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Nancy Ábalos: "Rafael Amor fue un poeta imprescindible"

La cantora formó parte del ciclo que homenajea al artista que dejó una huella imborrable en la cultura argentina.

El ciclo musical “Rafael Amor” busca recuperar la obra y la memoria poética de un autor imprescindible. Se realiza en el Centro Cultural Raíces, comenzó en junio y se extenderá hasta noviembre con la presencia de referentes de la canción popular. Por él han pasado Julio Lacarra, Mónica Abraham, Jorge Giuliano, Héctor Esteban País, José Ceña, Sonia Aban y el dúo Marta y Doris.

“Rafael fue un poeta imprescindible, uno de esos que realmente son necesarios porque tiene una mirada muy particular. Es un hacedor de canciones que ha dejado una obra muy interesante, más allá de ‘Corazón libre’, que grabó Mercedes Sosa”, expresó Nancy Ábalos.

A casi cinco años de su partida, amigos del músico Rafael Amor (1952-2019) rinden homenaje a su obra, interpretando sus temas más reconocidos y celebrando su legado. “Es un honor participar en un ciclo que se caracteriza por la presencia de cantautores. Aprovechamos esta oportunidad para dar cuenta de nuestra propia obra”, expresó la cantante, percusionista, bailarina, compositora y letrista.

En el marco del ciclo, Nancy Ábalos interpretó la obra de Amor, incluyendo “La gota y la piedra” y “Enamorado”, así como clásicos de Los Hermanos Ábalos, como “Agitando pañuelo” y “Chacarera del rancho”. “Estas canciones forman parte de mi vida”, comentó la cantora, quien explicó que la zamba fue compuesta por su padre, Adolfo Ábalos, para conquistar a su madre, Nancy Gordillo, la bailarina que acompañó al grupo durante muchos años. “Es inevitable seguir cantando esas canciones”, dijo a Cacodelphia. Junto al guitarrista Carlos Irigoyen, Nancy también interpretó algunas piezas de música brasileña.

“Buscando canciones de Rafael para interpretar, terminé descubriendo un cancionero mucho más amplio del que conocía, y fue un desafío asumir la responsabilidad de hacer que sus temas quedaran bien en mi voz”, contó la artista. “A Rafael no llegué a conocerlo personalmente, pero siempre supe de su camino, su búsqueda de libertad y su constante lucha por salir de lo hegemónico”, repasó.

Herencia cultural

Nancy Ábalos es hija del pianista y compositor Adolfo Ábalos y forma parte de la herencia musical de Los Hermanos Ábalos, el emblemático grupo santiagueño que ha difundido la música folklórica argentina por todo el mundo. Su padre también fue pionero en la incorporación del piano en este género.

“Adolfo hizo escuela; es el maestro de los pianistas dentro del folklore. Así como se dice que Carlos Gardel y Julio de Caro inventaron la manera de hacer el tango, mi papá, al tocar el piano y buscar a través del instrumento desentrañar ese swing que proviene del monte, ese latido que lleva esa música, marcó un camino para el piano en la música folklórica. En ese sentido, Adolfo dejó un legado muy importante para nuestra música popular”, expresó su hija.

La figura de Adolfo Ábalos ha quedado ligada al resto de sus hermanos, pero su vida musical se proyectó más allá del histórico grupo, influyendo en generaciones de artistas y enriqueciendo la música popular argentina con su innovador enfoque en el piano.

“Él se definía como un músico muy ecléctico que se alejaba de los estilos más tradicionales. Componía tango, bossa nova, música clásica, y el jazz también lo conmovía. De hecho, de joven, en tiempos en que en los cines se tocaba música en vivo, él interpretaba esa música”, contó. “Estaba muy pendiente de esos géneros; le gustaba y estaba atento a todo lo que llegaba a Santiago del Estero. También disfrutaba mucho de la música cubana y brasileña, y tocó tango desde los años ‘30, cuando llegó a Buenos Aires, donde hizo grandes amigos tangueros y vivió la bohemia musical de los años ‘40. Mi padre fue muy ecléctico; y es que le gustaba la música en general”, expresó.

“Los Ábalos no solo divulgaron la música folklórica de Santiago, sino también la música del altiplano, ejecutada con quenas, charangos y cajas. En sus repertorios se podían escuchar vidalas y bagualas. En este sentido, Adolfo, también fue un maestro. Tenía un espíritu docente; le encantaba enseñar y compartir lo que iba aprendiendo. Esa fue una característica muy notoria de él”, agregó.

Nancy Ábalos ha lanzado tres discos y participado en dos películas: Saura (2015) y Zavalía (2017). Ha sido galardonada con varios premios, entre ellos el de la UNESCO (2008), el Atahualpa (2009) y las Estrellas de Mar (1992 y 2011).

El eclecticismo de su padre se refleja en su cancionero, donde se entrelazan la música tradicional de Santiago y la samba brasileña. Su experiencia de vida en Salvador de Bahía, en el noreste de Brasil, ha influido notablemente en su música, incorporando la riqueza de la cultura afro, especialmente a través de los tambores.

“Todos aprendimos a tocar el piano, pero, debido a mi personalidad, la cosa se fue hacia la voz y la percusión. He aprendido a tocar no solo el bombo, sino también el cajón peruano, las congas y los tambores. Me he formado y he salido de gira cargada de tambores”, contó Ábalos, para quien el apellido es su carta de presentación en todas partes. “Es cierto que te abre puertas, aunque, como se dice por ahí, después ‘los pingos se ven en la cancha’”, dijo.

El ciclo Rafael Amor continúa el próximo 8 de noviembre con la presentación de Guadalupe Fleitas y el Grupo Vocal La Fortunata, dirigido por Sebastián Farías Gómez. La cita será en el Centro Cultural y Librería Raíces, ubicado en Agrelo 3045, entre Urquiza y La Rioja, CABA.

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