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Noche de tango en el Centro Cultural El Zócalo

Este sábado 8, Carlos Cabrera brindará un concierto junto al dúo Aguirre- Rodríguez.

Este sábado se presentan en el Centro Cultural El Zócalo (Pza. Alsina 1 y 38) el cantor platense Carlos Cabrera y el dúo que integran la cantante Cynthia Aguirre y el pianista Alejandro Rodríguez.

Desde el 2008, el dúo viene forjando un camino en la búsqueda de un sonido propio con la canción como punto de partida. En 2013 registraron su primer trabajo discográfico y actualmente están por comenzar a grabar un nuevo material.

Carlos Cabrera es una voz reconocida del mundo del tango, que durante 25 años integró la orquesta de Atilio Stampone y compartió escenario con algunas de las principales figuras de la canción ciudadana. “A todo ese tiempo lo recuerdo con mucho amor y con una añoranza muy grande (...) Fui elegido por Atilio Stampone en los años ’80 para formar parte de su orquesta y desde entonces me toco laburar junto a grandes artistas como Roberto ‘El polaco’ Goyeneche, Rubén Juárez, Jorge Sobral, Hugo Marcel, Raúl ‘El negro’, Lavie, todos esos monstruos del canto a quien admiraba muchísimo”, cuenta en diálogo con Cacodelphia.

“Ingresé a la orquesta de Stampone, por esas cosas donde el azar te favorece”, señala el cantor, guitarrista, autor y compositor. “Resulta que Stampone estaba veraneando en Mar del Plata y al lado de su carpa en la playa había un amigo, muy admirador de su obra, que le pregunto al maestro qué andaba haciendo. Y éste le conto que estaba por armar una casting de cantores para grabar un nuevo trabajo discográfico. Este amigo le compartió el disco que yo había editado para el sello Trova y le hizo escuchar el tema que Homero Expósito y Berugo Carámbula, me habían compuesto especialmente. Atilio, dijo, entonces, quiero eso. Y es que tenía una gran relación con Homero Expósito y por eso me llamo. Son cosas del azar, como te digo”, repasa.

En 1980, Atilio Stampone, con el violín de Antonio Agri, el bandoneón de Néstor Marconi, el coro del conjunto Buenos Aires 8 y la voz de Carlos Cabrera, registró “Vivencias”, para Microfon Argentina. En su sexto trabajo de estudio registró la obra que compuso junto a Eladia Blázquez. “Ese fue un disco fuera de lo común”, opina Cabrera sobre el trabajo donde el pianista, arreglador, director y compositor “le cantó a todos los amores de su vida, a sus hijos, a su mujer, a sus amigos y a su hermano. Un disco hermoso de diez temas compuesto por Eladia Blázquez, que edito el sello Microfon y de los cuales seis los canté yo”.

Durante 25 años, Carlos compartió el escenario con la orquesta de Atilio Stampone. En ese tiempo, recorrió provincias y países vecinos. Las giras, además, se extendieron a Estados Unidos y otras ciudades de Europa donde llegó a presentarse con Stampone y Leopoldo Federico. “Con la orquesta de Stampone hubo puntos altísimos”, señala y enumera: “La experiencia en Caño 14, en esos años fue extraordinaria, después recorrimos el mundo, estuvimos varias veces en Chile, donde Stampone, era un éxito total, hemos llenado teatros enormes, fuimos también a Uruguay. En Ginebra cantamos para Naciones Unidas, no con la orquesta, sino con un conjunto donde Stampone, estaba al piano, José Votti, en el violín y nada más y nada menos que Leopoldo Federico en el bandoneón. Me di un gustazo enorme de estar al frente de ese conjunto”.

Cronología de un cantor

Carlos Cabrera nació en La Plata y estudió con Carmelo Giuliano, María de la Vega y María Gondell. Se perfeccionó en canto y repertorio en la Academia de José Basso y Héctor de Rosas.

En 1981, debutó en el mítico Caño 14, local nocturno que Atilio Stampone había fundado en 1964, junto al ex futbolista Rinaldo Martino y el actor Pedro Alejandro y por donde pasaron las más importantes figuras del tango. “Debuté el 8 de abril de 1981, con mucho éxito y trabaje durante tres años todos los días, allí tuve el gusto de tocar con los mejores músicos del momento y con una orquesta monumental”, recuerda el cantor.

