nuestra región a través de la música.

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