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Raquel Robles: "En un momento donde reina la crueldad tenés que habitar la ternura, hacer cosas con otros"

En el marco de un nuevo cumpleaños en ausencia de Clara Anahí Mariani, el periodista Juan Salvador Delú entrevistó a la escritora y militante Raquel Robles. Una conversación en torno a la memoria, las posibilidades de la literatura y los futuros que podemos imaginar.

Foto: Asociación Anahí

El sábado 17 de agosto se conmemoró el 48° cumpleaños "en ausencia" de Clara Anahí Mariani, hija de Daniel Enrique Mariani y Diana Esmeralda Teruggi, secuestrada a sus 3 meses de vida el 24 de marzo de 1976 en un gran operativo de fuerzas conjuntas. En ese aniversario, la Asociación Anahí convocó a una jornada en la casa de Calle 30 donde se asesinaron a cinco personas y robaron a Clara Anahí, la beba que aún no conoce su identidad como otros/as cientos/as de nietos/as. Durante la jornada hubo intervenciones artísticas, la tradicional suelta de globos y una entrevista a Raquel Robles realizada por Juan Salvador Delú (Radio Futura / FARCO). Robles es escritora, docente, empleada pública, militante desde los 11 años. Fue parte de la organización HIJOS desde el primer día, durante diez años. Publica periódicamente en Página12, Anfibia, Revista Acción, entre otros medios.

Juan Salvador Delú: Es un gusto estar acá en este momento -para definirlo a una palabra- intenso. Dos cosas. Cuando me contaron de la actividad, primero no sabía con quién tenía que charlar. Cuando supe que era Raquel dije ah, ok, bueno, bien, hay entrevistas que son más difíciles que otras, pero bienvenido sea el desafío. Y me pareció muy certera la invitación a Raquel, más que nada porque es una persona, que forma parte del debate, que forma parte de la persona que dinamiza mucho la palabra, la discusiones y que hizo que muchas cosas no se estanquen. Y eso es muy, muy importante. Después la segunda pregunta que te hicieron era cuál era alguno de los objetivos?

Y me dijo que primeramente acercar generaciones viendo tantos jóvenes, creo que nuestro objetivo no lo vamos a cumplir, porque yo estoy bastante lejos ya de estas nuevas generaciones que están acá por suerte y que van a seguir el camino. Pero bueno, como decía ella, la idea es hacer una charla o intercambio y después obviamente sumado a unas preguntas de los que quieran.

Así que te saludo formalmente. Bienvenida también a esta charla de este momento y arranco preguntándote cómo cómo estás hoy, en este momento preciso que estamos viviendo?

Raquel Robles: Nunca había venido a la casa (Mariani Teruggi). Y es realmente impactante. Cuando venía para acá, la compañera que me trajo, Verona, me decía que antes esta calle era de tierra. Y yo me acordé que la City Bell, de donde se llevaron a mi mamá y a mi papá, que ahora es como... no sé, Cariló, una cosa así también tenía calles de tierra y que bueno, después de ese trasplante que implican el secuestro de una familia y llevarte a otro lado, yo tenía la sensación de haberme ido a vivir a la ciudad porque yo creía que vivía en el campo. Y de hecho, cuando me contaron que y los militares cuando vinieron a mi casa, rompieron cosas, tiraron libros, sacaron todas las cosas de los roperos, pero no buscaban nada en especial porque -cito comillas- “tu papá tenía un arma y no la encontraron”. Yo construí que mi papá tenía un arma para defendernos de los animales salvajes porque creía que vivían en un campo muy, muy, muy lejano. Así que. Bueno, así como habitando recuerdos también.

-Bueno, hace poco salió el audiolibro ese que realmente le da una novedad particular y que aparte se agradece que este hecho también, porque a veces uno tiene ciertas aplicaciones para leer libros que son una porquería, con voces totalmente falsas y que al final uno lo hace a veces para ganar tiempo y se arruina el libro, básicamente. ¿Cómo fue ese proceso?

Porque al fin y al cabo tanto se habló de tu libro alrededor de construir la voz de la niñez y no sé qué, y el audiolibro había que poner voz. O sea, es un desafío doble.

-Fue un proceso muy lindo y de muchísimo trabajo. Me llevó cuatro años hacer ese objeto interior, cuatro años de ensayos con una actriz que que bueno que sea. Vino a esa búsqueda de encontrar un punto muy difícil de encontrar en esa voz que es que no es exactamente una voz infantil, sino una voz que pueda habitar en la sombra de la infancia, es decir, una voz que pueda no juzgar lo que está diciendo con con el juicio adulto, ya sea porque te da casa, gracia o o te da ternura, o te emociona apenas, cosa que esa niña que está hablando no le pasa en ese momento.

No es la mirada sobre esa escena que te puede conmover, pero ella no está conmovida en ese momento. Entonces encontrar ese punto fue difícil y además un audiolibro no es una radioteatro. Entonces también hay que dejar espacio para que la gente pueda hacer su propia imaginación.

