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"Tiene el Conurbano no sé qué": un viaje musical por las complejidades del conurbano bonaerense

El cantautor bonaerense Leandro Tornello estrena su tercer disco, un álbum cargado de historias, géneros y un profundo sentido de identidad regional. Un homenaje emotivo a la vida, las luchas y las particularidades de ese territorio.

El 23 de noviembre, Leandro Tornello presentará su esperado tercer disco: Tiene el Conurbano no sé qué. Será en El Colibrí, un espacio cultural de la ciudad que será el escenario perfecto dar cuenta de un álbum compuesto por diez canciones originales. En este nuevo trabajo, Tornello se adentra en los amaneceres del conurbano, la vida de los chatarreros, el desamor y la nostalgia de quien deja su barrio. La música, variada y llena de matices, recurre a géneros como la milonga, el bolero, la cumbia, el gato y la balada para ilustrar una región compleja en muchos aspectos, aún desconocida para gran parte del país.

"Es un trabajo muy lindo, muy personal y muy emotivo porque se trata de un compendio de canciones que hacen a la identidad de mi tierra", expresa Tornello, quien describe el disco como un retrato de las "grandes ciudades pegoteadas una al lado de la otra", pero que aún conservan esa esencia de "pueblo" y de "solidaridad".

"Si bien en los últimos tiempos hay una movida nueva de revalorizar al conurbano, no es muy común que uno le escriba al conurbano como un santiagueño a su Santiago. Pero de una manera genuina, compuse una serie de canciones que hablan de esa región y que fueron muy bien recibidas", dijo el autor de letras que evocan  no solo la geografía, sino el alma del conurbano bonaerense.

Durante el 2020, Leandro Tornello comenzó un proyecto de reinterpretación musical de canciones patrias titulado “La Patria estaba cantada”, junto con el docente e investigador Gustavo Albanece. En este proyecto, Albanece narra contextos históricos referidos a distintos himnos de la República Argentina, mientras que Tornello realiza una interpretación de cada canción con guitarra y voz.

"Fue ese un proyecto muy lindo donde agarrábamos canciones patrias que interpretábamos a partir de la guitarra y contábamos un lado B de la historia. Por ejemplo, cantábamos ‘La marcha de San Lorenzo’, pero en el relato no hablamos tanto de la batalla ni de San Martín, sino del negrito Cabral. Un lindo espectáculo con un formato teatral, simple, donde narrábamos la historia desde otro punto de vista, dando cuenta de los olvidados o bien de aquellos que habían sido reconocidos, pero no siendo del todo fieles a la realidad. Ese espectáculo es el antecedente directo de este trabajo", explicó a Cacodelphia.

"Tiene el Conurbano no sé qué" es el resultado de un trabajo en conjunto con el escritor Gustavo Albanece, con quien Tornello reflexionó sobre la identidad conurbana a través de relatos y canciones. "Las canciones quedaron tan lindas que me pareció que ameritaba grabarlas en formato disco con una banda", relató el músico, quien había iniciado este trabajo en el contexto de un espectáculo teatral que lleva el mismo nombre. La propuesta, inicialmente pensada como una representación simple entre un músico y un escritor en una parada de colectivo, creció hasta convertirse en un proyecto con una fuerte carga emocional y artística.

A través de sus letras y sonidos, Tornello buscó visibilizar una región históricamente estigmatizada: "El conurbano siempre fue sinónimo de falta de desarrollo, inseguridad y muchas otras cosas negativas". Sin embargo, agregó, "la realidad es que el conurbano es un motor productivo, lleno de laburantes que mueven la economía del país, y que tiene muchas particularidades positivas". Es precisamente esta revalorización del conurbano lo que ha captado la atención de diversas expresiones artísticas, desde la música hasta la gastronomía, y Tornello se siente parte de este resurgir cultural.

