por Katherine Amesquita Velasquez
Lima, 16 Agosto 2023
Querida casa:
Dentro de mí, habitan emociones tan intensas como las más tranquilas. Quizás algunas de ellas sean de tristeza y melancolía cuando los recuerdos pasan por mi cabeza, mientras que otras están impregnadas de felicidad, esos momentos que te hacen sonreír.
Lo mejor de esta casa es que me acompaña a cualquier lugar. Es algo hermoso, puedo entrar y salir cuando deseo ya la hora que quiera. Aunque, para ser sincera, me gustaría nunca salir de esta casa.
La mayoría de las veces, esta casa es de color rosado, pero en ocasiones se transforma en un hermoso azul, o incluso puede adoptar un tono negro. Sin embargo, me encanta cuando está pintada de azul, un azul tan claro que puedo ver cada una de las gotas de pintura, pero al mismo tiempo, tan profundo que me hace reflexionar intensamente.
Tantas veces me sumerjo en pensamientos profundos que llego a olvidar el tamaño de la casa. Para mí, es muy grande, pero entiendo que para otros pueda parecer pequeña. Esto me lleva a ser cautelosa con las personas a las que permito entrar, ya que temo que me juzguen. Aquellas pocas personas que han tenido el privilegio de entrar me han dicho que es muy bonita. Cada vez que compartimos momentos sobre aquel mantel, siento que mi casa los estaba esperando. Compartimos objetos preciosos y experiencias inolvidables.
Me gusta pensar que la fachada de esta casa está formada por notas entrelazadas que crean acordes fuertes, convirtiéndola en un refugio ante la lluvia emocional que a veces nos invade. La entrada está marcada por una melodía que te transporta a otro planeta, invitando a explorar su mundo mágico. Una vez ,escuché a alguien decir que no hay nada mejor que un hogar, y desde entonces esa frase se volvió muy significativa para mi, es verdad. No hay nada mejor que mi casa. Mi hogar es un reflejo de quién soy, un tesoro lleno de recuerdos y emociones que me hacen sentir completo.
En mi casa, puedo encontrar la tranquilidad y el consuelo que busco, la alegría se celebra con cada rincón y cada objeto preciado tiene su historia. Es un lugar donde la música y los colores son parte de mi identidad. A pesar del tamaño relativo, esta casa es mi mundo, y me siento afortunada de tenerla siempre a mi lado, lista para acogerme en cualquier momento.
Un poco de miel no basta para el té para tres con cariño,