Se estrenó la serie "El Matarife" que documenta los vínculos del ex presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, con el narcotráfico, la corrupción y con incontables delitos de lesa humanidad. El director de la serie, Daniel Mendoza Leal, afirmó "Uribe es el líder y el patrón de este gobierno y todos son sus lacayos, todo el sistema está a sus pies y él es el representante del narcotráfico, del paramilitarismo y de la oscuridad de Colombia".
La serie El Matarife se estrenó en mayo, los capítulos son publicados cada viernes y se espera que dure al menos un año. Daniel Mendoza Leal, abogado y periodista, es su director junto con un grupo de investigadores del portal La Nueva Prensa. Con tan solo cuatro capítulos publicados a la fecha, ha generado en el país un revuelo importante. Por ejemplo, el mismo Uribe Vélez publicó unos días antes del estreno de mayo una serie autobiográfica reivindicando su pasado, llamada "Hechos de la vida pública de Uribe". A su vez, el partido oficialista Centro Democrático publicó un comunicado criticando a la revista Rolling Stone Colombia por haber promocionado la serie de Mendoza Leal.
Hasta el momento solo hay 37 minutos de la serie El Matarife, pero su director ya está denunciado judicialmente. En comunicación con Radio Futura, Daniel Mendoza afirmó: "La serie no va a traer informaciones nuevas, es una serie documental histórica y esta basada en archivos fílmicos, notas de prensa, entrevistas, declaraciones, expedientes judiciales; la serie lo que hace es explicarle a la gente la cantidad de relaciones que hay entre la élite colombiana, la mafia y el paramilitarismo pero en realidad nadie se había atrevido a unirlo y atar todos esos cabos, que están documentados porque yo no digo nada que no esté documentado".
Según Mendoza Leal: "Todo empieza cuando se gesta el cartel de Medellín, un cartel de narcotraficantes, del cual forma parte Álvaro Uribe Velez. Su papá había tenido vínculos con la mafia, eran de una clase media baja y de un momento a otro le aparecen fincas, helicópteros, yates, cabeza de ganado. Es bien sabido, ya se ha escrito y lo han dicho periodistas, está aceptado por la historia que Álvaro Uribe Vélez nace en el seno de la familia de narcotraficantes, los Ochoa. Esa familia lo postula como el representante del cartel de Medellín frente a la sociedad política y le empieza a labrar su carrera. Lo saben los norteamericanos también, se evidenció en cables de Wikileaks e informes de la DEA y en Estados Unidos lo tienen como el 'narcotraficante 82'."
Álvaro Uribe Vélez hoy es senador de Colombia, durante los '80 y '90 fue alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia y ejerció la presidencia entre el 2002 y el 2010. Durante todo este tiempo lideró la política beligerante contra las guerrillas colombianas impulsando las CONVIVIR -Cooperativas de Vigilancia- que legalizaron y financiaron a las 'autodefensas', grupos paramilitares que funcionaban en zonas rurales principalmente. Por su parte, el actual presidente colombiano, Iván Duque -quien gobierna desde agosto del 2018- es visto por muchos como un títere de Uribe, y en los últimos meses ha avanzado una denuncia pública sobre fraude electoral, que se ha llamado "la ñeñepolítica".
Colombia es un país difícil de describir y entender desde una mirada extranjera; a pesar de no haber tenido dictaduras militares durante el siglo pasado cuenta con una larga lista de muerte en manos del Estado. Desde el Proyecto Nunca Mas, se realizó una base de datos donde se documentaron 41.400 casos de crímenes de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos entre 1966 y 1998. Desde INDEPAZ se han documentado solo en lo que va del 2020, 169 asesinatos de líderes sociales, familiares de referentes o excombatientes de las FARC que habían firmado el acuerdo de paz en 2016. La misma organización contabilizó 268 personas asesinadas por el Estado durante el primer año de gobierno del actual presidente Iván Duque. Ambas organizaciones afirman que a pesar del arduo trabajo, los asesinatos están subregistrados. Uno de los debates más álgidos en Colombia es si las fosas comunes de personas muertas sin identificar, que se encuentran periódicamente, son las más grandes del mundo o no.