"Hay movimientos que están muy buenos, como The Walking Conurban de Pedro Saborido, donde se pone en valor al conurbano desde diferentes perspectivas", dijo Tornello, quien menciona cómo, incluso en las redes sociales, términos como "chica conurban" se han vuelto populares. "Antes vivir en el conurbano era como ser un ciudadano de segunda, y hoy en día estamos desarrollando una escena cultural muy rica", agregó.

"Nosotros, desde nuestro trabajo, si se quiere, nos subimos a esa moda, pero lo hacemos desde el lugar de lo emotivo y del habitante real del conurbano. De ahí que mencionamos lo que sentimos no desde la ridiculización ni la romantización. Es decir, hablamos con cierto orgullo de nuestro pago, como lo puede hacer un salteño, sin perder de vista que es un territorio complejo", explicó Tornello.

Una revalorización cultural en medio de la falta de infraestructura

El conurbano bonaerense ha vivido en los últimos años una revalorización cultural impulsada por diversos movimientos artísticos que han transformado espacios públicos y privados en centros de expresión. Sin embargo, esta efervescencia creativa no ha ido de la mano de una mejora significativa en la infraestructura de la región, lo que ha dejado al descubierto la disparidad entre el crecimiento cultural y el estancamiento de las condiciones de vida en muchos barrios.

“Esa revalorización cultural que se viene realizando desde diferentes expresiones artísticas, en algunos casos con más acierto que en otros, no va acompañada de una mejora en la infraestructura de las ciudades que pueblan el conurbano”, señaló Tornello. En su relato, el músico y compositor hizo un paralelo entre el auge artístico y las carencias sociales y urbanísticas que aún aquejan a los habitantes del conurbano.

Tornello recordó cómo vivió en su propia casa, que aún hoy padece las deficiencias de servicios básicos. “Te cuento el caso puntual de la casa de mis viejos, que es la casa donde crecí, que todavía hoy no tiene agua corriente y las cloacas las conectaron hace cinco años, entonces, hay un atraso muy grande”, relató, destacando el contraste entre el crecimiento económico que experimentó el país a partir de 2004 y el rezago en cuestiones estructurales. Fue en ese año cuando, según recordó, comenzó a ver los primeros signos de transformación: “El país comenzó a salir del pozo en el que había caído después de la crisis de 2001. Vi cómo la ruta 205, que atravesaba mi casa, se transformaba de algo intransitable en una autovía, y empezaron a llegar el gas natural. Hubo un movimiento político y una situación económica que acompañaron ese desarrollo del conurbano”.

De este modo, la bonanza económica que siguió a la crisis del 2001 fue acompañada por una mejora en algunos aspectos de la infraestructura. También, de la mano de ese progreso, comenzaron a surgir nuevos espacios gastronómicos y culturales que antes no existían. “Ya no tuvimos que salir a comer a las grandes ciudades, y así comenzó a gestarse un movimiento que hoy se ve reflejado desde el aspecto cultural”, explicó Tornello, haciendo hincapié en cómo las artes contribuyeron al renacer de muchas localidades del conurbano.

Sin embargo, este crecimiento en el plano artístico no ha sido suficiente para solventar los problemas estructurales. La infraestructura sigue siendo precaria en muchas zonas del conurbano, lo que limita el acceso a servicios básicos y a la posibilidad de que los barrios se desarrollen de forma más equitativa. “Hoy en día, no hay nada resuelto. De hecho, con la obra estamos presentándonos en lo que llamamos el conurbado profundo, espacios donde no hay un gran desarrollo. Pero aún así, ves cómo el desarrollo del arte se refleja en pequeños centros culturales, humildes, donde a pesar de las calles con cráteres inmensos, que probablemente seguirán así durante años por la falta de voluntad política para corregirlo, se ve la solidaridad de la gente”, apuntó Tornello.

“Nosotros no nos metemos mucho en esos bretes, porque sería algo más difícil de desarrollar, aunque podríamos pensar en un disco sobre esas falencias de las que de alguna manera hacemos mención en la canción ‘Si camino de cintura fuera un río’. En esa canción, decimos: ‘La desidia y el temporal juegan a la batalla naval con el municipio, y ese barrio humilde será un barco hundido’. De este modo, buscamos dar cuenta de que los municipios están boludeando, y cada vez que llueve esos barrios se inundan. Eso va a seguir pasando, sobre todo en el contexto que estamos viviendo”, destacó.

