El miércoles 27, falleció el músico y compositor clave en la historia de la música folklórica argentina. Integrante de grupos emblemáticos como el Grupo Vocal Argentino y Quinto de Cantares, dejó su marca en la escena nacional.
El miércoles 27, falleció Galo García, músico y compositor clave en la historia de la música folklórica argentina. Integrante de grupos emblemáticos como el Grupo Vocal Argentino y Quinto de Cantares, dejó un legado imborrable en la escena nacional. En junio, durante una entrevista en Cacodelphia, repasó su trayectoria y compartió su pasión por el arte, reafirmando su lugar fundamental en la música de nuestro país.
Oriundo de Lincoln, aunque él se autodenomina tandilense, Galo García fue un verdadero ícono de la música argentina. "Desde que tengo uso de razón viví en Tandil, ahí nació el amor por la música", recordó entonces. “En esa ciudad mientras hacia la escuela secundaria a los 15 años, realice la primera función profesional cobrando un trabajo. Desde entonces la voz siempre fue mi herramienta de trabajo, aunque también toco la guitarra, pero no soy guitarrista, soy guitarrero viejo”, contó García quien ha compartido escenario con grandes figuras nacionales e internacionales a lo largo de su vida musical.
Durante los años ‘60, el Chango Farías Gómez lo convocó para formar parte del Grupo Vocal Argentino, una de las formaciones más influyentes de la época. Además de su participación en este grupo, García integró otras importantes agrupaciones como Los Bachilleres, Buenos Aires 8, Gente de Canto, Sin Límites y Los Andariegos, este último considerado, uno de los grupos más destacados del folklore argentino. Su carrera también incluyó grabaciones con Osvaldo Fresedo, dos discos en dúo con Pehuén Naranjo, “Por el gusto de cantar” (2000), y “Por el gusto de cantar II” (2003), con Florencia García, como invitada. Y tres trabajos en solitario, “Salga al aire” (1983), donde estrenó numerosas composiciones propias con letras de María Wernicke; “Parte del aire” (2010) y “Resistir cantando” (2021). Además en formato de dúo, junto a Florencia García su hija en el año 2010 edito de “De a uno y de a dos”. En el aire de Radio Futura, García reflexionó sobre su vida y su amor por la música: "La voz me ha permitido expresarme", comentó, destacando que aunque tocaba la guitarra, su verdadera pasión siempre fue cantar.
En sus inicios, Galo García formó parte de la agrupación Cuatro Hermanos, Tres Voces y una Guitarra, y de su primera agrupación vocal, Los Bachilleres, junto a su gran compañero Oscar Cardozo Ocampo. Fue con ellos que editó su primer L.P. como profesional de la música. “Desde aquellos primeros años, la voz siempre me ha permitido expresarme”, expresó el cantor y compositor, quien a lo largo de su vida artística compartió escenario con grandes figuras de renombre nacional e internacional, como Eladia Blázquez, León Gieco, Teresa Parodi, Jairo, Manolo Juárez, Oscar Alem, Chango Farías Gómez, Marian Farías Gómez, Ariel Ramírez, Hamlet Lima Quintana, Eduardo Lagos, Domingo Cura, Mercedes Sosa, Astor Piazzolla, Mono Izaurralde, Horacio Molina y Oscar Cardozo Ocampo, entre otros.
“Yo canto casi absolutamente folklore, he cantado alguna vez tango, pero canto especialmente folklore”, explicó García, quien destacó: “Tengo una trayectoria muy larga, he pasado por todas partes. Esa es mi historia”, dijo en junio pasado, previo a la presentación en el Teatro El Alambique, donde presentaba “De vez en cuando la vida”, un espectáculo compartido con Magdalena León. “Dos amigos que la música reunió”, expresó el cantor sobre ese presente que ya forma parte de su enorme historia musical.
"Resistir Cantando": el legado de un disco testimonial
En 2022, a sus 80 años, Galo García volvió a los estudios para grabar un nuevo trabajo discográfico, “Resistir Cantando”. Este disco fue realizado bajo la dirección musical de Manuel “Manu” Navarro y contó con la participación de Juan Pablo Colombo en contrabajo y bajo eléctrico, Gustavo López en percusión y Amadeo Monges en arpa. “Estaba tranquilo cantando en casa, en reuniones de amigos, y un día me dije: tengo ganas de regalarme un disco”, relató el músico sobre la gestación del álbum.
“En esta etapa de mi vida busco cantar exclusivamente lo que me gusta, y lo que me gusta es aquello que pueda pasar por mi cuerpo y emocionarme”, contó García sobre el repertorio del material. Este álbum fue grabado, mezclado y masterizado por Federico López en el estudio El Bulín Producciones entre julio de 2021 y julio de 2022. Los arreglos y la dirección musical estuvieron a cargo de Manu Navarro, mientras que la dirección artística fue realizada por Galo García y Florencia García Casabal. El arte de portada fue diseñado por Paula Radoszynski y la foto de tapa fue tomada por Axel Endruhn.