Daniel Mendoza Leal afirma que en la década de los '80 Estados Unidos se produjo un boom de la cocaína y el cartel de Medellín tenía el producto pero no la forma de transportarla. Para conseguir las rutas aéreas, asesinaron al entonces jefe de la Aeronáutica Civil y lo reemplazaron por Álvaro Uribe Vélez quien abriría camino para la exportación de cocaína y uniría los destinos del Estado colombiano y el narcotráfico. "No es un estado que tiene vínculos con el narcotráfico, Colombia está gobernado por el narco y los paramilitares. Recientemente al embajador en Uruguay le encontraron un laboratorio de cocaína en su finca, hay una clara evidencia de los vínculos del Centro Democrático con la mafia. Hay evidencia de que Uribe le compró las elecciones a Duque (en 2018) apoyado en uno de los más crueles carteles, el cartel de Marquitos Figueroa", sentencia el periodista y afirma que "es claro que en Colombia hay un narcoestado".
Desde los '80 en adelante se profundizó la violencia política contra aquellos individuos y poblaciones que de alguna forma resistieron y buscaron hacerle frente al terrorismo de Estado. Algunos de los casos que se reflejan en la serie El Matarife son: los asesinatos de los periodistas Guillermo Cano en 1986 y Jaime Garzón en 1999, los asesinatos de los candidatos a presidente Carlos Pizarro en 1990 y Luis Carlos Galán en 1989 y el asesinato del juez Lara Bonilla en 1984, también las masacres de Uraba en 1988 y del Salado en el 2000. A eso se suman amenazas de muerte y planes de asesinato, entre las que se encuentran la denuncias que realizó el actual senador Gustavo Petro durante la campaña presidencial del 2018; también el mismo Daniel Mendoza Leal denunció que tuvo conocimiento de un intento de asesinato en su contra cuando su portal, La Nueva Prensa, denunció en 2018 la "ñeñepolítica". A esto se suma un dato de la Agencia de la ONU para los Refugiados que indica que entre el 2015 y el 2018, Colombia oscila entre el primer y el segundo puesto en el índice mundial de desplazamiento forzado.
Durante la presidencia de Uribe tuvieron lugar los asesinatos conocidos como "falsos positivos". Se trató de una gran cantidad de gente que el Estado presentaba como guerrilleros muertos en enfrentamientos. Sin embargo, con el tiempo se supo que eran campesinos, campesinas y jóvenes de las barriadas más pobres que eran asesinados para robarles sus tierras o simplemente para que el Ejército colombiano simulara su "eficacia". Esto se confirmó oficialmente durante las declaraciones de ex militares en los procesos de la Justicia Especial para la Paz, así se han identificado 4.439 víctimas de muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado entre 2002 y 2008, aunque organizaciones sociales afirman que alcanzan los 10.000 casos.
Sobre los casos conocidos como "falsos positivos", Daniel Mendoza Leal afirma que Uribe es el mayor responsable: "Estuvo ligado con las autodefensas y el paramilitarismo, todo el mundo lo sabe. Tiene más de 200 expedientes abiertos y por eso es importante que se sepa que Uribe es el mayor genocida de Latinoamérica. Está siendo investigado por una serie de masacres que suman algunos muertos, pero no se puede quedar ahí porque en Colombia hay una aparato estatal organizado de poder. Hay una figura de la dogmática jurídica, se trata de una estructura de los aparatos organizados de poder, en Argentina han oído hablar más de eso porque a Videla lo condenaron con esta figura. Esta figura dice que se puede no tener una relación directa con los crímenes y aún así ser el responsable directo".
A pesar de lo acontecido en los últimos 30 años, en Colombia empieza a verse un hartazgo de la sociedad, las protestas del 2019 y comienzos del 2020 dieron cuenta de ello. Esa población que hoy se manifiesta se suma a las decenas de organizaciones que vienen denunciando hace mucho los crímenes de lesa humanidad, las cuales comienzan a conseguir repercusión internacional, como las Madres de Soacha o la Federación para la Libertad de Prensa. A su vez, desde el 2018 funciona la Justicia Especial para la Paz, órgano autárquico, que a pesar de las trabas institucionales dio a conocer parte del entramado de la violencia estatal. Daniel Mendoza Leal, destaca el despertar que se ha visto en los últimos años en Colombia y afirma que "Álvaro Uribe ya no tiene cómo justificar su crueldad y su maldad frente al pueblo colombiano"
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