En Épica y fantástica la incorporación de sinthes pop y guitarras rockeras se amalgaman perfectamente bajo el encanto de su voz manteniendo una cohesión sin fisuras.
Todos los viernes en Rap de las Hormigas, es el día elegido para la degustación sonora, en esta ocasión Francisco Altamiranda y Ariel Zarranaz pusieron a girar Épica y fantástica, de Marina Fages, flamante tercer disco que marca un nuevo paso dado en la dirección que nadie se esperaba. Ahora la reverb gutiarrera y la velocidad de ciertos tempos que se habían insinuado tímidamente en Dibujo de rayo se establecen con mayor ímpetu y la sumatoria más y más sintetizadores dotan a cada canción de un clima propio, convirtiendo al disco en una colección de joyas únicas, hiladas por la inconfudible voz de Marina.
Atrás queda la cantanutora solitaria que paseaba su pena en canciones acústicas muñida apenas por un acompañamiento de guitarra, la Marina de este disco es nueva a la vez que vuelve sobre los costados más alternativos que marcaron su gusto iniciciástico por la música. El trabajo está signado por la variedad pero no desentona, se puede encontrar de todo, desde canciones de impronta punky, himnos ideales para la pista de bailes y baladas para orquestar momentos de sopor.
"Marina Fages llega a este disco totalmente despegada del estilo folky que caracterizó su primer material solista, convertida en una especie de princesa Mononoke armada con canciones que son espadas para resguardar a las almas sensibles de esta tierra maldita llamada Argentina", comentaron a la hora de dar definiciones.
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