Su vida estuvo signada por una lucha determinante contra una cadena de violencias físicas y simbólicas que no lograron doblegar su voluntad.
Ruth Zurbriggen, de la colectiva feminista La Revuelta, recordó en Arriba Hormigas el proceso que llevó a Ivana Rosales a transformarse en una figura fuerte dentro del feminismo, empezando por la feroz golpiza que le propinó su ex pareja Mario Garoglio en Abril de 2002 y cómo una vez recuperada le inició un juicio cuya defensa estuvo viciada de argumentos machistas y que terminó con Garoglio en la cárcel.
“Esa vida mostró las intrincadas marañas que se arman cuando hay violencias sexistas y machistas, que a veces pueden ser tremendamente sutiles y muy difíciles de desarmar y otras veces se conjugan con las violencias para nada sutiles como pueden ser los golpes o los intentos de femicidio”, reflexionó Zurbriggen.
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