Es una adaptación de la destacada novela de Ernesto Sábato y lleva dos décadas en cartel. Será presentada en Lima durante toda la temporada de verano.
Inspirada en "El túnel", la consagrada obra literaria de Ernesto Sábato, la Compañía teatral La cuarta pared presentará en la ciudad de Lima, la pieza homónima. Está dirigida por Guillermo Ale y protagonizada por Horacio Rafart.
“En enero arrancamos la gira en Perú, donde tenemos pautadas cuatro funciones durante seis semanas. Hasta mediados de marzo vamos a estar en Lima, presentando una obra que estrenamos hace 20 años y que jamás nos imaginamos que íbamos a tener la posibilidad de presentarla en más de diez países de América y Europa y ante diferentes públicos”, detalla Rafart, fundador e integrante del grupo platense formado en 1992.
En 2005, la obra obtuvo diferentes menciones en festivales de España y Francia. Al año siguiente el grupo realizó una gira de 6 meses por Latinoamérica presentándose en los escenarios más prestigiosos de las grandes ciudades. En 2007 regresó a España donde obtuvo un amplio reconocimiento de la crítica teatral, y demás ámbitos literarios. “En todo este tiempo la obra ha sufrido un montón de adaptaciones que fueron mutando, como el actor y la realidad, lo cual hizo que se vea con diferentes ojos”, refiere el actor, quien representa la voz de Juan Pablo Castel, el personaje principal y narrador de la obra de Sábato.
“Se trata de la adaptación de una obra escrita en el año 1948, que fue traducida a veinte idiomas y que es un clásico del existencialismo y que se estudia en todo los colegios. Cuando la estrenamos en el año 2003, venían grupos feministas a cuestionarnos la teatralización de una obra, en donde se mata a una mujer, porque esa es la historia que escribió Sábato, la historia de un pintor, contando como asesinó a su amante. Muchos años después, comenzaron a venir grupos feministas a agradecernos porque nos habíamos animado a tocar el tema y ponerlo en escena. Creo que ambas miradas están confundidas, porque nosotros solo estamos hablando de un clásico de la literatura que llevamos a escena, un clásico que no escribimos y que da cuenta de cómo ha cambiado el mundo en todos estos años”, expresa en diálogo con Cacodelphia.
En un espacio no identificado, Juan Pablo Castel, el personaje principal de El túnel, cuenta la historia que lo llevó al encierro. María, su víctima y amada, solo habita en su mente. A través de un monólogo con una gran dosis de humor negro que por momento deja sin aliento al espectador, Horacio Rafart, relata una de las obras más famosas de Ernesto Sábato, escritor muy reconocido de la Argentina y del exterior y que participó de la dramaturgia.
“Castel está encerrado en un lugar ambiguo, no se sabe si es una cárcel, un manicomio o sencillamente está encerrado en su propio cerebro. A partir de un trabajo de piso y con una escenografía mínima que da la sensación de encierro, dejamos, entonces, que la imaginación del espectador determine dónde está encerrado el pintor”, relata Rafart. “Cuando estrenamos la obra había una actriz que hacía de María, pero nos dimos cuenta que al darle cuerpo y voz a esa mujer, se perdía la posibilidad de imaginar a un personaje central en el relato. Por eso, decidimos, ponerla en escena a través del vestido y de una máscara, que da la imagen de María, desde la perspectiva de Juan Pablo Castel”, describe el actor.
La obra lleva 20 años recorriendo más de 12 países, entre Europa y Latinoamérica, donde ha recogido el reconocimiento de gran parte de la crítica teatral.
Además explica que a través del personaje de Castel, Ernesto Sábato, plantea el vacío existencial que dejo la Segunda Guerra Mundial, donde la humanidad cayó en un profundo pesimismo que el personaje de la novela intenta reflejar a través de la pintura. “Castel necesita pintar, pero es un incomprendido con la pintura, hasta que aparece una mujer que comprende su arte y eso justifica la razón de toda su pintura y su vida. Creyó entonces haber encontrado todas las respuestas, pero cuando las cosas no salen como él las planifico, al igual que todo aquello que se aparta del camino que él no traza, lo destruye”, puntualiza.
“Desarrollar este trabajo nos llevó mucho tiempo y un montón de historias nos han atravesado en estos años a partir de poner en escena esta obra. En un comienzo con el grupo hicimos funciones en cárceles y en un instituto neuropsiquiátrico donde conversábamos mucho con los presos e internados y esas charlas nos ayudaron a trabajar y a pensar los distintos personajes de la obra. Incluso, conocimos, a Barreda y una de las partes internas de esta obra esta trabajada desde la mirada del odontólogo”, suma.
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