Elián Ángel Valenzuela fue absuelto del cargo de privación ilegal de la libertad, pero recibió una condena de tres años de prisión en suspenso por los delitos de amenazas y daños. Ignacio Racca, el magistrado que dictó la sentencia, asegura que “nadie puede decir que fue una decisión arbitraria, o una cuestión de clase”.
“Hemos tenido muchos casos complejos que han tenido repercusión, pero no a este nivel de mediatización. Fue algo nuevo para nosotros. Al principio le presté atención a todo lo que se decía del caso en los medios”, introduce Ignacio Racca, uno del los jueces en la causa.
Sin embargo, en comunicación con Los Mundos Posibles, agrega que “después terminé eligiendo no seguir nada porque sentí una presión, creo que uno se la termina autoimponiendo al estar expuesto”, pero aclara que “habiendo dicho eso, no recibí presiones de ningún tipo, la decisión que comuniqué totalmente responde solamente a mi evaluación de la prueba”.
Es integrante del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Mercedes, que dictó el fallo en la causa de Elián Ángel Valenzuela, el músico popularmente conocido como "L-Gante". En la lectura de la sentencia resaltó la importancia de basar la decisión en pruebas concretas y no en especulaciones.
“El que vio el video (de la lectura de la sentencia) entendió por qué se lo condenó a Valenzuela, y por qué se eligió esa pena, se puede estar en desacuerdo, pero nadie puede decir que fue una decisión arbitraria, o una cuestión de clase”
Consultado sobre la influencia de los medios en estas causas mediáticas, el especialista en Derecho Penal y docente de la UBA, dice que “vi en Canal 13 un periodista que decía que yo le había hecho una promoción a L-Gante de 3x1, tres hechos y se había llevado una pena en suspenso, y la verdad es que no es eso lo que pasó, ni siquiera se tomaron el trabajo de mirar esos 15 minutos, ver que se dijeron cosas que se dieron por probadas pero no lo estaban y específicamente fue lo que expliqué”.
¿Los jueces deben hablar a través de sus sentencias? Racca cree que sí, pero que se trata “de una verdad parcial, porque es justamente el acto jurídico que pone fin a un pleito, después se puede discutir si está bien o mal, pero tenemos que hablar a través de nuestro fallos", y enfatiza que a los magistrados “deberíamos tomarnos el trabajo extra de condensar todo el proceso de razonamiento, de pruebas y de leyes, que es una sentencia, y explicarlo para que lo entienda cualquiera”.
“El que vio el video (de la lectura del fallo) porque le interesa el caso, entendió por qué se lo condenó a Valenzuela, y por qué se eligió esa pena, se puede estar en desacuerdo, por supuesto, pero nadie puede decir que fue una decisión arbitraria, o una cuestión de clase”, concluye.