Este sábado 9 de noviembre, en el Cine Victoria de Berisso se presenta, “Frida ¡Viva la Vida!”, una obra que rinde homenaje a la icónica artista mexicana Frida Kahlo, interpretada por la actriz Laura Azcurra.
En la pieza, Frida Kahlo se presenta en un Día de Muertos, esperando a sus invitados mientras cocina. A lo largo del monólogo, la protagonista reflexiona sobre su vida, sus amores, sus luchas y el dolor físico que atravesó desde su niñez, recordando figuras clave como su esposo Diego Rivera, el político ruso León Trotsky y hasta el magnate estadounidense Rockefeller. También, como no podía ser de otro modo, en sus pensamientos surge el recuerdo de un accidente que marcó su vida para siempre, junto con una relación constante con la muerte que fue parte fundamental de su existencia.
Para Laura Azcurra, interpretar a Frida ha sido un desafío enorme. La actriz, quien se ha destacado en diversos papeles de teatro y televisión, aseguró que esta obra, escrita en 1998 por el dramaturgo mexicano Humberto Robles, le permitió adentrarse en la complejidad del personaje y en las múltiples dimensiones de la vida de la artista. “Es un monólogo que cuenta los cinco ejes más importantes de la vida de Frida: su amor por la pintura, su accidente, su vínculo con Diego Rivera, sus viajes y su relación con la vida y la muerte”, explicó Azcurra.
El reto no solo fue emocional, sino también físico, ya que Azcurra debió adoptar la voz y el acento mexicano característicos de Kahlo. En ese sentido, la actriz destacó el apoyo que recibió de la directora de la obra Julia Morgado, quien la acompañó en el proceso, guiándola a través de las distintas emociones del personaje.
El personaje de Frida Kahlo ha sido una fuente de inspiración para muchas mujeres a lo largo de los años, aseguró la actriz. “Es un personaje tan rico, entrañable, tan libre y decidido, tan amoroso y divertida, que todas las actrices en algún momento fantaseamos con interpretarla”, comentó.
Kahlo, conocida por su carácter rebelde, su lucha por la independencia y su capacidad para explorar su identidad y sexualidad, ha trascendido como un símbolo de empoderamiento, especialmente para las mujeres latinoamericanas. Azcurra destacó el impacto que tuvo Frida no solo en el mundo del arte, sino también en el movimiento feminista. “A pesar de no haberse identificado formalmente como feminista, hoy es un ícono de la lucha feminista debido a su independencia y su rechazo a las normas sociales”, aseguró. “A través de su arte y su vida, Frida logró derribar muchas puertas y desafiar los límites impuestos por la sociedad de su época”.
Uno de los aspectos más sorprendentes de la vida de Frida, según Azcurra, es su increíble resiliencia. “Lo que más me alucina de su vida es su capacidad de reinventarse, de vivir a pesar de su dolor físico permanente”, reflexionó la actriz. “Desde los seis años, cuando sufrió de poliomielitis, hasta el accidente de tranvía a los 17 años que la dejó con severas secuelas físicas, la vida de Kahlo estuvo marcada por el sufrimiento. Sin embargo, fue a través de la pintura que encontró un refugio y una forma de expresarse. Era una mujer que vivía en su cuerpo fracturado, pero también en un cuerpo lleno de pasión y de amor por la vida”, agregó.
"Frida fue una mujer muy libre para expresar su sentir y su placer, y eso hoy sigue siendo muy admirable. La libertad con la que ella vivió y se proporcionó placer en un cuerpo que mayoritariamente le dio dolor es realmente inspirador”, reflexionó Azcurra. “A lo largo de su vida, Frida sufrió más de 20 operaciones en la columna y las piernas, lo que hacía que algunos momentos de su existencia fueran extremadamente intensos y dolorosos. Sin embargo, a pesar de todo el sufrimiento, defendía, agradecía y celebraba la vida. Por eso creo que todavía tenemos mucho que aprender de su resiliencia y de todo lo maravilloso que nos inspiró", afirmó la actriz conocida por sus papeles en teatro y televisión.
La obra profundiza en la dualidad entre el dolor y la pasión, reflejando no solo la lucha de Frida Kahlo con la enfermedad, sino también sus relaciones amorosas y su vinculación con la lucha política. A lo largo de la pieza, se destaca su apoyo al comunismo y su rechazo a las estructuras capitalistas. Además, estrenada recientemente, la obra expone de manera conmovedora el profundo deseo de Frida por la maternidad, un anhelo que marcó su vida y que nunca pudo cumplir debido a las secuelas de su accidente.