El título del disco, “Resistir Cantando”, hacía referencia a su propio contexto personal, pero con el tiempo adquirió un nuevo significado, frente a los desafíos sociales y políticos actuales. "Me interesa lo que está pasando, soy un ciudadano argentino y ninguno de nosotros está afuera de esta situación", explicó García y agregó: “Siempre he cantado canciones con fundamento”.
El repertorio de este álbum incluyó temas nuevos y tradicionales, algunos de los cuales fueron compuestos por Manu Navarro, como la chacarera “Por más que nos mientan”, que también tiene una fuerte carga social y lleva letra de Alejandro Schwartzmann. "Este trabajo ha pasado a ser un disco testimonial", afirmó el músico, quien no ocultó su satisfacción por este último proyecto: "Estoy contento de mi nuevo trabajo, aunque me han quedado ganas de hacer otras cosas".
La noche más hermosa
En octubre de 2008, el recordado grupo Quinto de Cantares realizó dos funciones en el Taller de Teatro de la UNLP, donde interpretaron temas de su repertorio y la Misa para el Tercer Mundo, una obra con textos del Padre Carlos Múgica y música de Roberto Lar. El concierto fue organizado conjuntamente por la revista La Pulseada y el Taller de Teatro de la UNLP, con el objetivo de rendir homenaje a los curas Mugica y Carlos Cajade, dos grandes representantes de la Iglesia comprometida con los más pobres.
“Esa fue una de las más hermosas noches que he vivido”, recordó García sobre esa función, donde el público respondió con gran calidez. “No sabía cómo iba a llegar a la segunda función, pero la sala estaba colmada de gente muy receptiva, y para la segunda ya tenía más ganas que en la primera”, comentó con una sonrisa.
La Misa para el Tercer Mundo es una obra de fuerte contenido social y político que fue grabada por el Nuevo Grupo Vocal Argentino y brutalmente censurada tras el asesinato de Múgica en 1974. “La primera grabación de esa misa fue con el Nuevo Grupo Vocal Argentino, porque para entonces, Chango Farías Gómez ya se había exiliado. Estaba muy expuesto y se fue, así que llamé a Fernando Collados, un amigazo, con quien grabamos una primera versión de la misa”, recordó García.
“Esa primera grabación contó con cincuenta músicos y una enorme producción, es decir, alguien se ocupó de financiar semejante gasto”, añadió sobre la obra, en la que participaron músicos como Oscar Alem, Domingo Cura, Luis Ferreyra, Enrique Díaz, Domingo Mancuso y Rafael Morelli, entre otros.
Sobre su relación con Carlos Múgica, García recordó que todos en el grupo mantenían una “muy buena relación con el Padre, quien estuvo en todos los ensayos. Pero la relación inicial fue con el autor de la música, Roberto Lar”, un músico que pocos años antes había musicalizado la película La hora de los Hornos, de Pino Solanas y Octavio Gettino. “En los ensayos semanales siempre estaba Múgica con su campera de cuero negra. Recuerdo que siempre nos decía: ‘Muchachos, esto suena muy bien, pero por favor, tengan siempre el cuidado de que se entienda la letra’”, contó el cantor.
García también rememoró la importancia de la Misa para el Tercer Mundo, que se destacó por su enfoque revolucionario de la religión y su conexión con la teología de la liberación. “Grabamos ese material en un contexto de mucha violencia, por eso lo destruyeron, pero sobrevivió porque alguno de nosotros supo conservarlo”, explicó el cantor. La grabación de la misa se llevó a cabo entre el 10 de diciembre de 1973 y el 8 de enero de 1974, y contenía piezas clásicas de la misa católica como el Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei.
Tras el asesinato de Carlos Mugica en mayo de 1974 y la creciente represión en el país, la Misa para el Tercer Mundo fue censurada, y sus copias destruidas por el gobierno de Isabel Perón. “Cuando lo asesinaron, estábamos en el teatro probando sonido para estrenar la misa. Así como lo asesinaron, entraron al teatro, nos apretaron para que no hiciéramos más nada. Luego estuvieron dos días en RCA, el sello que había editado 50.000 copias para repartir por todo el continente, y rompieron todas las matrices y los discos de este trabajo. Lo que no pudieron romper fue el ejemplar que nos habían entregado a cada uno de los cantantes cuando terminamos de grabar”, recordó García.
“A partir de ese ejemplar, Oscar Escalada, muchos años después, cuando incluso el material se creía completamente perdido, junto con el Quinto de Cantares llevó adelante un trabajo extraordinario. Todos nosotros nos entregamos a esa misa, que nos llevó mucho trabajo y tiempo de armado, y aunque te parezca mentira, todavía era bastante resistida”, expresó el cantor.
El impacto de la Misa para el Tercer Mundo no solo fue musical, sino también político. “Es una misa que no era litúrgica, sino que presentaba un Dios más humano, más cercano a las luchas populares”, explicó García sobre una obra que reflejaba las tensiones sociales y políticas de América Latina durante los años 70. “La grabamos en un contexto de opresión y violencia, pero resistimos cantando, y así la pudimos compartir con el mundo”, dijo.