“Nosotros no nos metemos mucho en esos bretes, porque sería algo más difícil de desarrollar, aunque podríamos pensar en un disco sobre esas falencias, de las que de alguna manera hacemos mención en la canción ‘Si camino de cintura fuera un río’. En esa canción, decimos: ‘La desidia y el temporal juegan a la batalla naval con el municipio, y ese barrio humilde será un barco hundido’. De este modo, buscamos dar cuenta de que los municipios están boludeando, y cada vez que llueve esos barrios se inundan. Y eso va a seguir pasando, sobre todo en el contexto que estamos viviendo”, dijo.

Diversidad sonora

Musicalmente, el disco es una propuesta variada. Tornello exploró géneros que, de alguna manera, también definen al conurbano: "Tenemos una milonga conurbana, una especie de milonga moderna a través de la cual describimos el amanecer, un bolero que habla de un desamor, de una persona que regresa a su conurbano, canciones más folk, una cumbia que refleja el Camino de Cintura, porque para mí es el ritmo que lo identifica, por los lugares que lo atraviesan y por lo que se escucha en cada esquina y un chamamé titulado ‘AMBA sin CABA’, que desde el nombre me sonó muy litoraleño", comentó el músico.

Esta diversidad sonora responde a la misma multiplicidad cultural que caracteriza a la región, un espacio donde convergen miles de historias y orígenes. “El conurbano tiene esa mezcla interesante, que se da a partir de la convivencia en una misma región de millones de habitantes que han llegado de todas partes. Esa mescolanza cultural, que es muy enriquecedora y muy difícil de catalogar, me dio la posibilidad de hacer un disco con los géneros que se me ocurrieran, porque todos, de alguna manera, identificaban al conurbano”, dijo Tornello

El conurbano no solo es el contexto, sino también la fuente de inspiración para la música de Tornello. En su disco, cada canción se convierte en una pieza que refleja y ayuda a comprender la región, sus complejidades y la cotidianidad de su gente. “Creo que lo principal es dejarse llevar por la emotividad”, reflexionó el músico. “Dejándose llevar uno puede entender algo más de esa región. En ese sentido, nos ha pasado que en los espectáculos siempre alguien se conmueve, y no es que la intención sea hacer llorar a la gente, no es un drama, pero siendo un espectáculo que tiene más de risueño, conecta emotivamente con quienes se acercan, quienes terminan comprendiendo que el conurbano no es el cuco del país, ni el cuco que rodea y quiere comerse a la Capital, sino que es un lugar lleno de gente que labura, que se levanta a cualquier hora para sostener a su familia y que vive con la dignidad de cualquier persona en cualquier parte del país. Por eso, reivindicarlos me pareció un acto de justicia”.

Leandro Tornello, nacido en Lomas de Zamora y criado en Monte Grande, comenzó su camino musical a los 13 años, cuando compuso su primera canción tras recibir una guitarra como regalo. A lo largo de los años, acumuló canciones y experiencias que lo llevaron a crear tres discos, incluyendo el más reciente Tiene el Conurbano no sé qué. Además de su carrera como solista, Tornello es parte del dúo Macedonio y el viento (MYEV) y se encuentra trabajando en un proyecto con el trovador cubano Rey Montalvo.

A través de su música, Tornello buscó reivindicar no solo su lugar en el mundo, sino también las historias y sonoridades que habitan el conurbano, un territorio que aún, a pesar de su creciente visibilidad cultural, enfrenta grandes desafíos en términos de infraestructura y desarrollo. "Hoy en día no hay nada resuelto, pero se ve la solidaridad de la gente", concluye, quien, a través de su arte, hace un llamado a comprender y valorar al conurbano como un espacio lleno de vida, trabajo y esperanza.

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