"Frida sufrió mucho en ese sentido, porque su deseo de ser madre era muy profundo. Ella realmente quería tener un hijo con Diego, pero su cuerpo, debido al accidente de tranvía que dañó gravemente sus órganos reproductivos, no podía resistir los embarazos. En varias ocasiones, cuando quedó embarazada, sufrió abortos espontáneos, lo que fue también muy doloroso para ella. Sobrellevar todo eso la llevó a refugiarse en algunos vicios, como el tequila y el mezcal, que usaba para sostenerse", explicó Azcurra.
Las diversas formas en que el arte se ha acercado a la vida de Frida Kahlo han revelado no solo a una mujer que sufrió profundamente, sino también a una mujer que, a pesar de ese dolor, encontró en el arte una vía para expresarse y una forma de desarrollar el humor. "El humor de Frida sostiene la obra", expresó Azcurra, destacando cómo esta cualidad le permitió a la artista enfrentar sus adversidades con una mirada irónica y desafiante.
"Al estar tanto tiempo postrada en la cama, la única forma en que Frida podía divertirse un poco era pintando. De hecho, su madre le regaló un atril adaptado a la cama para que pudiera hacerlo. Ella buscaba que quienes la visitaban se quedaran, y por eso, en un momento de la obra dice: 'No me pasa esto de ser una desdichada antipática'. Frida quería divertirse. Siempre fue muy carismática, muy teatral, muy actriz. Inventaba canciones, palabras, hacía obras de teatro. Todo ese humor lo usaba para que la quisieran, para que no se fueran, para que no se horrorizaran frente a su dolor, frente a su cuerpo siempre enyesado. Usaba corset porque le hacían muchas operaciones en la columna para tratar de enderezarla. Vivió rodeada de prótesis y médicos en su casa. Entonces, se tuvo que crear una personalidad divertida y jugosa para tener una excusa para seguir adelante", explicó Azcurra.
Al ser consultada sobre cómo aparece Diego Rivera en la obra, Azcurra aseguró que "Diego está presente en todo momento, porque fue un eje fundamental en la vida de Frida. En la obra ella dice: ‘yo tuve dos grandes accidentes en mi vida, uno fue el choque contra el tranvía y otro fue Diego’. Su relación fue compleja, marcada por el amor, pero también por el sufrimiento, las infidelidades y las luchas internas. Frida sabía que no podría cambiar a Diego, que él jamás iba poder ser un hombre con códigos de monogamia, lo acepto y encontró una forma de amarlo, a pesar de todo. Hoy dirimíamos que esa era una relación medio toxica”, dijo Azcurra.
"Ambos tuvieron en claro y sostuvieron algunos acuerdos", explicó Azcurra sobre la relación entre Frida y Diego. "Frida también tenía ese permiso para curiosear con las personas que le divertían, y tuvo amantes tanto hombres como mujeres muy conocidos. Por supuesto, Diego, como buen machista, no tenía problemas con que Frida tuviera relaciones con mujeres, pero sí le molestaba que fuera con hombres. Así, Frida tuvo que luchar no solo con la complejidad de su relación con Diego, sino también contra el machismo y el patriarcado, que trataban de limitar su libertad".
La actualidad de su legado
En un mundo que continúa enfrentando profundas desigualdades sociales, el legado de Frida sigue más vigente que nunca, recordó Azcurra, “Frida defendía el comunismo y creía en una sociedad más justa”. De esta forma, su vida y obra siguen siendo fuente de inspiración no solo por su arte, sino por sus convicciones políticas y su lucha contra el patriarcado.
La obra Frida ¡Viva la Vida!, que se presenta en Berisso y luego en Chivilcoy, invita a adentrarse en el universo emocional de Kahlo. “Es una obra que, además de hablar de su dolor, habla de su risa, de su fuerza, de su alegría. Todo eso está en la pieza, porque Frida era una mujer que, a pesar del sufrimiento, siempre encontraba la manera de sonreír”, concluyó Azcurra.
La función de este sábado 9 de noviembre es una oportunidad para revivir la memoria de una de las figuras más importantes del arte y la cultura latinoamericana. Las entradas para la obra pueden adquirirse en boleteria.com.ar. La obra continuará su recorrido en Chivilcoy, en el Teatro La Cueva, el 16 de noviembre.