Informe especial desde Bahía Blanca, de Martinita, productora de RAP; y entrevista a Rosa Schoenfeld de Bru, Presidenta de la Asociación Civil Miguel Bru.
En la última semana, dos fallos judiciales por causas penales contra policías bonaerenses acusados de ejecutar a menores, concluyeron en condenas absolutorias, a pesar de los elementos probatorios obrantes en las causas y en el marco de fuertes críticas y medidas de protesta de familiares de las víctimas contra los magistrados de las causas.
Uno de los policías absueltos fue Rodolfo Guidobono, de 51 años, oficial de Bahía Blanca acusado de asesinar al menor Giuliano Gallo, de 14 años, el 1º de febrero de 2008 en el barrio “Mi casita”, de la sureña ciudad bonaerense. El episodio, de características típicas de casos de Gatillo Fácil, se produjo un día después de que la Comisaría segunda de Bahía Blanca recibiera denuncias de los vecinos de Giulano, acerca de ruidos y “molestias” provenientes de la casa del menor.
Según el policía procesado por asesinato, durante la quinta ocasión en que los efectivos se acercaron al barrio para intervenir respecto de las denuncias, se produjo un tiroteo con personas guarecidas en la casa de Giulano, resultando la muerte del menor. Sin embargo, la única prueba del tiroteo ha sido presentada por el mismo Guidobono: un chaleco antibalas con un impacto de arma de fuego, sobre el que nadie podría asegurar las circunstancias y el momento de su verdadera realización.
Tras la absolución del policía, José Sáez, representante legal de la familia Gallo, adelantó que apelará el fallo, en tanto que Sonia Acuña, madre de Giuliano, dijo: "Mataron a mi hijo y nadie me lo puede devolver vivo. Esta es la justicia de mierda que tenemos".
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El viernes 21 de mayo terminó el juicio contra el policía platense Marcelo Palomo, agente del servicio de calle de la comisaría de Los Hornos, procesado por el asesinato de Miguel Serrano, de19 años, ocurrido en 2008.
No permitieron que entre la familia de Miguel, solo la madre, mientras que del policía Palomo se permitió que este toda su familia y allegados.
Sin presencia de la Fiscal Rosalía Sánchez, ni del tribunal presidido por el Dr. Caputo Tártara a cargo del juicio, se presento la secretaria del juzgado y leyó la sentencia: ABSUELTO. En ese mismo momento la madre de Miguel, Mónica Vallejos, se descompenso, lo que tardo más de media hora en llegar la ambulancia, mientras que su familia seguía afuera sin poder ni siquiera auxiliar a su madre.
Afuera Mónica Serrano, una de las hermanas de Miguel, decía "Mi mama esta descompuesta adentro, esto quedo impune como siempre, porque los que tienen plata consiguen justicia, el que no tiene plata, el que es pobre como nosotros… quedamos con un hermano muerto y sin justicia."
La sentencia fue absolutoria, ya que el juez Caputo Tártara consideró que las idas y venidas en la causa hicieron que perdiera fuerza lo que identificó como lo más importante: el autor del hecho. Por ejemplo, el juez señaló que jamás apareció el auto que protagonizó la tragedia.
En este sentido, el juez entendió que Palomo debía ser absuelto de los delitos de homicidio culposo y lesiones culposas, criterio que contó con la adhesión de los jueces Bruni y Siro, a pesar de los elementos de prueba y testigos que señalaron la directa e intencional vinculación del agente con la muerte de Miguel Serrano.
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