Así lo expresó César Zubelet, autor de libro sobre el accionar de los medios de comunicación en Venezuela que presentará hoy en La Plata.
Hoy a las 18:00, se presenta el libro "Los medios de comunicación en la República Bolivariana de Venezuela", de César Zubelet la Sede de Suteba La Plata (51 N°773 entre 10 y 11). Acompañarán al autor la periodista Stella Calloni y Laura Leonardi, observadora internacional en las últimas elecciones en Venezuela.
“La función política que han tenido y tienen los principales medios en Venezuela y en toda la región es desestabilizar a los gobiernos progresistas” dijo Zubelet en diálogo con Cacodelphia. “En todos los golpes de Estado, los medios poderosos se han puesto de lado de las oligarquías locales, abandonando de ese modo su rol periodístico y transformándose en usinas propagandísticas, incluso en algunos casos lo han hecho de maneras muy groseras”, agregó.
“En Venezuela particularmente, la prensa hegemónica desde hace años trabaja a favor de la desestabilización y el golpismo. Recordemos que desde que asumió la presidencia Hugo Chávez a fines de los años ‘90, estos medios han demonizado su figura”, señaló el periodista y escritor que analizó los principales medios privados, el rol de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la legislación venezolana y el papel que juegan los medios estatales, comunitarios y alternativos de Venezuela.
Ese rol desestabilizador “fundamentalmente se ha conocido el 11 de abril del 2002 cuando los medios de comunicación dominantes, perpetuaron el golpe de Estado contra el entonces presidente Chávez”, detalló. Los golpes constitucionales siempre han estado asociados a las fuerzas armadas, pero en ese caso “los artífices del golpe fueron los medios de comunicación y las FF.AA. fueron un instrumento para lograr ese objetivo”.
“Fueron los medios quienes convocaron y dirigieron las movilizaciones de los sectores más conservadores, los que reclamaron la renuncia del presidente y quienes comenzaron a decir que Hugo Chávez había renunciado y presentaron a Pedro Carmona como nuevo mandatario. En este trabajo entonces analizamos cómo los medios trataron ese golpe de Estado”, apuntó Zubelet.
Aunque ese no ha sido el último de los intentos desestabilizadores, advirtió el autor. “Venezuela sufre actualmente un bloqueo económico y un fuerte desabastecimiento producido por las empresas privadas que con un espíritu fuertemente especulativo no ponen en circulación los productos básicos. Y para generar en la opinión pública la idea de una situación de caos, amplifican esas noticias y denuncian que el gobierno no puede generar las condiciones mínimas de habitabilidad y exigen de ese modo, una suerte de consenso internacional, para lograr una “intervención “humanitaria” en Venezuela”.
El golpe de Estado del año 2002, pudo ser revertido justamente por el rol que jugaron los medios de comunicación alternativos, explicó Zubelet. “A partir de estos medios comunitarios, que entonces eran una minoría y que después de ese golpe tendrán un mayor desarrollo, la gente se pudo informar de lo que estaba sucediendo. Fueron estos medios los que lograron romper el cerco informativo”.
Una articulación internacional
Editado por la Editorial Acercándonos, el libro analiza también el rol de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). “Esta organización funciona como la oficina de prensa de la CIA”, señaló Zubelet y repasó la historia del organismo que agrupa a los dueños de los principales medios comerciales del continente. “Desde el año 1954 cundo se dio en Guatemala el golpe a Jacobo Árbenz, atravesando el golpe en Chile a Salvador Allende y ni hablar del rol que cumplió el organismo en las diferentes dictaduras, lo que ha hecho esta organización por medio de sus filiales locales -que en nuestro país son Clarín, La Nación y el diario El Día-, es transmitir lo que manda la embajada de Estados Unidos”.
“Si por ejemplo repasáramos un diario hegemónico venezolano y lo comparamos con otro diario hegemónico de nuestro país, vamos a encontrar las mismas noticias y una continuidad en el relato muy llamativa. Ese es trabajo articulado que realizan entre los propietarios locales, asociados a las oligarquías locales y la SIP”.
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