La serie dirigida por el platense Axel Hochegger indaga en la vida de seis internos y el valor simbólico que cada uno le pone a las piezas que llevan grabadas en la piel.
“Los tatuajes carcelarios siempre me llamaron la atención porque están hechos en condiciones diferentes a las de afuera, las agujas, la tinta, son diferentes, estéticamente los resultados quedan lejos de lo que está pensado; después están los nombres, una cuestión cultural que está cargada de significados, no es como afuera, en la cárcel los tatuajes son homenajes, es una forma de tener a la familia presente, es una cuestión simbólica de valor”, explica Axel Hochegger, director de Tintas de libertad.
La serie auspiciada por la productora Vuela vuela está disponible en Youtube desde enero del 2020. Cada uno de los capítulos que la componen está dedicado a contar la historia personal del detenido y su vinculo con el afuera a través de los tatuajes. Hochegger la rodó en la Unidad Penal N° 47 de San Martín en el año 2019.
A la hora de citar cómo nació la idea de este proyecto, el cineasta rememora: “Empezó quince años atrás, cuando era adolescente, consumía tele y miraba mucho Policías en acción, Punto doc, Ser urbano, todo ese tipo de programas que abordaban problemáticas sociales. Ya en esa época tenía la fantasía de sacar fotos, de filmar, la temática me atraía porque la veía cercana, no me era ajena”.
Años más tarde, Hochegger tendría la oportunidad de materializar su anhelo de abordar los tatuajes carcelarios: “Ya de grande hice fotos, estudié diseño y me había puesto el objetivo de sacar fotos adentro de una cárcel. En 2015 pude entrar a Olmos, me habilitaron para entrar en el marco de una actividad cultural y esa fue la primera vez que pisé un penal. Empecé a hacer fotos de tatuajes carcelarios que era lo que yo había ido a buscar, pero también me di cuenta que cada interno que se me acercaba me terminaba contando su historia. Fue algo muy intenso, volví a mi casa lleno de información y energías y me dije esto lo tengo que filmar, con una foto no alcanza, hay más data acá”.
“En la cárcel los tatuajes son homenajes, es una forma de tener a la familia presente”.
Sin embargo, el rodaje de la serie distó mucho de lo imaginado: “A partir de ahí fueron dos años de insistir hasta que en 2019 pude entrar a producir a la Unidad 47 de San Martín. Me dieron el OK, me dijeron que había seis personas que querían participar, yo no sabían quiénes eran ni por qué causa estaban ahí, había armado todo un plan de rodaje que cuando llegué a la Unidad no salió nada de eso, me asignaron una habitación de dos por dos y ya, ese fue mi primer desafío como realizador, contar seis historias, filmadas en el mismo lugar, con una misma temática y que a la vez sean diferentes”.
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