En una provincia con más de 60.000 personas privadas de su libertad, Anibal Hnatiuk habla de la importancia que tiene garantizar una presencia territorial en todos los municipios bonaerenses y desmiente sentidos comunes creados en torno al delito.
El Patronato de Liberados trabaja con el objetivo de bajar los niveles de reincidencia carcelaria en la provincia de Buenos Aires. Con la inclusión social como su principal herramienta brinda asistencia, tratamiento y control para aquellas personas que están en situación de conflicto con la ley penal.
Anibal Hnatiuk, titular del organismo, describe que “muchas personas que cometieron delitos culposos, un accidente de tránsito que terminó con una persona lesionada o con una persona fallecida, posiblemente no pasó ni un día presa, pero tiene el régimen del patronato”, y remarca que el sistema de funcionamiento del ente es único en el país, “por lo menos con esa lógica tan descentralizada, con tantos trabajadores, programas ligadas a la inclusión social y políticas pospenitenciarias”.
Sobre la alta tasa de prisionalización en las cárceles bonaerenses remarca que “el delito más grave, que es el homicidio, es el que cada vez se comete menos, hay un dato que en general se desconoce por el peso de los medios de comunicación o por el impacto de ciertos delitos graves que se cometen, porque en nuestra subjetividad es tan grande el impacto cuando hay un homicidio que nos queda esa idea de que hay muchísimos”.
En diálogo con Los Mundos Posibles, el entrevistado enfatiza la importancia de las estadísticas oficiales, y enumera que en Argentina “la tasa es baja comparado con la región y comparado el país mismo”, ya que tuvo una tasa de 10 homicidios hace 20 años. La provincia de Buenos Aires tenía en 2002 un pico de 13 asesinatos cada 100.000 habitantes, ahora está en 4. Brasil, por ejemplo, tiene un número estable entre 22 y 24.
Hnatiuk recuerda el último debate presidencial cuando Javier Milei dijo que “Argentina es un baño de sangre”, y desarma esa versión porque “es uno de los países que está reduciendo los delitos graves de manera consistente, determinante y sin altibajos hace mucho tiempo”.
Para el titular del organismo “sería muy erróneo medir los robos en cuanto a las denuncias, pero sí se puede palpar de otra manera y esto no pasa en Argentina, pasa en general en todos los países del mundo, cuando hay situaciones de crisis en general aumenta lo que llamamos el delito predatorio, que es el más burdo, el robo de una bici, de una cartera, del celular; eso, efectivamente, es más difícil de medir y es más aleatorio, está ligado a fenómenos de contracción o no de la economía”.
El Patronato es un organismo que tiene una gran dispersión territorial, con más de 1200 trabajadores y trabajadoras en los 135 distritos en la provincia de Buenos Aires,y 140 oficinas de atención.
“En todos los lugares de la provincia hay alguna persona que tiene que ser supervisada en un control posterior a su etapa penal. No todo el mundo que pasa por el patronato pasó por la cárcel. Hay personas que simplemente tienen un control pospenitenciario aunque no haya estado preso”, concluye.