-Supongo que es algo de como cuando se lleva a un libro, a la ficción, no? Que algunos dicen no me imaginaba que iba a ser actor, ese pelo, esa voz. ¿Y qué te pasó a vos cuando pensaste escuchar eso?

-Bueno, sí, hubo momentos que dije ahí tendría que corregir esto cuando lo escuché, pero bueno, ya está, que quise ser fiel a lo que estaba escrito, aunque algunas cosas yo escribo a veces con muchas subordinadas o cosas que no funcionan para ser dichas. Entonces desarmé algunos párrafos para que fueran más claros en y después que yo realmente no escuchaba mi propia voz.

Porque Pequeños combatientes fue el primer libro donde realmente, realmente intenté construir una voz que no era mi propia voz. Los dos libros anteriores perder o la lista de las malas noticias. Realmente yo misma me escucho a mí, mis inflexiones, mi forma de hablar como que hay en algo, algo de lo que yo traté de salir con más o menos suerte.

En ese libro fue la primera, la primera experimentación de encontrar una voz que pudiera contar esa historia. Pero ya esa voz me queda lejos, me quedaba lejos en ese momento mi propio humor, mi propia forma de hablar. No quería que estuviera ahí. Entonces a mí me quedó como cómodo. Yo ya lo escucho con la voz de Florencia ya no lo leo para adentro.

-De ahí en toda tu obra, digamos. Obviamente hay cosas más autobiográficas, cosas que toman distancia. Lo que pensaba el otro día repasando un poco era si en realidad lo autobiográfico no es más lo que los que los que te leemos podemos recobrar como tu sensaciones en ese momento más que la anécdota se está contando.

-Ojalá que haya sucedido así. En Pequeños combatientes, que tiene como más material autobiográfico la gente, me parece, no muchas veces quisiera un pacto de lectura donde pudiera encontrar mi cómo como esto es memoria, verdad y justicia, entonces hay algo de la verdad que se entiende como la verdad de la anécdota que te haya pasado de verdad, si no es mentira, no? Ce hecho una vez me pasó encontrarme con un señor después de un evento así que me dijo yo descubrí que tal situación no te pasó de verdad entonces? No, nada pasó de verdad, es una ficción.

-Qué dedicación de él , no?

-Lo que yo intenté en ese libro fue tratar de capturar alguna cosa más esencial que fue cómo era habitar esa situación, cómo era ser niña en ese momento y algunas anécdotas de mi propia vida me sirvieron para eso y otras no. Y otras las fui a buscar por otros lados. Por ejemplo, ahora me encontré con Emiliano (Hueravillo) por ahí, no sé, por lo mismo pelo largo y lo confundí con Nahuel (personaje del libro). ¿Por qué? Porque hay un momento del libro del niño que tiene alergia a la polenta, que es la historia de Nahuel y sus hermanas. Entonces eso a mí me me sirvió para pensar un momento en mi infancia en el que yo descubrí que lo que le había pasado a mi familia no era una cosa solo de mi familia.

O sea, uno cree que por tener algunas ideas políticas que tenía mis propias ideas políticas, se hace la cuenta. No sé cómo explicarlo que que todos los los pedacitos encajan y no es así. La psiquis funciona de otra manera. Es decir, con todo esto que yo supe, sabía de la historia política de mi familia…. Yo hasta los 24 años que tenía yo cuando empezó HIJOS, que empecé a trabajar en la Subsecretaría de Derechos Humanos en aquel momento, en lo que en ese momento se llamaba Legajos-CONADEP y conté la historia que te acabo de contar del arma y me escuché a mí y vi las caras, las personas que me estaban escuchando... Yo milito desde los 11 años, tengo mi carné de la juventud comunista de los 11 años, o sea, no es que vivo dentro de un tupper, pero cuando vi las caras de las personas que me escucharon contar que mi papá tenía un arma porque vivíamos en el campo, en ese momento entendí que estaba siendo una cosa delirante.

Entonces no, no, es que hay una coherencia y digamos no lo que vos sabés y de lo que tu aparato psíquico puede aguantar, no? Entonces digo esa anécdota a mí me sirvió para contar el momento en que yo descubrí que lo que había pasado en mi casa había pasado también en otras casas, que no era una cosa única.

Las historias de otras personas, las historias que yo inventé para ese libro me sirvieron para intentar, no sé si lo logré contar una cosa más esencial, no más de la esencia. Me acuerdo de un libro que por ahí quienes están en derechos humanos o que en derechos humanos, me refiero en la facultad, por ahí lo leen que es “La escritura o la vida” de Semprún, que se hace esa pregunta, no? Cómo se cuenta la verdad de estos hechos que son los hechos que se cuentan? No la verdad. Están los hechos para hacer la pregunta más concreta o está en la esencia? No, acá se preguntaban cómo sucede que un ser humano se convierte en alguien capaz de ejercer crueldad sobre el cuerpo de otra persona? Entonces, esa esencia del mal, con qué anécdota se puede contar? A veces la anécdota que está en los hechos parece como frívola respecto de lo que vos querés contar. Entonces hay que hacer un esfuerzo de imaginación para encontrar otra que sirva para contar eso.