Para cuando se registró esta obra, Argentina ya contaba con la Misa Criolla de Ariel Ramírez, que había sido compuesta a partir de textos litúrgicos tradicionales, traducidos y adaptados por los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade. “La Misa para el Tercer Mundo no tiene nada que ver con la Misa Criolla de Ariel Ramírez, ni desde el aspecto musical ni desde los textos”, aclaró García, sobre la misa de Múgica, destinada a promover la revolución de Cristo y el hombre nuevo. En su edición original, el arte de tapa contenía la imagen del Cristo del Pan de Azúcar, en Brasil, ya que era sede del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, al que Múgica pertenecía.
“Además, Mugica decía que esta misa no era litúrgica. Sin embargo, tiempo después, nosotros, ya con el Quinto de Cantares, la interpretamos junto con la misa en algunas iglesias, con curas del Tercer Mundo, en Ensenada, por ejemplo, y en la Villa 31, en la Capilla Cristo Obrero, donde el cura nos pidió que la cantáramos”, recordó García.
Quinto de Cantares
Tras la muerte de Mugica, los ejemplares del álbum fueron censurados, requisados y destruidos por el gobierno de Isabel Perón. Esto ocurrió poco después de la muerte de Juan Domingo Perón, en julio de 1974, menos de dos meses después del asesinato de Múgica, quien fue acribillado a balazos tras celebrar misa en San Francisco Solano, Villa Luro.
“Después de todo lo que pasó, me fui de Buenos Aires a Mar del Plata, porque la situación se estaba poniendo peligrosa. Un tiempo después, volvimos a reunir al Quinto de Cantares, y fue entonces cuando Fernando Collados sugirió grabar la misa nuevamente. Recuerdo que le dije que no, porque ese trabajo había sido hecho por el Nuevo Grupo Vocal Argentino, con otras voces, otras personas, otra formación. Había dos bajos espectaculares como Jorge Raúl Batallé y Luis María Batallé, un tenor como Amílcar Daniel ‘Poppy’ Scalisi, y todos los músicos que participaron, lo que hacía imposible pensar en repetirlo”, recordó García.
“Pero en el Quinto de Cantares, con el tiempo logramos rehacer la misa. En ese entonces, contábamos con Oscar Escalada, un arreglador extraordinario, quien logró hacer un nuevo arreglo para cinco voces y cinco instrumentos. Así fue como grabamos de nuevo la misa, que presentamos en la ciudad de La Plata. Guillermo Montecchia nos dio una mano y luego se quedó con nosotros. Es decir, que en la última etapa fuimos seis, aunque nunca llegamos a cambiarle el nombre al quinteto”, detalló García.
En 2016, Galo García y el Quinto de Cantares lograron revivir esa obra, esta vez con una producción más modesta, pero igualmente significativa. “Ese trabajo nos comprometió emocionalmente a todos”, afirmó García, quien destacó la importancia de la obra como un documento cultural que reflejaba las luchas populares de la época. “Con un gran esfuerzo pudimos lograr poner a consideración una misa que había estado perdida durante tantos años”, comentó sobre la nueva versión de la misa, que fue arreglada y dirigida por Oscar Escalada.
“Ese trabajo nos comprometió profundamente, y todos nos sentimos satisfechos de haber rescatado un documento que estaba destinado a toda Latinoamérica, porque cuenta las historias de la gente de estos pagos”, explicó García sobre la Misa para el Tercer Mundo, que captura un clima de época no solo dentro de la iglesia argentina y latinoamericana, sino también en el ámbito político-social. La obra refleja el paradigma de opresión y liberación tan presente en esos años, y la teología de la liberación, temas que giran en torno a una misa que presenta a un Dios más cercano a las luchas populares. “Un Dios más humano, más cerca de las luchas populares”, concluyó el cantor que junto al Quinto de Cantares en el año 2021 lanzó su tercer material discográfico, “Canción para mi vecino”, un material que contó con arreglos y dirección de Oscar Escalada.
Cantar y sonreír
Galo García fue mucho más que un cantor y compositor; fue una voz fundamental en la historia de la música folklórica argentina, un artista comprometido con su tiempo y su gente. A lo largo de su vida artística, dejó una huella imborrable en la música popular, tanto en el escenario como en los estudios de grabación, trabajando al lado de grandes nombres y defendiendo siempre una propuesta musical profunda y auténtica. Su obra, marcada por la pasión, la lucha y la emoción, trascendió géneros y generaciones. Chabuca Granda lo definió como "una voz tan bella, qué bien dice y además, sonríe cuando canta", una frase que refleja perfectamente su talento único y su carisma, que se manifestaban no solo en su música, sino también en su sonrisa al interpretar. Esa sonrisa, que acompañaba cada nota, seguirá viva en cada uno de sus acordes y en el recuerdo de quienes tuvieron la suerte de escuchar a un artista que cantó para resistir, para emocionarnos y para dejarnos una lección de vida a través de su arte.