El compositor chileno, cantante de Ases Falsos y de diversos proyectos musicales, contó cómo viene pasando sus días, produciendo nueva música en esta etapa de cuarentena.
Entre juegos con su hija y la navegación a través de películas, libros y los CD que forman parte de su principal colección, Cristóbal Briceño se encuentra realizando ocho discos que están próximos a salir. Algunas canciones nuevas han ido apareciendo en estos últimos días y corresponden a varios de sus proyectos además de sus trabajos como solista.
“Estoy muy ocupado, todos los días trabajando, en esta constante fuga. Tal vez sea que tengo un miedo a quedarme en silencio dentro de mí mismo, y quizás por ello estoy siempre produciendo. Me representa esa frase que dice ‘en el trabajo está nuestra alegría’, estoy involucrado en ocho discos que estoy realizando. Éste ha sido un período muy intenso y sumándole que estoy con mi hija, tengo los días bastante cargados, y se me pasan súper rápido”, contó en diálogo con Futura en casa.
Su último lanzamiento “En mi rincón” publicado en mayo de este año, es un disco que contiene diez canciones donde, en formato solista, recorre íntimamente diversos estilos de canción de una forma sencilla, con pocos instrumentos y un elevado vuelo poético y musical.
“La canción es la unidad básica y métrica en mi vida. Todo lo mido con esa referencia. Es la forma perfecta para mí. En esos tres minutos y medio, o lo que dure, ahí está todo. El formato canción, con su estribillo, la introducción, los puentes… me permite sintetizar todos mis intereses. Me gusta mucho leer, ver películas… ¡hasta los chistes! Y creo que todos encuentran su lugar dentro de una buena canción. Es un formato relativamente nuevo en la cultura occidental, yo lo disfruto a rabiar. La canción y la música es mi compañera; yo sé que van a estar conmigo por siempre", expresó.
También se refirió a la producción y circulación de música en la actualidad: “aunque siento que tenemos un bajón evidente en cuanto a la cantidad de canciones memorables que se están produciendo. En los 70’s salían diez temas a la semana que quedaron para siempre; ahora hay mucha más gente produciendo y consumiendo música, pero la calidad ha mermado un poco. Creo que debe ser cíclico, en algún momento volverá a florecer.”
Briceño integra muchos proyectos en compañía de músicos de diversas regiones y estilos: Ases Falsos, Fother Muckers, Los Mil Jinetes, Nuñez-Briceño, Las Chaquetas Amarillas, Cristobal Briceño y la Estrella Solitaria, Dúo Niágara y Los Castigos. Allí abarca una amplia variedad de géneros y más de 30 discos producidos en un intenso recorrido musical.
“En ninguno de mis discos tengo la pretensión de sonar masivamente, no porque no quiera, sino porque creo que eso demanda un esfuerzo que me quitaría demasiado tiempo para dedicarme a lo que realmente me apasiona que es la composición y la grabación. Viendo los discos que me gustan, siento que sería injusto que me reconozcan a mí ahora; cuando yo escucho discos que hoy tienen 50 o 60 años y que estuvieron muchos años durmiendo. En el mejor de los casos, en algún momento mi obra despertará, ahora está durmiendo", expresó. Y también se refirió a la importancia de la escucha. "Ante todo soy oyente. Esa es mi postura musical principal. Me he transformado en coleccionista de CDs. Tengo una cantidad absurda, y están todos buenísimos. Me siento un guardián de la música antes que compositor o cantante. Aunque no sé bien para quién lo estoy guardando, tengo un tesoro y siento que soy su protector. La cuarentena me ha venido de perillas, tengo mi intranet, con mis DVDs, blue ray. No uso internet, estoy preparado para que caigan todos los sistemas de comunicación del mundo, y mientras tanto yo seguiré nutriéndome con mi arsenal”, dijo.
“Luego del estallido social acá en Chile, la gente le sigue prestando atención a aquello que dice despreciar, encuentran en eso una satisfacción o un placer morboso. Yo creo que el camino para deshacerse de lo que despreciamos es despreciarlo, ignorarlo. Tengo la postura de no votar, esto me ha traído muchas críticas, pero creo que ir a votar es seguir alimentando al sistema y validarlo. Para mí hay que desarmar todo el entramado político-social al que estamos sometidos. Me parece que hay gente que está muy en contra, pero termina dándole vuelo a lo que desprecia. Es un juego de amor-odio muy peligroso. El problema no es que los medios principales nos mientan, sino que los sigamos consumiendo. Es muy cómodo creer que estamos en el bando de los buenos, o de los débiles, pero en algún momento vamos a tener que tomar cartas en el asunto y asumir el inmenso poder que significa simplemente estar vivo”, señaló.
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