Por primera vez habló públicamente uno de los empresarios de medios más importante de la región, su visión del secuestro de su padre, la relación con la política y sus tensiones con la actual vice presidente de la nación. Juan Manuel Mannarino, el periodista que lo entrevistó cuenta los detalles.
“Lo interesante era dar cuenta de alguien que hace 50 años está en ese lugar de poder, que viene de toda una historia que tiene a la argentina contemporánea muy presente. Es una buena oportunidad para que se conozcan un poco esos entre telones, ya que no fue muy afecto a dar entrevistas en su vida”, considera Juan Manuel Mannarino.
En conversación con Los Mundos Posibles reconoce que “tal vez por estos 50 años tenga más ganas de hablar o por las apariciones que después de un tiempo de ostracismo, se lo vio entrevistando a los candidatos a intendentes, da la sensación que al fin un poderoso quiere hablar y eso es una oportunidad muy novedosa para el periodismo”.
Juan Manuel Mannarino, además de la historia de vida de Kraiselburd, buscó reflejar el perfil como empresario periodístico de una persona de 80 años, que tal vez no sea muy conocido por las nuevas generaciones. Pero quien haya vivido en La Plata sabe de lo que se está hablando cuando se menciona su nombre: el diario El Día.
“Más allá de que uno esté de acuerdo o no con la línea editorial del diario, con sus principios ideológicos, lo que fuera, no deja de ser un medio muy trascendente en la historia, no solamente en La Plata. Nació casi al calor de la gestación de la ciudad, dos años después de que se haya fundado”, recuerda.
La familia Kraiselburd siempre fue muy consciente del poder del El Día en la capital política del país. Además formaron parte de otras experiencias, como el diario Popular del cual fueron cofundadores, un medio que surge en medio del secuestro de David.
Sobre la metodología y preparación de una entrevista, Mannarino señala que “uno puede ir preparándola pero no sabe lo qué va a suceder, puede armarla más profunda y precisa, pero en este caso el foco era el secuestro del padre, qué tenía para decir él que no había dicho antes, como para poner en contexto”.
“Una persona que no está acostumbrada a hablar, había muchas versiones, imaginarios, de pronto está ahí antes tus ojos con 80 años, muy lucido. Fue una entrevista de más de cuatro horas. Lo del papá le toca una fibra de cierta fragilidad que tal vez nunca se había permitido asumir como ahora, y él mismo lo dice ‘nunca pude llorar a mi padre’, ahí tenés una imagen muy fuerte del vínculo emocional padre/hijo fundacional para entender a esta familia y al diario El Dia en su evolución y desarrollo”, concluye.
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