La defensa afirmaba que no hubo investigación y que la joven es víctima de un sistema judicial transodiante.
NOTICIA ACTUALIZADA
Luz Aimé Díaz, la joven trans que pasó dos años presa por un delito que no cometió, fue absuelta este viernes por el Tribunal Oral Criminal Nº 8 de la Ciudad de Buenos Aires, que ordenó su inmediata liberación y el retiro del dispositivo electrónico.
Previo a darse a conocer su absolución, Alejandra Glatzel,referente de la Campaña por la absolución de Luz Aimé Díaz,se enlazó vía telefónica con el aire de #FuturaEnCasa donde recordó que las acusaciones por robo agravado y privación de libertad que había sobre la joven se remontan a julio de 2018, cuando dos hombres contrataron sus servicios en un edificio particular y más tarde se supo que el dueño del inmueble había sido atado y golpeado en esa misma ocasión: “Cuando una persona se encuentra en situación de prostitución, algunas despliegan estrategias de cuidado pero muchas otras están expuestas a distintas estructuras de revulneración, ella cuando entra a un espacio no transita por ese lugar ni sabe en qué condiciones está ni nada, ella va porque la contratan dos personas particulares en la calle, hace aquello para lo que se la ha contratado y se va”.
“Se pretende inculparla y criminalizarla por un crimen que ella no cometió y no solo eso sino que se pone en cuestión si ella sabía o no sabía que el espacio al que fue no era propiedad de esas personas, en lugar de reconocer cómo ella estuvo expuesta al riesgo potencial de estos dos violentos que así como violentaron al propietario del edificio podrían haberla violentado a ella, mientras tanto el sistema penal y el sistema judicial en estos dos años fueron vulnerando y cronificando estas violencias estructurales contra Luz”, expresó Glatzel, quien además señaló que en un primer momento, se le otorgó a la acusada una defensa que no estaba formada en perspectiva de género, y que ello motivó la formación de un comité que pudiera asistirla y asesorarla legalmente.
Según opina la vocera de la campaña, es necesario que el Tribunal N°8 reencause la investigación sobre los dos hombres que contrataron a Luz para que se detenga este proceso de criminalización: “Este caso muestra un Estado ausente para garantizar las condiciones de vida de las personas está presente para criminalizar y cómo el sistema judicial es cis-tema y es transodiante porque el sólo hecho de la presencia de una persona en las grabaciones del edificio fue motivo suficiente para construir quién era culpable, muestra también cuáles son las irregularidades que se dan en el sistema donde una persona no debería estar dos años privada de su libertad sin ningún tipo de proceso judicial, sin tener una condena firme, como se despliega sobre un determinado sector poblacional de nuestra sociedad la política penal y la prisión selectiva”.
A modo de cierre, Glatzel manifestó que hay una gran expectativa que se puso en haber podido recusar a dos funcionarios que eran transodiantes y que se negaban a aplicar la Ley de identidad de género, pero que la situación es de bastante incertidumbre, se espera conseguir la justicia para Luz y que se logre su absolución, centrándose en una estrategia que ponga en evidencia todas las estructuras de violencia y los condicionantes estructurales que ubicaron a Luz en ese lugar en torno al cual fue criminalizada.
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