Daniel Samoilovich teje una historia de sueños revolucionarios que se desarrollan a uno y otro lado del océano, con la figura de Trotski como eje gravitacional. El Berisso del siglo pasado sirve de escenario para contar la militancia de dos jóvenes que lucharon por un mañana distinto.
“Mi relación con la ciudad es infantil y familiar, pero me sirvió mucho un libro de entrevistas a las colectividades donde se recuerdan cosas”, cuenta Daniel Samoilovich, ensayista, poeta, periodista y traductor, autor de Berisso 1928, la vida futura.
En su nuevo libro, Samoilovich cuenta la historia de dos jóvenes trotskistas, uno de ellos vive en Berisso, donde había unos inmensos frigoríficos ingleses, y el otro en París. El primero trabaja en los frigoríficos y quiere hacer allí una “fracción de izquierda” dentro del Partido Comunista, y el segundo milita en el barrio del Marais, y cuando se entera que han expulsado a Trotsky de la URSS viaja a Prinkipo para ofrecerle su ayuda.
Sobre la investigación y recolección de datos, el entrevistado explica que “lo más difícil era la política, el protagonista del libro es el único troskista de la fábrica, que ha leído su obra y quiere formar una célula ahí”, pero destaca que el disparador de esta obra fue una fantasía: “Cuando vi la calle (Nueva York) sentí una alucinación y empecé a pensar qué se podía deducir de aquello que se veía, más lo que me habían contado de cómo había sido la vida allí, es un poema no una reconstrucción histórica”.
“La vida futura era la que estaba contenida en los sueños, en las aspiraciones, en los sufrimientos de la gente que allí vivía, por un lado pasó”, remarca Samoilovich sobre el nombre de la obra.
Por último concluye que el “el objetivo del libro era captar algo de lo que se vivía allí, que también es lo que vimos ahora y lo que nos mueve hacia una aspiración más libre y a una vida más libre, más plena”.
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