La cantora bonaerense regresó a la ciudad de La Plata acompañada de Moscato Luna y músicos invitados.
“Mis espectáculos jamás han sido contracturados, y mucho menos formales, lo que no significa que hagamos cualquier cosa, como puede dar a entender el título de este espectáculo. Sabemos lo que vamos a proponer, llevamos un repertorio a través del cual siempre busco el acercamiento y la complicidad con el público. De ese modo vamos a llevar adelante este espectáculo, donde contaremos con algunos compañeros y compañeras colegas como invitados”, cuenta Yamila Cafrune que el pasado 19 de abril se presentó en La Plata.
La hija del recordado Jorge Cafrune asegura que arriba del escenario le gusta compartir sus conocimientos. “No porque me considere que soy una sabionda, ni con mucha más capacidad que nadie, es una ridiculez pensar eso. Me gusta que lo poco o mucho que una haya ido aprendiendo a través de las lecturas y las vivencias personales, entregarlas antes que nos vayamos de esta vida, porque siempre es lindo compartir lo que uno sabe. Porque se da una ida y vuelta con la gente, que muchas veces te contesta, te cuenta y te amplía el conocimiento”, suma.
La cantora se presentó en el Festival de la Sierra (Tandil), fue parte de los 50 años de la Serenata a Cafayate (Salta) y de los 30 años de la Fiesta Nacional de la Guitarra (Dolores, Buenos Aires). Además, tuvo una presentación especial en “La Casa del folclorista” (Santiago del Estero) y en el Festival Nacional del Ternero y Día de la Yerra (Ayacucho, Buenos Aires), donde fue recibida por una multitud.
“Ese recibimiento fue en demasía, me sorprendió mucho y se los agradecí. Me llevaron dos cuadras en una camioneta que habían engalanado con la bandera Argentina, la gente aplaudía y yo arriba de la camioneta, me sentí la reina de la belleza. Todos nos reímos mucho. Fue un recibimiento que yo no me lo hubiera esperado jamás y me gusto porque lo hicieron con mucho cariño y eso es invalorable, como el aplauso después de cada canción y el saludo final”, repasa en diálogo con Cacodelphia.
Por la crisis económica y social y la incertidumbre que generaron las medidas del gobierno nacional se suspendieron en el verano varios importantes festivales folklóricos. “Los festivales son encuentros que debemos cuidar porque entre otras cosas son el reflejo de una identidad, son la luz de los pueblos y son parte de la cultura regional”, expresa la artista. “Entonces el Estado debe estar presente”, remarca.
“El Estado no sólo está para subsidiar la luz y el gas, cosa que yo agradezco infinitamente que lo haga, también debe estar con los trabajadores de la cultura. Yo soy una laburante de la cultura, y de mi dependen diez familias, entonces, soy como una pequeña Pyme”, expresa. “En septiembre del año pasado, pasamos presupuestos para formar parte de un montón de festivales y finalmente como otros tantos artistas, tuvimos que darlos de baja. Esa incertidumbre es terrible, tanto para el artista como para los organizadores”, repasa.
La cantora reconocida por su recorrido arriba de los escenarios desde hace más de 30 años, consideró que en cada uno de los festivales que se realizan a lo largo y ancho de nuestro país, se celebra nuestra historia y constituyen el reflejo de la identidad cultural de un pueblo según su tradición. “Cada uno de estos festivales, son absolutamente importantes para los pueblos, por eso el Estado debe estar presente y los organizadores deberán, también, aprender a organizarse de tal manera para que puedan realizar un festival redituable para todos. Yo me preparó para cantar en todos lados de la misma manera y con la misma responsabilidad. Quienes organizan festivales, que digan ser representaciones de su pueblo, también deben aprender, a organizarse, para no mamar siempre de la teta del Estado”.
En 2023 Yamila Cafrune, editó dos nuevos temas: “Amor de Febrero” (Hugo Casas - Quique Ponce), la primera zamba carpera que graba en su vida y “Misionero y Guaraní” (Alcibíades Alarcón), un chamamé bien sentido en homenaje a Andresito Guacurarí y a los y las misioneras. Y el 31 de enero de este año estrenó “Juan Prisionero” un joropo con poesía de Atahualpa Yupanqui y música de Roberto “Kolla” Chavero, hijo del autor de la poesía. Con un invitado muy especial en las glosas: Juan Palomino. Intenso, decidor y profundo, este joropo es el primero que grabó la cantora en toda su vida artística.
Con respecto al repertorio que este viernes expondrá sobre el escenario de Guajira, la artista aseguró que “nada de lo que hace es inocente”. Es decir, completo, “uno puede elegir cantar ‘El orejano’ (Serafín José García - Braulio López - José Luis Guerra), para decir las cosas sin tantas sutilezas, pero también se puede militar con la canción de manera sutil, comunicando con los gestos y con la palabra”.
“El folklore es la canción del pueblo y se interpreta de acuerdo a las necesidades del pueblo y no cualquiera puede autodenominarse cantor popular. El cantor popular, es aquel que interpreta al pueblo en sus diferentes necesidades”, afirma. “Yo soy una simple interprete de la canción popular, y como decía mi profesor de canto, le prestó el cuerpo y la garganta a una interpretación de una idea, de un poema y una melodía, que representa a mi gente. Y me han dado muchos golpes por eso, pero siempre salimos adelante”, detalla.