En 1983, integró la delegación que viajó al Festival de Tango de La Habana, junto a Eladia Blázquez, Héctor Negro y Osvaldo Pugliese. “Fue la primera delegación Argentina que con el advenimiento de la democracia viajó a la isla. Esa delegación la presidió Osvaldo Pugliese, que tenía una afinidad política con Fidel Castro y con la revolución cubana. Viajamos, entre otros, Nelly Vásquez, Eladia Blázquez, Héctor Negro y fue esa otra experiencia extraordinaria. Yo me gané el lugar, porque en ese momento estaba en Buenos Aires, haciendo un espectáculo donde Héctor Negro recitaba su poesía y yo cantaba”, cuenta.

Con el trío de Néstor Marconi cantó en el Club del Vino; con la orquesta de Atilio Stampone en Caño 14. Y en el Café Homero formó rubro con Roberto “Polaco” Goyeneche y Rubén Juárez. “¿¡Te imaginás lo que significó formar rubro con Goyeneche y con Rubén Juárez!?, para mí eso fue tocar el cielo con las manos”, dice Cabrera. “Luego del cierre de Caño 14, nos seguimos frecuentando en el Café Homero que se convirtió en una especie de ombligo del tango. En ese espacio trabé una gran amistad con Rubén el ‘negro’ Juárez, con Raúl Lavie, pero mucho más con Goyeneche quien un día en el Café Homero, donde estábamos prácticamente todo el tiempo, entró al camarín y me dijo: ‘mire pibe yo quisiera que usted tenga algo mío’ y me regaló un saco negro de raso. Yo entonces, le hice un chiste negro, de esos que se hacen, cuando uno se pone nervioso, y le respondí; ´cuando te mueras, Polaco, por este saco me van a dar 50 o 60 lucas’ y los dos nos reímos mucho. Lo cierto es que después de su muerte, que para mí fue una perdida inmensa, porque fue un gran amigo, me quede medio congelado”, relata el músico que este sábado estará acompañado por Gabriel “Gato” Luna en guitarra y Luis Urzúa en guitarrón y tendrá como invitada a la cantora Julieta Cabrera “que viene siendo mi hija”.

Roberto Goyeneche fue un cantor que formó parte de las orquestas de Horacio Salgan y de Aníbal Troilo, con quien entabló una gran amistad y fundó una de las duplas más recordadas del tango. En 1963, dejó la orquesta para emprender su carrera como solista y grabar con personalidades y agrupaciones como la Orquesta Típica Porteña, Atilio Stampone, Roberto Pansera, Armando Pontier, Astor Piazzolla y Raúl Garello. El ‘Polaco”, como lo bautizo Ángel Paya Díaz, se consagró como solista después de ser cantor de orquesta. El reconocimiento le llegó a la madurez de su voz para no abandonarlo nunca. Falleció en Buenos Aires el 27 de agosto de 1994 a causa de una neumonía.
“Luego de la muerte del ‘Polaco’, comencé a escuchar sus discos con aquel saco puesto, me parecía que la emoción que ponía para interpretar sus tangos, de ese modo me llegaba más profundamente, fantasías de artistas. Al tiempo de eso, tocando una melodía en la guitarra, empecé a improvisar una letra y así nació ‘El saco del polaco’, que luego le dio nombre a uno de mis discos”, detalla Cabrera.
Cansado de tantos viajes, a los 64 años, Carlos Cabrera, regresó a la ciudad para darle lugar a su vida solista. “Mientras estuve con Stampone, pospuse todo mi vida personal como artista. En ese tiempo tenía cuatro trabajos, uno de ellos en el ‘Club del vino’, que era el boliche más codiciado donde cantaba acompañado por Néstor Marconi y un trío que después se hizo, cuarteto y luego un sexteto con grandes músicos. Y con Héctor Negro, realizamos también un hermoso espectáculo. Esa era toda mi vida de cantor”, repasa el músico, que se desempeño también como presentador de espectáculos y televisión.

En la ciudad -ayudado por la Municipalidad- comenzó de nuevo con la edición del disco ‘El saco del polaco’, que presentó en el Teatro Podestá. Ese fue su primer disco de estudio, luego llegaron otros trabajos.

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