Entrevista Facundo Batiz, Atrapamuros -Colectivo de Educación Popular en Cárceles.
“No tenemos derecho a nada porque acá son los dueños de nuestra vida”, decían en la carta abierta que se difundió durante los últimos días. Además repudian las condiciones de insalubridad en las que viven y la limitación de la comunicación con los familiares.
La carta fue elaborada en conjunto con el Colectivo de Educación Popular en Cárceles 'Atrapamuros', el cual realiza un taller en el penal. Allí denunciaban las condiciones de insalubridad, de violencia física y psicológica y la limitación a la comunicación con los familiares que padecen las mujeres privadas de su libertad.
En comunicación con Rap, Facundo Batiz, miembro de Atrapamuros contó sobre la experiencia en el taller. “Nosotros vamos todos las semanas a hacer talleres y los últimos talleres se convirtieron en un espacio de denuncia, de bronca. Las chicas llegan con mucha bronca, con mucha violencia encima y nosotros dimos ese espacio para poder compartir la situación. Entonces, de acuerdo a estas reiteradas denuncias, decidimos con ellas hacerlas públicas”.
Facundo comentó que según su experiencia con los talleres en diferentes penales de la ciudad de La Plata, la situación de precariedad en la que viven las personas privadas de su libertad es relativamente similar. Sin embargo, en la Unidad Penal 33, al ser un penal de mujeres, la situación se agrava porque también hay violencia de género.
"La violación de los derechos está en todas las unidades, el trato inhumano, las situaciones en las que viven es lamentable. Pero en la unidad 33, que es de mujeres y mujeres madres, tienen la particularidad también de la violencia de género. No están contempladas las cuestiones de género, el trato a las mujeres embarazadas, a las mujeres con hijos, las cárceles en la Argentina están pensadas para hombres, y las chicas sufren mucho esta violencia”, dijo Facundo.
En el penal también viven varios de los hijos de las mujeres detenidas. En la entrevista Facundo comentó sobre el programa de radio Niñez Encarcelada que se realiza en el penal. Allí denuncian las condiciones que también los niños padecen a diario.
“Hay gente que viene de afuera, grupos como nosotros, con la intención de ayudar un poco a los chicos y chicas que también viven en el penal, pero la verdad es que las condiciones insalubres también las sufren ellos, la verdad es que es terrible”, dijo Facundo.
Las denuncias
“Aunque nadie sabe por lo que tuvimos que pasar antes de entrar acá, somos juzgadas y discriminadas por el sólo hecho de ser pobres. Ya que hay ladrones de guantes blancos que pueden arreglar y pagar su libertad, como son los gobernantes y los genocidas que nunca fueron juzgados. Nunca vemos a los jueces o a la clase alta de este lado de los muros. La falta de justicia y su retraso nos deteriora… pero no nos calla.” Así inicia la Carta abierta.
Denuncian la falta de insumos para la higiene. “Antes cada tres meses te entregaban las cosas de higiene. Ahora, no te las traen, si las necesitas tenés que ir a pedirlas. ¿Y por qué tenés que ir a pedirlas y volver a firmar? Si eso es algo que mandan porque te corresponde, y mandan para todas. Sin embargo, nunca nos llegan todas las cosas.”
La comunicación con los familiares también es un problema. “No se dan cuenta de que si tenemos comunicación con el afuera, esto nos genera tranquilidad. Tenemos derecho a tener llamadas con nuestros padres, nuestros hijos, nuestras parejas. Y te dicen “¿Qué? ¿Querés llamar? Si te sentís mal, si mueren tus papas o están mal los chicos, tenés el psicólogo”. Aseguran en la carta.
A su vez, los espacios de recreación y de culto como la visita entre pabellones también han sido cortados: “después de participar en esas actividades volvíamos al pabellón y nos quedábamos tranquilas. Ahora nos tienen todo el día encerradas y eso genera violencia, no sólo porque no te dejan salir a la recreación o a estudiar, sino también porque cortan el diálogo entre las compañeras, que termina en la confrontación.”
Por otro lado la situación de violencia también se manifiesta en las requisas, “te desnudan completamente: medias, zapatillas, bombacha, corpiño, remera, todo. Y además te tiran todo, te rompen las galletitas, te revuelven las cremas, el dentífrico. Ellos están para resguardar, no para hacernos el castigo más pesado.”
“Se viene la misma época en la que si vos estornudabas, te daban un bife. O sea, no tenés derecho a nada porque simplemente son los dueños de tu vida acá. Y no debe ser así, porque acá ya estamos pagando por algo, lo hayamos hecho o no, ya estamos cumpliendo ante la ley”, afirman las mujeres.