-Justamente hoy publicaste un texto más sobre Kafka, con tu fascinación con Kafka acá también, y te preguntabas por qué finalmente te fascina Kafka y decías algo sobre que en realidad también tiene que ver con la muerte y tu indignación no es una palabra que vos usaste. La indignación con que la muerte sea vista como una vidriera en relación a lo está diciendo. Había citado, había traído para citarte una frase de Proust que dice “No sólo ciertas personas tienen memoria y otras no, sino que aún con igual memoria dos personas no recuerda las mismas cosas”.

-Bueno, creo que acá hay de parejas de hermanos y hermanas y hermanes y eso está comprobado científicamente. Lo que mi hermano recuerda de la historia es, como vamos a decirlo al revés, lo que mi hermano es incapaz de recordar, según él, yo soy incapaz de vivir. O sea, porque mi hermano recuerda en acto, realmente recuerda el acto, habita esos recuerdos.

Cuando yo fui a la casa...en la casa que también era la casa de los conejos porque había conejos. No como acá, pero mi papá que era ingeniero agrónomo, nos criaba con animales, entonces teníamos una conejera. Entonces cuando yo fui a esa casa habitada por mi hermano y abrí la puerta, me dio como un sofocón porque había puesto todas las cosas como estaban en mi casa, la cama, los muebles, los animales, entendés?

O sea, mi hermano habita. Su memoria es lo que él dice haber olvidado. Entonces nadie recuerda del mismo modo, porque nadie vive del mismo modo. Y a mí me parece que la memoria o el pasado, que se supone que es lo más inamovible y el presente y el futuro es lo que está por el futuro, es lo que está por descubrir. Yo creo que eso es, eso es exactamente al revés. O sea, el pasado es lo más movible que tenemos, porque cuando vos resignificás lo que viviste, el pasado se mueve, tu posición en el pasado se mueve y la única forma de resignificar lo que viviste es por la vía de la palabra, no hay otra forma.

-Yo sé que hace unos años en una actividad creo que era esta misma actividad, pero hace unos años vi que había una persona muy atrás que estaba llorando en un momento como te podés emocionar en algún momento, pero me dio intriga y no sé porque le saqué charla y me dijo “no, lo que pasa es que yo vivía acá cerca y cuando pasó no pude hacer nada”, me dijo.

Pero yo mirando un poco su edad, debería haber tenido 12 años en ese momento, qué podría haber hecho? Efectivamente no? Pero había como una sensación que lo vinculó, decía es de esa protección que se busca, de que quizás podría haber hecho algo en una sesión tan imposible como esta que estamos acá.


-No, mirá, em, yo no tengo una actitud resentida o por lo menos no todo el tiempo hubo momentos.

Ahora no en este momento, pero. Pero yo creo que hay una, hay una frase que se le adjudica a Sartre, no sabemos si lo dijo, pero se adjudica Sartre que dice “Nunca fuimos tan libre como en la ocupación, como cuando los nazis nos ocuparon”. ¿Por qué nunca fuimos tan libres? Porque él dice que el ser humano está obligado a la libertad, no tiene otra opción, porque cada cosa que cada momento de la vida, el ser humano toma decisiones. Todo el tiempo toma decisiones, pero está obligado a esa libertad. Entonces nadie no pudo hacer nada, todo el mundo hizo algo, todos hicimos algo. Por supuesto que las decisiones que se toman en la infancia son decisiones que están totalmente exentas de responsabilidad.

Pero todos los adultos...porque es lo mismo que decir en este momento mira la catástrofe que estamos viviendo y no podemos hacer nada. No es verdad. Tal vez no podemos hacer lo que quisiéramos hacer, pero nadie no puede hacer nada. Cuando alguien dice estar haciendo nada, está haciendo nada, no está haciendo nada, está tomando la decisión política de hacer nada.

Entonces todos podemos hacer algo y de hecho, muchísima gente durante la dictadura, en ese margen mínimo para hacer cosas, hicieron muchas cosas, sino estaríamos todos muertos. Todos los que éramos niños y niñas en ese momento estaríamos muertos si nadie hubiera hecho nada. Un montón de gente hizo un montón de cosas y yo hoy día recuerdo mi primer (Día de) Reyes en el Ramos Mejía, en la casa de mi, de mi tía y de mi tío, que en la puerta de mi casa fueron hubieran regalos.

En mi casa que era una casa de comunistas, los reyes eran nada, nada. Los Reyes, Navidad, nada. Nunca existieron, nunca existió Jesús. Imagínate Papá Noel y los Reyes de la Estrella no sé qué. Pero el día de Reyes en la puerta de mi casa alguien dejó regalos porque había unos niños que antes no estaban.

Entonces mucha gente hizo un montón de cosas y me parece que hay que poner en valor todos esos pequeños gestos que son pequeños en función de lo que llamamos Historia con mayúscula. Pero para mí un gesto gigantesco para mi familia fue no todo el mundo dice “algo habrán hecho”. Mirá, tenemos unos regalos. Me acuerdo que era una cosa de plástico roja.

