Romina Vestigios, es psicóloga, bailarina y escritora. Durante la cuarentena fue conductora del ciclo virtual Cadáver Exquisito, de Guajira, e invitó a diferentes artistas a compartir sus lecturas a través de su cuenta de instagram Me Hago Poesía. “Leíamos, hablábamos, como que nos hacíamos un poco de compañía y mimos para atravesar la pandemia”.
Romina trabaja actualmente desde la desmanicomialización en una de las casas de unidad residencial de la provincia: “son mujeres que estuvieron internadas en Romero y es acompañarlas en el proceso de salir, de vivir afuera en comunidad como todos deberíamos vivir. Es un derecho poder vivir en comunidad y tener una vida propia fuera de la jaula y el encierro del manicomio”, remarcó.
En este sentido, la escritora contó que durante el ASPO fue internada preventivamente durante 15 días en un neuropsiquiátrico y destacó el valor del arte como herramienta de sanación: “Sabemos hace años que el encierro no cura a nadie. La medicación acompaña en un momento, pero también tiene que ser un momento, no tiene que ser crónico. Creo que son todas patas de una mesa que después las sacas y pones otra. El arte, por ejemplo, para mí fue sanador, yo lo primero que pedí cuando estuve internada fue un lápiz y un papel para poder escribir y eso me hacía muy bien”, detalló.
“Fui privada de mi libertad y hoy me atrevo a decirlo sin temor a sentirme loca. Porque al fin y al cabo, el mundo está loco. Porque lo primero que hace con el dolor es negarlo, encerrarlo, silenciarlo. Yo no me quiero callar, si hablo es para no sentirme sola y vos tampoco. Yo, al dolor, lo abrazo: a la locura, la comprendo; al silencio, le escupo estas palabras; a la herida, la escribo y reescribo, hago poesía, intento hacer arte para evitar este mundo asfixiante”, reza uno de los escritos que Romina compartió en comunicación con Gladiadores de la Sonrisa
“Me parece que es importante saber que contamos con otres y buscar también nuestras herramientas”, concluyó.
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