S/T

por Ingrid Saldivar

Hoy nuevamente desperté en el que era nuestro hogar, cada rincón de nuestra casa muestra todo el amor que nos tuvimos, con nuestras fotos adornando las paredes; aquel lugar donde fuimos felices. Cada paso que doy dentro de ella es como volver al pasado, te extraño tanto.


En tu habitación todo permanece intacto, tus zapatos siguen en el mismo sitio, tu laptop aún permanece en aquel escritorio en el que te gustaba estar sentado durante horas escribiendo canciones. Recuerdo como gritabas y reías de felicidad cada que acababas de componer algo y cuando te sentabas en tu cama con tu guitarra para que aprecie junto a ti las dulces melodías que salían de ella. Momentos como aquellos eran los que hacían que esta casa no sea solo un ambiente al cual se llegaba a dormir y comer, esos momentos eran los que nos hacían saber que este era nuestro hogar.


Cada que recorro nuestra sala y observo nuestras fotos, un sinfín de emociones corren por mis venas y una tristeza enorme abunda en mi interior. Suelo pasar la mayor parte del tiempo frente a aquellas ventanas que tanto te cautivaron y la principal razón por la que compramos este lugar. Me acuerdo como nos gustaba estar aquí observando la ciudad mientras comíamos, conversábamos o simplemente estábamos en silencio.


Cuando ingreso a mi habitación, está, que en su momento me emocionó por lo enorme que era, junto a sus lindas repisas y a la cama, la cual se siente tan vacía porque ya no estás a mi lado. A lo largo de los años entendí que no es la hermosa vista, ni el cuarto gigante, los que me hacían sentir cómoda en este espacio. Eras tú, mi hogar, lugar en el que me sentía libre y feliz, donde podía ser yo misma. No necesitaba de lujos para ser feliz, cosa que me costó entender en su momento. Ahora lo único que necesito es que vuelvas a mi lado, cosa que no pasará.


Sé que te pedí mucho y es por ello que te esforzabas por darme lo mejor, mi vanidad nubló mi mente y también fue la causante de tu muerte. Hoy he decidido vender esta casa, lugar donde tuvimos muchas experiencias y sentimos un sinfín de emociones. A pesar de todo aquello, tomé esa decisión, porque en cada rincón del lugar nos veo siendo felices y un gran vacío permanece en mi interior. Con esto no digo que te olvidaré, siempre permanecerás en mis recuerdos y en mi corazón, te dejo ir para que puedas descansar en paz y agradezco que me hayas dado una cálida vida a tu lado, porque tú fuiste mi casa; mi hogar.


Ingrit

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