El 21 de noviembre se cumple un año de la masiva marcha impulsada por la Minga Indígena de Colombia. “Fue el resultado de insistir, persistir y nunca desistir en convocar a la gente a movilizarse, a estar en la calle”, contó Sebastián Quiroga, parte de Ciudad en Movimiento y del Congreso de los Pueblos.
Foto: Revista Semana/ Esteban Vega
“La minga es un encuentro pero también, y sobre todo en este contexto, es una dinámica de movilización”, contó Sebastian Quiroga en Futura en Casa. Esta iniciativa se viene expresando desde 2008 cuando el Consejo Regional Indígena del Cauca impulsó una serie de paros y cortes para reclamar al gobierno del entonces presidente Alvaro Uribe derechos en materia de salud, educación y otros derechos básicos. Esta Minga, de carácter reivindicativo, fue la punta de lanza que mostró su punto más álgido el 21 de noviembre del año pasado: “ese paro era una acumulación de fuerzas sociales y políticas que por lo menos en los últimos 12 años se había ido acumulando, se habían ido forjando en la movilización”, señaló Quiroga.
Sebastián contó que “el paro no se detuvo” y en este sentido dijo que “lo último que se ha dado en el pueblo colombiano no es una minga indígena. Es una minga social diversa en términos sociales, unitaria en términos políticos y que, aunque quien está en el centro de la fuerza y de la capacidad es el movimiento indígena, la propuesta que está haciendo y la discusión que está poniendo es una discusión nacional. Quienes estamos participando somos otro tipo de actores que no estamos solamente acompañando sino que participamos en todo el ejercicio que implica el desarrollo de la minga”.
“Si la Minga se sentaba a negociar con Duque iba a mandar un mensaje equivocado”
Esta minga política se expresó en el año pasado con un paro nacional donde se movilizó a Bogotá “había que mantener la llegada a Bogotá para que la Minga mandará el mensaje que tenía que mandar. Si la Minga se sentaba a negociar con Duque pues iba a mandar un mensaje equivocado, era que los problemas de Colombia se resuelven negociando con Duque cuando los problemas de las masacres, el paramilitarismo y narcotráfico no se resuelven negociando con él sino cambiando. Hay que posibilitar el camino hacia allá y la Minga entendió que su papel era sentar un precedente”, explicó Sebastián.
Un presente para otro futuro
“Este año la convocatoria no se hizo a una acción de movilización reivindicativa, es decir para negociar con el Estado, sino que ellos lo llamaron una Minga Política, una Minga de carácter político”, en este sentido Quiroga señaló que la minga construyó cuatro puntos de debate político con el actual presidente colombiano Iván Duque: “el primero es el tema de la paz, porque básicamente Duque dijo que iba a hacer trizas los acuerdos de paz (...); otro tema es el de la vida, porque ya desde la firma del acuerdo con las FARC van 1000 asesinatos de líderes sociales, ex combatientes y familiares. Este año van 70 masacres que se han cometido en el país, hay un crecimiento exponencial y dramático de la violencia que se siente en las ciudades con mucha fuerza, no solamente en las zonas rurales donde desafortunadamente suele presentarse. Hay un tercer reclamo por los territorios y un cuarto reclamo por la democracia en razón a que hay una absoluta concentración del poder en manos del Ejecutivo en Colombia, una cooptación corrupta del Congreso, unas decisiones amañadas para elegir a los que están al frente de los entes de control: Procuraduría, Defensoría del Pueblo, Contraloría y una acción temeraria, amenazante y de cooptación también de la rama judicial”.
Y reflexionó: “creo que hace algún tiempo en Colombia, con todas las dificultades que hemos tenido en general, pero también con toda la decisión de resistir y permanecer en la construcción de alternativas y de otras posibilidades, ha habido un cambio en la matriz ideológica del país. Hoy la gente está en otra disposición, en otra mirada, tiene otra perspectiva del país. Lejos estamos del años de hace 12 años cuando aparentemente había un consenso en la opinión pública alrededor del uribismo sostenido también sobre unos medios que en ese momento eran incuestionables”. “No sabemos que viene pero que seguramente serán escenarios de mayor intensidad política generando posibilidades inéditas en Colombia”.
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