Entonces digo, en este momento cuando decimos no podemos hacer nada, no solamente no es cierto que no podemos hacer nada, si no que no es cierto que no estamos haciendo nada. No es verdad.

Foto: Asociación Anahí

-La imaginación parece un poco aplacada de los tiempos que vivimos, no? Hay algo más de que todos estamos imaginándonos más un Mad Max permanente de los próximos años, más que una posibilidad de una utopía.

-No es que la imaginación no esté. La imaginación parece ir en una sola dirección, que es distintas formas en que vamos a morir todos. Distintos escenarios distópicos: sin agua, con máscaras, una guerra brutal, sin ley. O sea, desde distintos escenarios donde todos vamos a estar en una situación peor y vamos encaminados.

Yo lo que digo que eso, como dice Margaret Atwood: “yo no hago ciencia ficción, yo hago literatura especulativa. Ya con lo que hay ahí especulo como podría llegar”. Lo que yo digo es que esos esfuerzos de imaginación de las artistas y los artistas que se supone que se dedican a la imaginación, podrían estar en ver cómo vamos a zafar.

O sea, nadie imagina un mundo en que las cosas salieron bien. Yo estoy tratando de hacer un esfuerzo. No me dedico a la ciencia ficción, pero yo sentí que me había mojado la oreja a mí misma con ese texto que escribí en Página 12 sobre esto, de que hoy estamos llenos de distopías y ni una sola utopía, porque de hecho ayer vi una película que tiene un montón de años pero que parece haber una utopía posible donde bueno, hay facciones, le llaman donde cada persona determinada elige qué función en la sociedad quiere ser o quiere tener, no?

Ahora esas utopías se convierten en distópicas, porque siempre hay un hijo de yuta que quiere el máximo poder, entonces todo eso se rompe o trae como ecos de una idea de la Unión Soviética donde nadie elige nada, no? Y entonces todos eligen ser útiles a la sociedad y nadie tiene la posibilidad de seguir su propio deseo como si en Estados Unidos no?

Entonces, lo que estoy tratando de hacer para construir este libro, que capaz que sale, capaz que no en mucho tiempo, es tener conversaciones con gente que me parece que está en algún tema para preguntarles cómo sería, por ejemplo, cómo sería un mundo en el que podemos comer animales pero no matarlos. O sea, podríamos comer los animales cuando naturalmente se mueran. Me junté con una bióloga para ver si eso era posible y bueno, me dijo que sí, siempre y cuando no se hubiera muerto de una enfermedad, claro. O sea, habría que esperar que se murieran. Pero podría ser un mundo donde tenemos la paciencia porque todos los seres vivos se mueren.

¿Cómo sería la escuela ideal? Una escuela donde se pudiera trabajar no por asignaturas, sino por problemas, por preguntas. Entonces esas preguntas poder confrontar con distintas gente que sabe de esos temas, que plantea hipótesis sobre cómo resolver esos problemas o preguntas acerca esos mismos problemas o cómo sería un mundo en el que qué camino habría que seguir para que no hubiera ricos ni pobres, por ejemplo.

Entonces estoy tratando de hacer ese esfuerzo de imaginación o... vamos de nuevo... un esfuerzo de especulación sobre las cosas buenas que sí pasan, llevarlas a un extremo. Por ejemplo, hay un pibe ecuatoriano, creo, o peruano, yo no me acuerdo que inventó no sé que cosa para descontaminar el agua y está contaminando el lago Titicaca. Claro, el pobre pibe solito, con sus herramientas. ¿Qué pasaría si eso lo lleváramos a una escala global? Porque no es verdad que el dinero sea lo único que rige nuestra vida, es lo que rige, digamos, nuestras sociedades. Pero no es que todo el mundo esté solamente deseoso de tener dinero.

-Dijiste siempre se pudo hacer algo, siempre hubo algo para hacer. Y dijiste dos veces la palabra “libertad” que la voy a tomar, la voy a dejar acá para para volver a esa palabra y te lo cruzo con otra literatura que forma parte de tu mundo, forma parte de tu dimensión. Lo voy a citar ya que no tenemos respuesta de la justicia:

La justicia la tenemos que construir nosotros denunciando los actos aberrantes que están impunes, señalan dónde vienen los culpables de la desaparición de nuestros padres. Reivindicamos los ideales de justicia social, libertad e igualdad, por lo que pelearon nuestros viejos. Nuestros viejos formaban parte de sindicatos, de centros de estudiantes, de organizaciones sociales, políticas y culturales, y también de organizaciones armadas. Nuestros viejos eran parte del pueblo. La dictadura intentó acabar con todo eso”.

Este es un fragmento de un panfleto o de un poquito antes del 96, donde también hay un trabajo literario muy importante en todos esos textos. Estoy hablando de todos los textos de HIJOS del 95, 96, todo lo que vino después, sobre lo cual de algún modo también ejercitó el movimiento de la palabra con un objetivo muy concreto. No?

