Guadalupe Godoy, abogada querellante en causas por delitos de lesa humanidad, reflexionó sobre cuáles son los significados de la figura de López a 16 años de su segunda desaparición y qué implica hoy continuar los juicios por delitos de lesa humanidad.
A 16 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, Guadalupe Godoy planteó dos hechos que atraviesan este aniversario: "Por un lado, por la muerte de Etchecolatz, hay algo simbólico y definitivo en una muerte como esa -más allá de que nada de lo que hemos hecho en los juicios fue porque los genocidas hablen- hay algo muy definitivo en eso. Es una certeza de lo que no vamos a saber que es muy duro. Por otro lado, es un año en el que otra vez la palabra de López sirvió para condenar a Etchecolatz. Pocos días antes de su muerte, (Etchecolatz) recibió una condena en el Juicio Garachico precisamente por lo que López había denunciado y no había entrado en la causa anterior".
La investigación de esta causa comenzó con las pruebas aportadas durante el testimonio de López en el juicio “Etchecolatz”. Allí mencionó a Garachico como uno de sus torturadores y reconstruyó el paso de algunos de sus compañeros y compañeras por el centro clandestino. "En 2006 fue la primera condena a Etchecolatz por el testimonio de López y este año fue su última condena por esa misma declaración de López", explicó Godoy. En mayo de este año, el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata condenó a prisión perpetua a Etchecolatz -que falleció días después- y Garachico por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 7 personas en el centro clandestino de detención conocido como “Pozo de Arana”.
Sobre el Juicio Garachico, también señaló el aporte que realizó el proceso para reivindicar la figura de López. "Lo que teníamos en la escena judicial era a López narrando a otros. Esta vez pudimos llamar a compañeros/as que lo narraron a él. Declaró Pastor Asuaje, Rufino Almeida, los hijos y familiares de la Unidad Básica donde militaba López. También hubo relatos del Equipo Argentino de Antropología Forense, de la primera vez que lo entrevistan…tuvo esa riqueza", recordó.
En el marco de la vigilia organizada por Radio Futura, también convocó a pensar los juicios como un ámbito para disputar sentidos y reflexionó sobre "la carrera contra el tiempo" que implica realizar los juicios por delitos de lesa humanidad a la par que envejecen y mueren los genocidas. "Uno de los problemas que tenemos es si hoy podemos esperar de los juicios lo mismo que podíamos esperar en 2006. O si tenemos las mismas expectativas, si los mismos hechos pueden ser leídos en la misma clave", expresó.
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