En su libro La historia secreta del Zorro, Alejandro Amaro reconstruye los días del actor hollywoodense en Buenos Aires. El fanatismo del público argento que lo tomó por sorpresa, la película que no pudo ser y la verdad acerca de su muerte.
“Me llamaba la atención este hombre que, siendo un grande de Hollywood, con todo lo que eso implica, que vivía en las colinas de Hollywood, que tenía un Maserati, una Ferrari, un Lamborghini, de repente venía a vivir a Argentina, alquilaba un dos ambientes en Recoleta y se moría ahí”, introduce Alejandro Amaro, autor de La historia secreta del Zorro. “Son polos opuestos de una misma vida, me parecía que algo rico tenía que haber ahí, qué había pasado en todos esos años, qué había pasado en el medio”, completa.
El comienzo de esta historia hay que ir a buscarlo a New York. Armando Catalano nació en la ciudad de Manhattan en 1924. Hijo de migrantes italianos, a los veinte años inició una carrera como modelo que paulatinamente lo fue acercando al mundo del cine. Bajo el nombre artístico de Guy Williams, participó de varias producciones cinematográficas donde interpretó roles secundarios. Conoció el éxito encarnando a don Diego de la Vega en la popular serie El Zorro, que financió Disney entre 1957 y 1959.
En los años que siguieron, Williams interpretó diferentes papeles en Bonanza y Perdidos en el espacio. Lejos de la popularidad que experimentó con El Zorro, de a poco se retiró de la actuación. En 1973 tuvo una segunda oportunidad, cuando fue contactado por Canal 13 de Argentina para visitar Argentina, donde la serie lideraba ratings de audiencia. Era el comienzo de un romance que llevaría al actor a regresar una y otra vez hasta su establecimiento definitivo en el barrio de Recoleta, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en 1979.
Según cuenta la leyenda, el recibimiento que tuvo Williams durante su primera visita superó cualquier expectativa. Miles de niños y niñas se dieron cita en Ezeiza para darle la bienvenida: “No se lo esperaba ni un poco. De hecho, al principio en las conversaciones él era reticente porque la serie ya era vieja, habían pasado muchos años y tuvo que dejarse convencer. Si bien acá la serie se había estrenado diez años después, en el 68, él no se esperaba todo esto. Hizo su primera visita en abril del 73 y estaba tan animado que, antes de irse, firmó un contrato para volver en junio. Ahí ya empezaba a pensar que esta ciudad le traía un montón de cosas”.
El fanatismo de Alejandro Amaro por El Zorro se remonta a unas vacaciones infantiles en Mar del Plata, era el verano de 1978 y tuvo la oportunidad de asistir a uno de los espectáculos que Williams protagonizaba junto al esgrimista Fernando Lúpiz. Después lo encontró en un restaurante y le pidió un autógrafo. Amaro lo recuerda como una experiencia única y memorable, que tuvo lugar en plena "zorro-manía".
“Era un apogeo, en aquellos años lo que era grande era realmente grande y duradero. Cuando un artista de renombre se instalaba, quedaba instalado. Verlo actuar en vivo fue toda una experiencia, era el de la tele, en ese momento la serie tenía un rating muy alto, era tener a un número uno, como una especie de Messi, para la niñez”, describe Amaro.
Mitos y verdades
Amaro se embarcó en una investigación super meticulosa, no sólo descubrió mucho sobre el ídolo de su infancia sino que también pudo comprobar la falsedad de algunos mitos que rodean su estadía en Argentina. Uno de estos rumores sugiere que hubo planes para hacer una película, Carlitos Balá interpretaría a Bernardo, pero quedaron truncos por diferencias de criterio con el productor Palito Ortega: “Mucho antes de hacer esta investigación, tuve la oportunidad de trabajar con Balá. Yo ya había escuchado del rumor de Palito Ortega, entonces le pregunté cómo había sido y él se me quedó mirando como diciendo de dónde sacaste esa pavada. No estaba ni enterado, nunca le había llegado ese rumor”.
“En los 70, los canales de televisión fueron intervenidos por cada una de las Fuerzas. Entonces, lo de la película con Canal 13 quedó en la nada, pero Guy seguía con la idea, él era amigo de las distribuidoras en Estados Unidos, El Zorro era un éxito en muchos países y pensaba que la podían vender al exterior”, recapitula el entrevistado.
El proyecto de la película era ambicioso, entonces el astro inició una serie de gestiones para llevarlo a cabo: “Guy quería hacer una película digna de Hollywood, pero sabía que en esa época el cine argentino no estaba a esa altura. Empezó a buscar directores que pudieran co-dirigir la película, pero lo que en verdad necesitaba era un productor que pusiera la plata. Salió a buscar un director y un productor. Lo contactó a Palito y Palito le dice que no porque ya había tenido una mala experiencia con Frank Sinatra, que le estaba yendo bien con otros negocios y que no quería hacer esta inversión. Ese fue todo el acercamiento que tuvieron”.
¿Triste, solitario y final?
El otro de los grandes mitos en torno a la muerte de Williams dice que nadie fue a su velorio. La propia Mirta Legrand, una de las personas cercanas al actor, se jacta de haber sido ella y Lúpiz los únicos dos concurrentes. “Si bien no fue algo multitudinario, hubo mucha gente”, la desmiente Amaro.
“Se dieron una serie de circunstancias que cerraron perfecto para que nadie se entere que no estaba dando señales de vida, que no aparecía, que nadie lo veía por la calle. Hubo una coincidencia de película para que eso fuera de tal manera y cuando lo encuentran estaba en un estado de composición lo suficientemente importante como para que su velorio sea lo más rápido posible. Se lo llevaron a la morgue una noche y a la mañana siguiente se lo enterró, mucha gente se enteró cuando ya era tarde, o sea que no hubo tiempo para que la gente se despida”, explica el entrevistado.
Al cierre de esta entrevista, Amaro deja confirmado que el convenio editorial para llevar La historia secreta del Zorro a convertirse en libro ya están encaminadas, el público tendría que esperar hasta mitad de año para ponerle los ojos encima.
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