La autora de “Desaparecer en Democracia” reflexionó en torno a la desaparición de las personas como un hecho que afecta a toda una comunidad. La disputa por el sentido y las respuestas del Estado como ejes para pensar la actualidad.
"En la mayor parte de los casos (de desapariciones en democracia) en realidad no cambió nada. El libro salió en octubre de 2023 y en realidad las personas que estaban desaparecidas en ese momento siguen estándolo", señala la periodista Ximena Tordini, autora de "Desaparecer en Democracia. Quiénes son, qué pasó con ellos y por qué la justicia y el estado deberían despabilarse".
"La justicia no ha aprendido a buscar a los desaparecidos", destaca, y apunta que en el mejor de los casos puede haber algo parecido a una sentencia "porque el Estado entiende que encontró a un culpable. En este sentido destaca los casos de Miguel Bru y el más reciente, Tehuel de la Torre, cuyas sentencias fueron dadas, pero los cuerpos siguen buscándose".
"Lo que es común en todas esas personas es que el sistema judicial no sabe cómo buscarlos, sobre todo en el momento en el que desaparecen. Un momento clave. Es muy difícil remontar la investigación de una desaparición que fue muy mal hecha en el momento y eso no ha cambiado en un sentido favorable en los últimos 40 años", detalla.
En este sentido, Tordini explica que la desaparición de una persona, además de ser un hecho trágico para el núcleo familiar de la persona en cuestión, es también un daño social. "Siempre trato de plantear y de pensar que la desaparición es, en realidad, como hacer un agujero en una comunidad. No solo en la comunidad familiar. En la laboral, en la barrial. En comunidades afectivas que desbordan la familia. En las comunidades políticas, pensar la desaparición de López en ese sentido".
En torno a los gestos y discursos reivindicativos hacia el terrorismo de Estado por parte de actual Gobierno Nacional, Tordini apuntó a que hay una estrategia en curso "que tiene que ver con una disputa por los consensos que hay en torno a la dictadura. El consenso hegemónico que hay en la sociedad es que el terrorismo de estado no tuvo justificación. Yo creo que el proyecto histórico de Villarruel es cambiar ese consenso: es que la posición hegemónica pase a ser que el terrorismo de estado estuvo justificado".