-Sí. Estaría bueno recuperar esas piezas. Acá hay un montón de periodistas, gente que se dedica a la investigación social. Recuperar esas piezas sería lindo. Yo recuerdo haber hecho un esfuerzo literario infinito para juntar lo que la gente quería decir, pero sí, es cierto que esas piezas tienen objetivos retóricos que son distintos al objetivo de la literatura. El objetivo retórico es el de que cuando terminas de escuchar ese discurso te sientas movido o movida hacia algún lugar distinto. Hay que tocar resortes muy específicos para la retórica. Tiene toda su su cuestión, no? La literatura, en cambio, requiere de la ambigüedad, sino justamente es un panfleto. Cuando vos terminás de leer un libro tenés que no estar completamente seguro de lo que quiso decir el autor o la autora...Sensaciones te quedan, no? Pero no hay como un dos puntos. Quiso decir tal cosa, pero sí creo que forma parte de un pasado épico me permito cualquier tipo de cancherado...creo que hubo cierto legado de Walsh, que es una cantidad total. Pero quiero decir que qué quiero decir con esto? Cómo tratar de robar recursos de la literatura hacia la retórica, hacia la denuncia. No? Porque te digo esto, porque cuando en un momento me convertí en la escritora oficial de los discursos de HIJOS Capital, acá había otras plumas también muy potentes, muy furiosas. La consigna era que dijera todo lo que en esa ronda, cuando Emiliano estuvo en muchas de esas rondas, todo lo que de esa ronda había surgido, que si no era,contradictorio, tenía que entrar todo, o sea. Pero además tenía que tocar el corazón. Entonces cómo hacés para tocar el corazón si no es por la vía del arte? Cómo tocas un corazón diciendo consignas? No puedes tocar un corazón diciendo basta de esto, basta del otro, se puede? Justamente en relación a lo que decía Semprún. Es como un hecho tras otro, tras una sucesión de cosas que te adormecen el oído. Para tocar un corazón, para decirlo en esas palabras que era más bruto todavía no tocaba corazón sino la gente tiene que llorar, necesita herramientas del arte, no de la imaginación. Algo que permita tocar una sensibilidad.

-Tengo en mi mano el libro "Harry Potter y el prisionero a Azkaban", para mí, el mejor de todos. Otra discusión que no voy a abrir... Por qué te trajimos Harry Potter?

-Bueno, supongo que es porque es una lectura muy favorita. Yo hice las colas para ser la primera de tener. La fui leyendo mientras iban saliendo mi hijo mayor. También lo fui leyendo mientras iba saliendo y porque yo creo que es un personaje argentino, estoy convencida que es un personaje argentino. Podría fundamentarlo argumentar porque todas las cosas que pasan en ese libro tienen un correlato argentino, inclusive la apropiación de niños y niñas.

Yo creo que hay muchas historias argentinas de apropiación, apropiación de familiares, como le pasó a Harry Potter, porque Harry Potter se lo queda la hermana de su madre, la hermana que piensa que la madre bueno, era una zurdita de mierda. Para decirlo en términos también argentinos. Entonces lo educan a Harry Potter en la idea de que todo lo que le pasó a su madre fue por culpa de su madre.

Pero antes de que Harry pudiera tener algo de la verdad, le dicen que su mamá y su papá murieron en un accidente de tránsito, que más argentinp no se consigue. O sea, la cantidad de padres y madres que murieron en accidente de tránsito entre el 76 y el 82 es impresionante, no? Las rutas eran peligrosísimas.

Pero además de ser un niño apropiado de tener la marca en la frente, que es otra cosa también muy sentida por quienes vivimos esa historia de sentir que todo el sabe aunque no lo cuentes. Me parece que la historia política que se cuenta de Harry Potter es una historia también muy argentina. Y hay una parte que es para mí es lamentablemente argentina. Voldemort, que además podría traducirse como vuelo de la muerte, es la parte más dolorosamente argentina en este momento. Para mí es que todo el movimiento de Harry y de Hogwarts de la defensa contra Voldemort es la defensa de una democracia infumable. O sea que Harry Potter va a una escuela horrenda, competitiva, de una soledad tremenda donde tenés que arreglártelas por tus propios medios o con tus amigos y amigas porque no hay un adulto que te pueda dar una mano.

El Ministerio de Magia es no sé que ministerio, bueno, hay muchos ministerios que podría ser como ese ministerio, es un horror. Entonces, claro, cuando te llaman a defender esa democracia, que es una democracia fallida, deslúcida ...en su pico más alto de democracia, sigue siendo una democracia para pocos. Por ahí viene Voldemort y te muestra la marca. Y que cuando todos, todos se juntan, hay unas cosas en el cielo, son los únicos que se permiten a sí mismos hacer magia. Los malos. Esto capaz que te tienta. Vos podés encontrar una pista también del momento que estamos viviendo hoy, no solamente de la crueldad de los malos, sino de por qué gente que no es cruel, como le pasa a muchos, que termina estando con Voldemort, se sienten tentados por eso.


