Ya se estrenaron sus primeros tres capítulos, realizados por la productora Comuna Audiovisual y el Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Las Fuerzas de la desigualdad es una serie audiovisual que plantea -a partir del coro de voces que conforman el mundo del trabajo- una comprensión del proceso global de producción de desigualdad social y las asimetrías de poder social que existen a nivel mundial.
Los capítulos están inspirados en materiales del Instituto Tricontinental de Investigación Social, una red de institutos de investigación del Sur Global con sedes en Argentina, Brasil, India y Sudáfrica. "Los cuadernillos estaban escritos por compañeros del Instituto que hacen una investigación social y económica que reina el mundo. Le ponen palabra, datos y justificación a esto que opera todo el tiempo, desde lo económico pero también desde el género y lo racial, desde la desigualdad más de base hasta la desigualdad que opera desde los poderosos a los explotados", cuenta Conrado Taina, uno de los realizadores e integrante de Comuna audiovisual. "El desafío es trasladar esos estudios al formato audiovisual", remarca en diálogo con Falsa modestia.
Una de las preguntas que guía esta producción es: ¿cuáles son las fuerzas que mueven el mundo? En estos primeros tres capítulos, los ejes abordados son la realidad de trabajadores formales e informales, la exclusión social, el sindicalismo y la organización de los trabajadores/as, los procesos de desindustrialización en Latinoamérica.
"El hecho de juntarse y que las personas se agrupen y plasmen sus conflictos en común va a seguir sucediendo a lo largo de la historia, eso no lo van a poder detener nunca. Hay que ver dónde se van a dar esos debates: en los barrios, en la comunidad, en las bibliotecas. Este segundo capítulo trata de mostrar que hay nuevos espacios y nuevas modalidades para dar estas peleas", remarca Conrado.
Recientemente se estrenó el capítulo "La fuerza oligárquica", que ya puede verse en You Tube. "Este tercer capítulo habla de la tenencia de la tierra y la producción de alimentos, lo que creemos que es ajeno a nosotros pero que es una dinámica diaria. Le ponemos nombre y dato a esto, de ver qué estamos ´avalando´. Se dio la oportunidad de estar en Cuba -un país bloqueado hace 60 años, lo cual reconfigura el uso de la tierra- (...), hay una parte en Colombia, en el Catacumbo, con el monocultivo de la coca que representa el poder de ingreso más alto y que trae aparejado el desalojo de familias enteras. Y al abrir las importaciones se abren otras dinámicas. También mostramos la experiencia del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil que viene dando cátedra de lo que es la lucha agraria en Latinoamérica", suma el realizador audiovisual.
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