Así lo expresó Benito Espindola, referente de la Organización de Comunidades de Pueblos Originarios, luego de las declaraciones del eclesiástico en su programa radial en el marco del 12 de octubre.
El 12 de octubre de 1492 llegaban a estas tierras los Fundadores del miedo y comenzaban su travesía, en una tierra virgen. Aquí será puesta a parir la historia, dijeron y el clérigo alucinado puso la voz de Dios como testigo. El delirio real –entonces- les entregó 200 leguas de nada. Fue hace 524 años, cuando rotos y sucios, sin planos ni planes, llegaron los dioses del desalojo, con el propósito de fundar. Y a lo primero que desalojaron fue al idioma. Y lo nombraron, entonces, todo de nuevo. Repasando esta historia contada magistralmente por Armando Tejada Gómez en su novela “El río de la lengua”.
Monseñor Héctor Aguer, en la última edición del programa “Los dos reinos” que se emite por las dos frecuencias de la radio pública de la Provincia de Buenos Aires, aseguró que “la llegada española no fue imperialista ni clerical, fue un hecho social que significó la iniciación de América, un continente con sus múltiples contradicciones”. El arzobispo de la ciudad de La Plata afirmó en su programa que “ningún sacerdote acompañó aquella expedición, sino que lo que hubo fue la transmisión de un modo de ser que sin duda fue acompañado por virtudes mayores que los propios defectos”. La realidad humana “que se trasladó en ese momento, no fue imperialista ni clerical, sino la llegada de una tradición que se incorporo a la dispersión que era entonces el continente, donde las comunidades indígenas no se conocían entre sí y no tenían para nada un destino común”. La llegada del español representa para Aguer más que el descubrimiento “la iniciación de América, un continente con sus múltiples contradicciones y sus innumerables limitaciones”.
Por su parte el profesor Fernando de Estrada, co-conductor del espacio manifestó que “en los últimos años se advierte un fuerte ataque a la idea del 12 de octubre y de la celebración” ,incluso, dijo que “se ha propuesto que debería celebrarse el día anterior, que es el último día en que la América se conservo intacta antes de que llegaran los invasores, sostiene una ideología indigenista que ha intentado de denigrar la gesta colonizadora y diría también de paso la misión cristiana en América que a pesar de todos los errores y defectos humanos, nos ha llegado a través del descubrimiento y la organización hispánica”. Esas propuestas indigenistas -expresó Aguer- “se manifiestan en idioma castellano, con una concepción de la historia occidental y con una formulación de valores que se quiera o no, tienen su origen en una consideración cristiana de la vida. De modo que indirectamente y seguro que involuntariamente, están rindiendo tributo a la llegada de los conceptos cristianos a América, en un día concreto que fue el 12 de octubre de 1492”.
Esta mirada estigmatizante de la invasión europea a América, que considera simples defectos la imposición de la lengua y la religión, los abusos, las torturas, la esclavitud, la avaricia y el exterminio de no menos de setenta millones de seres humanos, para Benito Espindola, referente de la Organización de Comunidades de Pueblos Originarios, no es nada nueva. “En los últimos días asistimos a una editorial de La Nación destacando la figurad del Gral. Julio Argentino Roca, en ese sentido también alguna expresión del Ministro de Educación de la Nación sobre lo que la historiografía oficial dio a conocer como “conquista del desierto” y Lanata estigmatizó en su programa todo lo referido a lo indígena. No hay nada nuevo entonces en las palabras de Aguer, es la mirada de la cultura dominante que se impuso sobre todas las culturas de éste continente, imponiendo su egoísmo y su individualismo que todavía perdura”.
Hace 524 años “no hubo un descubrimiento, hubo un exterminio atroz” aseguró y recomendó leer en ese sentido lo que escribió el religioso español Bartolomé de las Casas. “El 12 de octubre no es cualquier fecha, es una etapa donde comenzaron los problemas de los pueblos originarios, principalmente del despojo de sus territorios que permanentemente estamos denunciando ante los organismos internacionales, para que se cumplan los derechos que ya están establecidos y que el Estado Nacional está obligado a cumplir”. Con respecto a la falta de contacto entre las comunidades, el dirigente aseguro que en ese sentido Monseñor Aguer dejar ver un desconocimiento o mucha mala fe “ya que está demostrado que hubo contactos entre los pueblos andinos con los del sur y es claro e innegable que hubo una intensa interrelación entre ellos”.