Entonces yo creo que nuestra democracia, nuestro ideal de democracia, no puede ser que no nos caguen matando, eso es simplemente, no sé, que no nos caguen matando. O sea, nuestro ideal de democracia tiene que ser una utopía, tiene que demos que poder defender la escuela pública, no como esta, porque la escuela pública como está no está buena, no está buena, es mala.

Tenemos que poder defender la escuela pública que soñamos, soñar una escuela pública y defenderla y habitarla, no? Digo escuela pública porque es lo que más habita. Pero podemos hacer todos los temas. La ecología en democracia fue defendida? no! Entonces digo, me parece que Harry Potter, por un lado es todas las infancias que vivimos, no solamente la de Harry, sino los compañeritos y compañeritas, y Harry Potter es todas nuestras infancias solitarias, pasibles de bullying todo el tiempo, porque digo se acuerdan de Luna los que leyeron Harry Potter o por ahí es muy muy para para fans. Luna es una pibita que todo el mundo dice que está totalmente pirada, loca porque escucha... pero es la única que puede ver lo que los otros no ven. Por qué? Porque ha visto la muerte de frente. Entonces, todo el que no vio la muerte de frente piensa que los carruajes son llevados por la nada.

Y los que vimos la muerte sabemos que los carruajes son tirados por caballos. Las cosas no funcionan solas. Alguien las hace funcionar. No hay muchos muertos para que las cosas funcionen. Lo lamentable es que lo vemos solo los que vimos la muerte de frente. Y esa es nuestra deuda también, porque los que han visto la muerte de frente creen que las cosas funcionan solas.

-En relación a eso, te cito lo siguiente: “Debes saber que quien nos quiere no nos abandonará jamás, aunque pienses lo contrario un día como hoy, pues piensas que los muertos a los que hemos querido nos abandonan del todo alguna vez, no te das cuenta que los vamos a recordar justamente el día que este es el mayor de tus apuros? Es probable, Harry, que tu padre viva en ti, pero se va a manifestar cuando verdaderamente lo necesites”.

-Bueno, hay una lectura muy interesante para los psicoanalistas, también de Harry Potter y con el patronus hay un padre que te viene a socorrer en momentos complicados. Yo tengo bastante más vínculo con los muertos que con los vivos. La verdad. No, no con mis muertos, mi familia, sino que leo casi toda la gente muerta. Y me acompaña un montón. Y no solamente me acompaña la literatura en mi trabajo como docente, me acompaña un montón de gente muerta, gente que que hizo cosas que eran imposibles en su momento, con niños y niñas que estaban en el fondo, bajo fondo, desde la Unión Soviética de los años 20 hasta la Inglaterra de entreguerras, hasta Palestina.

En la Segunda Guerra Mundial hay un montón de gente que hizo cosas increíbles y que nos acompañan, y a mí me parece que que nos hacemos acompañar poco por los muertos, nos hacemos acompañar mucho por la muerte, o sea, por el momento de la muerte, pero no por los muertos que tienen un montón para enseñarnos esas vidas, tienen un montón para enseñarnos esos momentos de resistencia, de resistencia.

Ni siquiera estoy hablando de resistencia épica, heroica, sino de la picardía. Nosotros hemos zafado por la picardía y me parece que eso nos falta un montón. Saber que el que nos acompañen los muertos y cómo tomamos el camino que nos permite zafar de esta situación.

(…)

PREGUNTAS DEL PÚBLICO

Lucía Abbattista (Asoc. Anahí): Raquel, le pedí a Juan el micrófono no solo en el rol de conductora, sino porque tenía una pregunta, un poco comentario también en relación con esto y que tiene que ver también con cómo continuamos luego el acto. Ahora el 20 se van a cumplir seis años de que falleció Chicha. Yo también pensaba hoy que seis años es mucho tiempo pensando en esta apuesta que hacemos por los jóvenes que quizás no tuvieron oportunidad de conocerla, que hoy la conocen a través de fotografías, la conocen a través de los relatos que hacen las guías en la casa o en algún otro trabajo, a través de los medios que siempre hacemos pero que no han tenido la oportunidad de conocerla y que en los últimos años perdimos a muchas madres y abuelas de esta zona. Y recientemente a Norita, pero pero también a Hebe, pero que eran quienes nos acompañaban acá, quienes habitaban. Y pensaba en esto que vos estás diciendo: Cómo podemos trabajar esas memorias? Cómo podemos contribuir a que nos habiten? No sé si vos la habías conocido a Chicha personalmente o no, pero cómo podemos trabajar ese legado? Porque es parte del desafío que tenemos en esta casa.

-Cuando se murió Norita, ahora, cuando algunas espontáneamente fuimos a dar la vuelta (en Plaza de Mayo) a la noche, en el primer momento fue una marcha del silencio prácticamente, porque nadie sabía qué hacer, que decir. Y cómo. Pero después empezaron a aparecer las otras cosas. Entonces empezó a aparecer el alcohol y yo me acordé de Norita en una fiesta tipo 3 o 4 de la mañana, con otra Madre en una mesa, tomando un vaso de whisky como de este tamaño y cagándose de la risa.

