El escritor, poeta y abogado platense presentó “El amor por los débiles y el instinto de asesinato”. Es un poemario donde reunió noticias, archivos, imágenes y versos que dan cuenta de algunas de sus obsesiones.
“La escritura -a esta altura de mi vida- es para mí una manera de reflexionar sobre cómo vamos procesando el mundo en el que estamos. Y gracias a esas formas de expresión me siento con ganas de seguir transformando, desde donde puedo, esta realidad”, dice el poeta Julián Axat. “Uno escribe en soledad atravesado por los contextos, los anhelos, los impulsos y todo aquello que uno va sintiendo y que esta bueno compartirlo, para que un otro al leer, pueda sentir lo mismo u otras cosas y de ese modo pueda cambiar también su propia realidad. La poesía, entonces, es una excusa para el encuentro, para el abrazo, y para sentirnos juntos en un momento delicado de nuestro país”, detalla el autor de El amor por los débiles y el instinto de asesinato, un poemario fue editado de manera conjunta entre las editoriales Askasis y Periféricas.
Julián Axat nació en La Plata en 1976. Es poeta, abogado y magíster en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata y se desempeñó como docente en la misma casa de estudios. Además, es titular de la Dirección General de Acceso a la Justicia de la Procuraduría General de la Nación. Publicó los libros de poesía: Peso formidable (2003), Servarios (2005), Medium (2006), ylumynarya (2008), Neo o el equipo forense de sí (2010), Musulmán o biopoética (2013), Rimbaud en la CGT (2014), Offshore (2017), Cuando las gasolineras sean ruinas románticas (2019) y Perros del cosmos (2021). También las antologías: Si Hamlet duda, le daremos muerte (2010), La Plata Spoon River (2014) e Interestelaria (2022). Hasta 2015 dirigió la colección de poesía Los Detectives Salvajes, de la editorial Libros de la Talita Dorada. En su nuevo poemario retoma algunos tópicos que habían estado presentes en sus anteriores libros, como la conquista del espacio, la ciencia ficción y la reescritura de archivos.
“Antes de este libro publiqué otro sobre crónicas policiales, aguafuertes artlianas, de pibes que fueron asesinados y que hablan del amor por los otros y los más débiles. Y si bien este poemario, no se mete en esos temas, si habla de la violencia, que siempre esta, porque es un hecho social latente”, expresa en diálogo con Cacodelphia.
“La tapa del libro refleja un encuentro entre un oficial de las SS que está apuntando con su pistola a un oficial del ejercito ruso. Se trata de una foto anónima tomada en 1944 donde ambos están abrazados y cruzando los revólveres apuntándose mutuamente y a punto de asesinarse. Sus miradas hablan de esa violencia, de ese odio y también de ciertos temores, ya que hay ternura en las miradas de esos dos oficiales. Una imagen da cuenta de dos antagonistas, de dos duelistas abrazados que invitan a pensar la geopolítica actual”, explica.
A partir de noticias, archivos, imágenes y versos de otros poetas en Perros del Cosmos, Julián Axat abordó la temática de la conquista del espacio que retomó en este trabajo, publicado por dos importantes editoriales chilenas. Esa temática aparece reflejada en poemas que dan cuenta de los astronautas, Fedoseinko, Usiskin y Vasenko y en la imagen del cosmonauta abandonado que nos interpela logrando mirar más allá del horizonte.
“Hace tiempo que vengo trabajando con la cuestión de la ciencia ficción, en ese sentido armé una antología que llame ‘Interestelaria’, donde retomé los tópicos de la narrativa de esa temática, encontrando autores que trabajaron directamente esos asuntos a través de la poesía. Entonces, algo de todo eso, obviamente, que esta presente en este nuevo poemario, donde los poemas de algún modo desarrollan esas inquietudes y preocupaciones y siguen esa línea”, agrega el autor.
Además, cuenta que hay poemas vinculados a ‘Perros del cosmos’, un poema que habla sobre la estatua de un cosmonauta de la estepa rusa, poemas sobre restos perdidos en la luna en el futuro y otros vinculados al comunismo ruso. "Hay poemas que dan cuenta de las distintas formas de violencias, que cuentan la historia de algunos genocidas del nazismo y su juzgamiento en paralelo al juzgamiento de los represores argentinos y el momento de su vejez cuando son juzgados y que es lo que eso produce”, cuenta el poeta, abogado y militante por los derechos humanos.
También hay poemas que devienen de algunos documentos históricos, por ejemplo, el poema que surge a partir del telegrama de despido de su padre del frigorífico Swift, que llega a casa cuando ya había sido secuestrado: "Me surgió la necesidad de escribir un poema sobre esa situación y sobre el frigorífico, por la importancia que tiene en mi vida, donde mi padre trabajó y buscó proletarizarse y su desaparición como consecuencia de esa politización”.
La reescritura de los archivos es algo que Axat también vuelve a trabajar en este nuevo poemario. “Ejercitar ese tipo de búsqueda entre la poesía y el archivo, es una de mis obsesiones. Las notas periodísticas de viejos diarios, libros o documentos son para mí disparadores de poemas", afirma. Acerca de eso, dice que “eso surgió hace unos cuantos años, en tiempo donde fui defensor penal juvenil y hacia poemas con los expedientes judiciales y las actas jurídicas. En ese tiempo comencé a transformar el lenguaje jurídico en poesía, y esa reconversión del artefacto jurídico al lenguaje poético, sigue siendo parte de mis obsesiones. Hay mucho de la cuestión jurídica y periodística que termina alterando sus sentidos para transformase en poesía. Me gusta mucho alterar y trabajar en función de la archivística y hacer poesía”.
Sobre el uso de las imágenes en sus obras, dice que “en los últimos dos libros me he apoyado además en imágenes, en ‘Perros del cosmos’, por ejemplo, aparecen fotos en blanco y negro de Laika, la perra que los rusos mandaron al espacio, de los astronautas americanos, de los monos y perros, de Gagarin, que dan cuenta de la carera espacial y donde vi un mundo poético perdido del que debía dar cuenta”. “En este caso aparecen algunos retratos que me impulsan a la escritura, un viejo lienzo familiar, el telegrama de despido de mi padre, la estatua del cosmonauta ruso, imágenes que me interpelan y que necesito traducir en poemas”,agrega.
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