Flor Kaneshiro es ilustradora y, a través de la Editorial Universitaria de Villa María (EDUVIM), publicó El Llamado. “Es una versión del cuento de Caperucita Roja pero tiene un giro con los personajes, toman otro significado en la historia y está ambientado en las culturas nativas de Norteamérica” contó.
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“No es que decía ´quiero hacer algo de Norteamérica’, sino que a partir de desarrollar los personajes y buscarles una vuelta, los terminé ubicando allá, usando esas referencias”, aclaró la ilustradora Flor Kaneshiro en el aire de Futura en Casa. Así fue que, a través de los personajes tradicionales (la abuela, la chica, el lobo y el cazador) construyó un relato que posee “un tinte medio ecológico, con denuncia a la caza, de valorar lo femenino, las culturas nativas”. Además, incluye otros animales como dioses guardianes del bosque y la naturaleza.
Kaneshiro creció en Neuquén y ese origen está presente en su obra. “Los veranos, los lagos, la montaña, siempre estuvieron cerca. Mostrarlo a través del dibujo es lo que me gusta. Transmitir eso, eso de la naturaleza, las montañas, los bosques y combinarlo con otras cosas, las historias”, contó. Ella estudió en la Facultad de Artes de la UNLP y en Okinawa, Japón, gracias a una beca que le permitió conectar con parte de su familia y la cultura japonesa: “me marcó un antes y un después, tanto en lo personal como de crecimiento, de conexión y desde dónde me paraba con respecto a mi trabajo. Encontrar una voz que se da naturalmente, como una voz en la música, una voz en el arte, en la ilustración, en lo que sea, y ahí es como que marcó un momento (...) soy la mezcla de todas estas cosas y es lo que quiero contar”, explicó.
A través de la página Domestik, Flor encabeza el curso de Ilustración en Acuarela con Influencia Japonesa, donde enseña la técnica de pintura Sumi-e. “Las personas comparten sus trabajos, sus dudas, lo que sea y siempre hay gente nueva. Hay como un montón de intercambio también. Todos unidos por quizás esta admiración de lo que es la cultura oriental, el Studio Ghibli, las pelis de Miyazaki... así que es como un punto de encuentro”, concluyó.