Las dos. En una fiesta donde había montón de pibes y pibas y gente de muchas generaciones, no? Casi nadie de esa edad. Entonces yo pensaba me parece que no le hacemos un favor a nadie recordando a nuestras heroínas que son las Madres y las Abuelas como estatuas o de mártires que a pesar de lo que les pasó, salieron a la calle, etcétera Porque eso es tan cierto como cierto es que sin humor se hubieran muerto todas. Y yo creo que las que pudieron tener algún rescate de alegría son las que dan vuelta a la plaza. Mi abuela, por ejemplo, que no pudo nada. No se pudo reír nunca más, se murió muy pronto y la otra enloqueció muy pronto, no dieron ni una sola vuelta a la plaza, porque no, no se rieron nunca más. No hubo un chiste nunca más. Entonces me parece que por un lado hay que recordarlas a ellas y a sus hijas, nuestras madres, como gente que básicamente tenía la alegría de vivir y tenía la expectativa de que de que todos pudiéramos tener una. Básicamente poder imaginar esto que decíamos antes: un mundo de alegría, un mundo de alegría que también es otra militancia.

Habité esa militancia y agradezco muchísimo haber podido habitar esa militancia que me parece que en HIJOS si hay algo encontré yo en esa militancia distinta a la militancia a la que yo venía, que era militancia a muy conspicua, digamos. No fue la felicidad completa del encuentro y eso nos permitía unas asambleas recontra picantes donde nos decíamos un montón de barbaridades, porque eso no implicaba que después de ese momento no viniera la fiesta.

Entonces, para mí, si hay algo a recordar, a tener como legado es que no existe una militancia que sirva para algo si no es desde la alegría y desde poder bancar esto que está en la pequeña (referida a Harry Potter): “Vos crees que te vamos a abandonar porque no pensemos lo mismo?”

O sea, me parece que ese es el legado: no solamente por lo que hicieron, sino por lo que no hicieron. El legado no es solamente lo que se hizo bien. El legado también es lo que se hizo mal. ¿Qué hubiera pasado si ese encuentro – en que alguna gente dice que tuvo mi padre involucrado- No sé, yo creo que es mi hermano, que quiere pensar que mi papá era un montón, pero si ese encuentro entre el ERP y Montoneros se hubiera logrado antes y se hubiera hecho una única fuerza, no porque después para pelearse si es justicia social o es cambio de estructuras, es como que había tiempo, me parece, porque no sé qué hubiera pasado... dónde estaríamos?

Verona De maestri (Asociación Anahí): Bueno, yo hago una pregunta también que tiene que ver con lo que hay referencia. Van ambos en realidad sobre el arte, porque viendo acá de frente la casa siempre impacta el el frente, no el grado del ataque, el horror y como que oscurece todo lo previo y todo lo posterior. Lo previo es lo que estabas diciendo recién y lo posterior es Chicha Mariani, Elsa (Pavón), las Abuelas... cómo desde el arte también pudieron crear justamente que sea una definición de arte. Está Norberto Liwski, le vamos a dar entonces la palabra él para que le cuente, porque iba a contar algo que en realidad lo puede contar él, que tiene que ver con el día de las infancias mañana y con la creación de de los artículos de infancia y del a la identidad en el micrófono.

Norberto Liwski: Lo más emocionante es encontrarla, escucharla y convertir buena parte...no sé si buena parte de toda su historia... Una partecita de la historia en la que la alegría estuvo presente junto con el reconocimiento de una historia que ella me cuenta cuando nos conocimos y que no nos sorprendía a los que veníamos justamente de ese espacio del terror, del sufrimiento, de las pérdidas, pero también de la lucha y de la resiste.

GH

A mí me parece que la mención de Chicha en este contexto nos ayuda a todos a recordarla y a vivirla en el lugar que precisamente Raquel lo estaba manifestando: en el lugar de la alegría, de la alegría de luchar, de alegría, de buscar la alegría incansable, de seguir explorando caminos que le permitiera reencontrarse con su nieta. Y creo que hay una enseñanza en eso que se traslada de generación a generación.

Es cierto, ya partió, como vemos todos, pero seis años después esta calle en esta fecha se vuelve a llenar y se llena porque Chicha nunca abandonó este espacio.

JSD: Cuando dije que dejaba la palabra “Libertad” acá era porque cuando me puse a revisitar un poco el gran acto a 20 años del golpe del 96, como un hito fundacional, importante de HIJOS me sorprendió la cantidad de veces que se decía la palabra libertad, una y otra vez arriba del escenario, no? Y una potencia en la voz de Hebe, de las compañeras. Si dudan, vayan al archivo de DiFilm porque tiene todo el acto cargado. Que importante volver ahí. ¿Qué sensaciones giraban en torno a ese momento puntual, único, irrepetible, para que se sintetice ahí también la búsqueda de libertad? que es algo que te escuché mucho hablando con el tema del indulto. ¿Qué sensaciones se vivieron? Ya no hablamos del indulto desde términos más institucionales o solemne, pero también para esas nuevas generaciones, contar esas sensaciones que había frente a eso que pasabaes importante, no? Porque no todo, porque todo lo institucionaliza en el objetivo. Lo más que se logra perdemos un poco, justamente todo ese movimiento de base, de sensaciones, de encuentro, de tensiones, de cómo resolver.

