Adriana Meyer, autora del libro Desaparecer en Democracia, reflexionó en torno a la importancia de seguir renovando las preguntas e investigaciones sobre el caso López.
La periodista Adriana Meyer señala que entre los desafíos que el periodismo tiene para cubrir la continuidad del caso López están ligados con "un estancamiento per se, natural", debido al paso de los años. Sin embargo, resalta que "en el país de los 30.000, paradójicamente, hay provincias donde ni siquiera hay un registro manual con un fichero de los NN. Todavía hay mucho para explorar en ese aspecto, entonces todavía hay trecho, y creo que el desafío para nosotros es hacer un esfuerzo para encontrar una arista para seguir hablando de él".
En comunicación con Radio Futura, Meyer resalta los "enormes agujeros" del sistema democrático actual y que al cumplirse 40 años de democracia "está bueno ver concretamente cuáles son esas asignaturas pendientes". En ese sentido, explica que el Estado no posee un registro fehaciente, concreto, tangible y ordenado de todas las muertes NN que hay; ni una base de datos confiable con los ADN de todas las personas que buscan. "Ese cruce de datos, el Estado, nos lo debe como sociedad", apunta.
Meyer resalta que el caso de López fue un punto de inflexión que permitió comenzar a nombrar a los desaparecidos en democracia como tales. En este sentido explicó que los casos se seguirán dando mientras "que en la cabeza de esos uniformados pueda seguir la idea de desaparecer un cuerpo sin consecuencias". Entre las causas, reconoció que en Argentina ya existieron desaparecidos en democracia previo al golpe de Estado del '76 y que la dictadura utilizó a su favor para hacer el terror planificado.
"López particularmente tiene la importancia de haber sido testigo de lesa humanidad, esa repercusión tan importante en el exterior y en Argentina. Ese quiebre que significó hizo que ya no sea posible no volver a usar la palabra desaparecido para los desaparecidos. Hasta ese momento ni siquiera los medios hablaban de desaparición en democracia al referirse a Miguel (Bru) y a tantos otros", subraya.