A través de sus versos en décima, Nayla Beltrán propone reapropiarse de la tradición gauchesca en clave feminista, resignificar y politizar el criollismo y lo popular.
Nayla Beltrán es Licenciada en Música Argentina, graduada de la Universidad Nacional de San Martín en el 2020. Nació en el barrio de Almagro en el año 1981, se especializó en violín y viola, tareas que desempeña como docente desde el 2016, en distintas orquestas escuela. “Esto de cantar, tocar la guitarra y escribir las décimas, es relativamente nuevo para mí y me lleva mucho tiempo de estudio y de trabajo”, dice la cantora y compositora, abocada hoy a la composición de música folclórica de la llanura pampeana.
“Siempre me gustaron estas músicas, pero no me imaginaba que me iba a decidir a cantar y a tocar la guitarra, porque soy profesora de violín, pero en un momento comencé y sentí que esas músicas por algún motivo me convocaban”, expresa en diálogo con Cacodelphia. “Al mismo tiempo, había mucho de ese repertorio con el que no me sentía identificada para cantar, ya que es un repertorio bastante rural y patriarcal. Entonces me puse a componer, para decir mis cosas a través de las décimas y de esa sonoridad surera y bonaerense. Esa fue la chispa de todo”, remarca.
"me puse a componer para decir mis cosas a través de las décimas y de esa sonoridad surera y bonaerense"
Ante la predominancia de la perspectiva de género patriarcal de ese repertorio, Beltrán se formó en el estudio de la poesía criolla con la intención de escribir sus propias letras, con el vehículo de la décima espinela. Hoy se encuentra realizando en la UBA el seminario Emergencia de lo plebeyo y lo popular: los gauchos de la patria y las escritoras de la nación. Tres momentos en la literatura (1810-1910-2010). “Fui aprender la décima con los payadores, con Wilson Saliwonczyk y con Emanuel Gaboto y de ese modo, me fui metiendo al mundo de payador que sigue siendo de hombres. Aunque hay algunas mujeres que son muy importantes, como Marta Suint, por ejemplo, pero debería haber muchas más”, afirma.
Nuestra voz
“Con los payadores asumimos las décimas para hablar de los temas actuales y sacarla de ciertas temáticas tradicionales, no porque tenga algo de malo, sino porque hoy nos pasan otras cosas que queremos manifestar abordando una poesía que tiene, por su carácter, por su rima, sus ritmos, su musicalidad y su historia, mucho para decir al respecto. De ese modo remarcamos y traemos hacia nosotros la parte más popular que tiene”, expresa Beltrán.
La artista entonces compone sus décimas populares, una de las manifestaciones con más arraigo en los pueblos de Hispanoamérica y parte de esa producción fue editada en el libro “Décimas féminas. Versos criollos en clave feminista”, publicado por la editorial independiente La mariposa y la iguana, que reúne versos que hablan de infancias libres y de cuerpos desobedientes, grita contra la trata de mujeres y los roles establecidos que pululan y condenan en la tibia cotidianidad, escribió en el prologo Susy Shock. Esas décimas escritas desde una perspectiva feminista contemporánea, también dan cuenta de la última dictadura, de los femicidios, del amor en libertad y ponen en tensión el concepto de “Gaucho, patria y tradición” instalado en el país, a fines del Siglo XIX.
“A partir de un proceso de apropiación, las elites, la oligarquía y los militares, se han apropiado de la tradición y la Patria y de ese modo nos arrebataron tradiciones que son populares y que vienen desde la oralidad y que a partir de su dialéctica con la gauchesca fueron generando una poesía social que impregno mucho en lo popular. ¿Por qué entonces todo eso nos llega al presente como algo conservador, si yo no lo sentía de ese modo cuando lo cantaba?. A través de mi poesía y apoyada en varios historiadores que se han ocupado de estudiar las tradiciones y las costumbres del pueblo más plebeyo, voy tratando de desarmar ese proceso de apropiación de esas tradiciones populares”, reflexiona.
El arte tradicional surero en esta zona del Plata, escribe Beltrán, ha sido vivenciado tanto por hombres como por mujeres, pero han sido los primeros prácticamente los únicos que han tenido voz, que han escrito poesía, que han compuesto música y que se han subido a los escenarios cuando el arte comenzó a profesionalizarse. “Sin embargo, en la música surera, hubo y hay cantoras y compositoras, a las que les costó dar cuenta de sus propias composiciones. Y eso es porque, claramente, durante muchos años, hubo una inhabilitación para ejercer la composición y solo debieron cantar las cosas que escribieron los hombres. Por eso considero, sin creerme, una gran compositora, que es importante poder expresar lo que me pasa”.
El 22 de septiembre Nayla Beltrán, en el marco del Ciclo Mistongo, organizado por Nacho Villabona, presentará sus décimas populares, acompañada de Juan Martin Scalerandi y del payador Pablo Solo Díaz.
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