-Y yo creo que sí, sí hubo un momento de desesperanza fue ese, el indulto. No exactamente para mí, porque mi formación comunista me hacía más bien pensar que era muy raro que lo fueran a juzgar, pero sí recuerdo mucho el ambiente de bajón, de desesperanza, de tristeza. Y me acuerdo, creo que lo conté en alguna oportunidad de esa marcha, que esa sí que era la marcha del silencio.

La del silencio donde se decía NO, nada más que “no, no, no”, pero una cosa que que no sé, muy tremenda, muy triste, de cosa terminada en algunos sectores, en otros no, y a mí me parece que que yo siento que hay en este momento como una sensación de desesperanza, pero a mí me parece que esa sensación de desesperanza está anudada a esa pregunta que no pregunta nada, que es una pregunta retórica de “para qué?”

Para qué hicimos todo lo que hicimos, todo lo que caminamos, todo lo que recorrimos, todo lo que mira dónde estamos ahora? Entonces a mí me parece que está bueno sacarle lo retórico de la pregunta y devolverle la pregunta: para qué? realmente nosotros hacemos las cosas para algo? O hacemos las cosas porque no cabe otra? Qué te cabe? O sea, te cabe vivir en este mundo de mierda? Te cabe o no te cabe? Si no te cabe, hacés algo. No digo que no haya que tener utopías, o sea, norte, lugares a donde quiere llegar, pero no es la razón. No sé, es que vengo leyendo a Sartre y lo tengo en la cabeza, pero él tiene un concepto que a mí me parece hermoso, que es el “sin esperanza”.

Hay que ser capaz de luchar sin esperanza, porque la esperanza esconde que Dios ha muerto. Es decir, si nosotros estamos dispuestos a matar a Dios de verdad y asumir las consecuencias, es que no lo hace, porque detrás de la colina está la redención. Porque después de este momento de mierda vendrá un momento de felicidad. No lo sé, porque hay una ética que se te impone y tenés que hacer lo que tenés que hacer.

Y en un momento donde reina la crueldad tenés que habitar la ternura, tenés que hacer cosas con otras personas, tenés que dejarte de joder con que la culpa es de los troskos, la culpa es de La Cámpora, la culpa qué carajo te importa vos tenés que hacer lo que tenés que hacer con todo el que esté de este lado, desde este lado es que tenga una ética de la solidaridad.

¿Cuáles del otro lado? El que es capaz de la crueldad. Mirá que esto es una avenida ancha... todo lo que te queda de este lado; te queda de este lado la gente que no habla con la E, te queda de este lado, la gente que que le pregunta a una travesti si es hombre o mujer, te toca explicar amigo, amiga.

O sea, toca un montón todo eso, te queda este lado, todo eso te queda con lo que tenés que construir. (...), pero por qué sos de un cuadro? ¿Porque siempre gana? No! porque sos. ¿Por qué sos de los derechos humanos? O sea, tu mirada es en arreglo a los derechos humanos porque alguna vez ganan? no! Por qué decís que sos de la clase trabajadora? Porque alguna vez ganan? No! Perdemos siempre perdemos, siempre perdimos, siempre salvo a veces. O sea, la historia te dice que estuviste, o sea, ahí perdido, por allá una conquista, no? Y después palo, palo, palo, palos, palo para los palos, palos, muerte. Entonces no lo hacés para ganar, lo haces porque vas a ganar. Lo hacés porque hay algo que han construido bien en vos y que te dice que hay cosas que se deben, que se pueden y hay cosas que están prohibidas y ejercen crueldad sobre el cuerpo del otro. Está prohibido ejercer crueldad sobre el alma del otro está prohibido.

Y eso, mirá lo que te digo, te deja a veces del otro lado a gente que con su discurso aparece compañera, pero es cruel, te quiere aplastar, goza con tu sufrimiento.

-Y ese compromiso con esa ética se da a través de los textos o de la persona?

-¿Vos decís que sí son los goles de Maradona o Maradona?

-Sí

-Yo creo que son los goles de Maradona y es Maradona con toda su complejidad. Todos nosotros acá no hay ningún, ningún angelito acá dando vueltas, no hay nadie que sea un amor de una pureza. Cuando pensás en el Che Guevara y lo pensás como Jesucristo, estás haciendo mierda todo.

El Che Guevara dejó de garpe a sus cinco hijxs, lo dijo de garpe y a la pobre señora la dejó en Cuba. Besito le dijo besitos que te cuiden los compañeros y eso también es él. Es un tipo capaz de mandarse un moco, es alguien capaz de meter la gamba hasta el caracú.

Esos somos nosotros. Entonces para mí digamos que los textos o los goles o esas cosas donde vos tenés la posibilidad de la creación, de crear, habla de vos, pero no sos vos exactamente. Vos sos alguien capaz de eso y sos alguien capaz de cumplir la promesa que le hiciste a tu hijo.

-Gracias, Raquel

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