por María Eugenia Colimodio
La Plata, 3 de diciembre de 2023
Querido Papá Noel:
Te escribo por algo muy pero muy importante. Necesito que nos pongamos
de acuerdo. De lo contrario voy a enojarme mucho y voy a tener que dejar de creer
en vos.
Los años anteriores nunca recibí lo que te pedí. Cuando te escribí por un auto
de golosinas, me trajiste uno de chocolate. La vez que te pedí un dinosaurio, me
trajiste uno de juguete. Es verdad que el auto estaba muy rico y el tiranosaurio rex
caminaba solo y hacía rugidos muy divertidos, pero no se acercaban en lo más
mínimo a mis deseos.
Creo que este año me porté muy bien, no hice molestar a mis papás ni a mi
maestra, ayudé a mis vecinos, etc así que lo justo sería que me cumplas el deseo
de este año para Navidad.
Mi mayor deseo es vivir en una calesita. Simplemente eso, tener una casa
que sea una calesita como la de la plaza Sarmiento: de tres pisos, con muchos
colores y que gire al ritmo de las canciones de la granja.
Quiero tener una cama con forma de tigre o elefante.
Desde mi cuarto me gustaría bajar en tobogán hasta el living. Allí poder
sentarme en unos caballos que suben y bajan para desayunar y para la cena, en
uno de los autos de carrera que tocás el volante y suena la bocina.
No es necesario que tenga paredes pero sí un techo muy grande así no se
moja nada si llueve.
Me encantaría que tenga luces coloridas que se prenden y se apagan como
un arbolito de Navidad.
Y, para salir de la casa, en lugar de un portallavero que se encuentre una
bocha de madera que gire rápido con una sortija en su punta: si consigo la sortija,
doy otra vuelta; si no, salgo de casa.
Muchas gracias. Espero con mucha alegría mi regalo este año.
Un beso, te quiero mucho
Tadeo
