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Chicha Mariani y la casa de calle 30: entre ataques, secretos y una lucha interminable

El secuestro de Clara Anahí, archivos contradictorios y un velorio multitudinario. Laureano Barrera reconstruye, tras siete años de investigación obsesiva, los enigmas y el legado de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo.

Foto: Daniel Forneri. 

Me parece que hoy en día faros como el de Chicha, y como el del resto de las Abuelas, más allá que se intente solapar y oscurecer su legado, la tarea de quienes hemos conocido sus vidas y sus obras es justamente hacerlas brillar más que nunca. Es necesario marcar ese camino que siguieron, en un contexto con algunas similitudes al actual”, destaca el periodista Laureano Barrera, autor de La casa de calle 30.

En su libro, Barrera construye un minucioso perfil de María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani, partiendo de los días previos al secuestro de su nieta Clara Anahí hasta su fallecimiento, ocurrido el 21 de agosto de 2018, retratando el comienzo de una búsqueda que la llevaría a tener una participación en Madres de Plaza de Mayo, la posterior fundación de Abuelas y el distanciamiento de ese organismo para enfocarse de lleno en la Asociación Anahí.

La casa de calle 30 fue publicado en 2022 a través de Tusquets. Barrera explica cómo se originó la investigación que después convirtió en libro: “La venía entrevistando desde antes de tomar la decisión de decir ‘esto es un libro’, venía charlando con ella con la idea de hacer una artículo largo sobre su vida, había una coincidencia familiar que nos unía, y dije 'este es un buen punto de partida para una crónica de largo aliento', un perfil, una nota en alguna revista, con tiempo para leer con profundidad, pero no más que eso”, y recuerda: “En ese momento estaba haciendo un taller con Leila Guerriero y ella me dice ‘acá hay un libro’, yo no lo veía tan claro al principio, pero su palabra es autorizada, entonces me decidí, pero no quería hacer la biografía oficial de Chicha o un relato institucional, esto no iba a ser eso, no estaba dispuesto a editar esa parte para hacer una biografía complaciente, lo que quería era contar la historia de ella”.

“Uno de los desafíos más grandes fue cómo contar la partida de Chicha. La muerte ocurre cuando todavía no había terminado ni el libro ni la investigación. Fue un proceso que ya venía de varios años, este libro entre trabajo de archivo y escritura, demoró siete años, es un periodo largo y también tiene que ver con que fue una investigación minuciosa”, cuenta sobre lo más más desafiante de realizar la publicación.

El velorio de Chicha se llevó a cabo en el patio del Rectorado de la UNLP, en una ceremonia colmada de militantes, compañeras de lucha y figuras del arte y la política que se congregaron para despedirla. Sobre este punto, Barrera cuenta que “fue un velorio como sucede pocas veces, porque realmente desbordó la cantidad de gente que fue a despedirla, se piensan, de alguna manera, en un patrón más institucional y se vuelven populares.”

Por último, consultado sobre los mayores desafíos que presentó este trabajo, el periodista dice que “en términos narrativos y de investigación, no puedo escindirlos, son dos cosas que van de la mano y no hubiera podido escribir el libro como lo escribí sin ese nivel de profundidad que tiene. Si no me hubiera obsesionado tanto no podría haber contado ciertos detalles. Y ahí va en gusto de cada lector y lectora, si les gusta, si les parece fluido o no, pero necesitaba esos detalles para narrar y me parece que eso se logra con una investigación”, y señala que “la cuestión de narrar el ataque a la casa de calle 30, me parece que en términos de investigación fue uno de los desafíos más grandes, justamente porque había mucha información y en gran parte era contradictoria

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